“Montblanc está hecho para ser percibido como gran valor”

Una nueva conversación con Nicolas Baretzki, CEO de Montblanc. La firma estrenó este año “diver” y sigue apostando por por la innovación.

Una nueva conversación con Nicolas Baretzki, CEO de Montblanc. La firma estrenó este año “diver” y sigue apostando por por la innovación. Iced Sea se presenta con un precio muy competitivos y acabados diferenciales.

—¿Cómo ha sido el comportamiento de Montblanc durante la pandemia? ¿En qué han notado sus efectos? ¿Y cuáles son sus perspectivas para este 2022?
—La verdad es que hemos empezado muchas cosas, hay ahora un comercio electrónico más fuerte, un mayor enfoque en la venta al por menor, menos lanzamientos pero más impactantes, y la simplificación de las colecciones en líneas generales. Había empezado antes de la pandemia y se aceleró gracias a ella. Yo lo veo como un catalizador. Y en lo que respecta a los relojes, queremos centrarnos en unas pocas líneas y en unos pocos productos clave, porque el mercado está tan saturado que hay muchos actores e historias… así que vamos a quedarnos con lo que es consistente y contribuye a hacer un relato de lo que es Montblanc, donde la belleza es un valor percibido. Por eso la colección 1858 se está volviendo tan importante en este objetivo. Nuestras perspectivas son bastante sencillas: continuar con la dirección emprendida, con lo que verdaderamente representa a la marca.

Clientes y servicio

—Ahora más que nunca es necesario encontrar una línea sólida para capturar nuevos compradores, ¿conocen el perfil de ese cliente?
—Montblanc es una gran maison que llega a un gran número de clientes, millones cada año. ¿Quién es el nuevo comprador? No lo sé, siento que estamos llegando a muchos clientes diferentes, y por lo tanto estoy más interesado en entender cómo dirigirnos adecuadamente a los diferentes segmentos en los que trabajamos y no sólo buscando al nuevo cliente. Si piensa en el mundo de los coleccionistas, ellos aman la relojería de Montblanc cuando se trata de Minerva pero querían tener algo más, y que fuera reconocible. Así que estamos pensan- do en cómo proporcionar ese valor añadido, atendiendo a que se distingan del resto de las colecciones. Del mismo modo, nos dirigimos a otro segmento de nuestra clientela y seguro que a un montón de nuevos clientes que quieren disfrutar de la alta relojería, que quieren tener una historia diferente, pero que no están dispuestos a pagar 4,000-5,000 euros, por lo que Montblanc les facilitaría la entrada con un precio muy agresivo…

—Es el primer año que tenemos un trabajo firmado por Laurent Lecamp. ¿Está satisfecho con el resultado?
—No puedo responder a esa pregunta… (sonríe). Esperaré a que todos los periodistas y los minoristas me digan que están satisfechos. Los pocos con los que hemos hablado hasta ahora lo están, así que yo también lo estoy.

—¿Cuál es la diferencia con el pasado en las ideas de diseño planteadas por Lecamp?
—Creo que antes de nada hay que ponerse en situación. Lo primero que hizo cuando llegó a Montblanc fue dedicar mucho tiempo a bucear en los archivos y entender cada historia de Minerva, cada historia del universo Montblanc y estudiar cómo llevarla a la categoría de reloj. Y creo que así es como se crea algo auténtico. Ha sabido traducirlo en un verdadero producto Montblanc en la categoría de relojes. Y eso es lo que, para mí, trae el éxito. Laurent aporta una atención a los detalles, como se va a ver en una de sus creaciones. Recuerdo que dijo: “Quiero que esta esfera tenga exactamente la apariencia del glaciar”, que la gente sienta que tiene un pedazo de glaciar en la esfera del reloj.

Más valor percibido

—El nuevo 1858 Iced Sea.
—Teníamos que encontrar una solución para ello, y Lecamp encontró la solución. Por lo tanto, se trata de una narración fuerte, pero también de esta diferenciación que Laurent creó, que en gran medida ser refiere a lo que es Montblanc. Y al final, Montblanc está hecho para ser percibido como un gran valor. La marca siempre está antes que las personas. No tenemos 150 años así que seamos humildes cuando se trata de cuánto hemos contribuido a la historia de la relojería. Tal vez solo escribamos un párrafo o unas líneas o, quizás una página o un capítulo de un libro pero no olvidemos que ha habido muchos capítulos antes y habrá muchos más después de nosotros.

—Hay sorpresa, una visión diferente de la experiencia en torno al relojería que se traduce en una impactante estética y, además, a un precio muy competitivo…
—Estoy de acuerdo contigo, porque no creo que sea solo una cuestión de precio. Si quiero comprar algo, tiene que haber un feeling especial con el producto nada más verlo, te enamoras de la creación. Y luego llega lo que oyes, lo que ves en detalle y te convence aún más de que quieres comprarlo. Pero la primera impresión es la más importante. Y creo que cuando cogí el reloj por primera vez, me gustó. Y quise saber más sobre él. Y entonces analizas la esfera, observas los detalles y te das cuenta que esta esfera es increíble por cómo se ha construido. Y luego miras al bisel cerámico que acompaña al trabajo; o cuando giras la caja y visualizas en el fondo la asombrosa representación del glaciar en tres dimensiones, que somos los únicos en hacerlo, y acabas en el brazalete, de acero, que si quieres ir a bucear puedes ajustar y sabes que puedes ponerlo con tu traje de neopreno, pero que al mismo tiempo es muy refinado. Y todo por menos de 3,000 euros.

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