El Gran Reloj de Aviador de IWC se sube a bordo de la Clase G de Mercedes-Benz. Ambos fueron creados para satisfacer criterios meramente funcionales: uno para ser fácil de leer y de gran solidez, y el otro para ofrecer capacidades todoterreno sin concesiones. Tras casi 20 años de asociación con Mercedes-AMG, IWC Schaffhausen rinde ahora homenaje a este automóvil icónico con dos llamativas ediciones del Gran Reloj de Aviador.
Primer reloj IWC de CMC (Ceramic Matrix Composites)
Por su carácter innovador y pionero, podemos destacar el primer reloj de IWC que cuenta con una caja de compuestos de matriz cerámica (CMC). La firma suiza crea por primera vez una caja de reloj a partir de compuestos de matriz cerámica (CMC). La manufactura ha desarrollado este complejo proceso de fabricación en colaboración con el Centro Aeroespacial Alemán (DLR). Un desarrollo que ha tomado una década de trabajo. La pieza presenta una caja de matriz de cerámica (CMC) con anillo del fondo y la corona de Ceratanium®. La otra versión se presenta en Armor Gold® (18 quilates) con un look más elegante. Al contrario que el Gran Reloj de Aviador clásico, que cuenta con numerales e índices impresos, estas dos piezas exclusivas incluyen apliques con revestimiento de PVD negro y rellenos de material luminiscente. Un toque más vanguardista y distintivo.
Nuevo material pionero
“CMC son las siglas en inglés de «ceramic matrix composites» (compuestos de matriz cerámica). Se trata de materiales compuestos formados por fibras incorporadas en una matriz. En ellos, a diferencia de los polímeros reforzados con fibra de carbono convencionales, la matriz no es de polímero sino de cerámica”, explica Lorenz Brunner, gerente del Departamento de Investigación e Innovación de IWC, sobre el nuevo Gran Reloj de Aviador AMG G 63 (Ref. IW506201). “Por una parte, los compuestos de matriz cerámica cuentan con las propiedades características propias de la cerámica: son de gran dureza, resistentes a los arañazos y a la corrosión. Y, por otra parte, a diferencia de los cuerpos cerámicos formados de partículas sinterizadas, los componentes CMC son bastante más ligeros y menos frágiles”.
Brunner detalla que sus aplicaciones son idóneas para requisitos extremadamente exigentes en cuanto a fuerza, ligereza y resistencia térmica, entre las que se incluyen las del sector de la aeronáutica. “Los materiales CMC también se emplean frecuentemente para fabricar discos de freno de vehículos deportivos o de alta gama”.
Complejo proceso de fabricación
Caja de matriz de cerámica (CMC), 46.2 mm; 100 m. Correa de caucho y microfibra
El punto de partida es un polímero reforzado con fibra de carbono convencional. “Se realiza el corte de las fibras de carbono, se infiltran con una resina, se conforman con presión sobre un molde y se calientan en el horno. Este proceso bajo presión tiene como resultado una preforma con la forma aproximada de la caja del reloj, aunque algo extradimensionada”, detalla Brunner. El siguiente paso consiste en retirar la matriz de polímero. “Esto se consigue mediante un proceso denominado pirólisis. A lo largo de este proceso, de unos siete días de duración, el polímero se convierte en carbono en un horno a alta temperatura”.
Y luego tiene el lugar el siliconado. “Cristales de silicio se adhieren al componente, que hasta ese momento solo constaba de las fibras de carbono y la matriz de carbono. Juntos, se calientan en un horno con una temperatura superior al punto de fusión del silicio, para que este se infiltre en las cavidades por acción de las fuerzas capilares. Durante este proceso, el silicio —en calidad de semimetal— reacciona químicamente con la matriz de carbono y algunas de las fibras. Como resultado, se forma una matriz compuesta de cerámica de carburo de silicio en las cavidades existentes entre las fibras”, concluye Lorenz Brunner.
Nunca antes se había producido una caja de reloj a partir de compuestos de matriz cerámica. Las cajas presentan un acabado negro mate con una estructura que viene determinada por las fibras y que varía para cada ejemplar. Estas cajas, además de ser extremadamente ligeras, duras y resistentes a los arañazos, presentan una resistencia frente a daños superior a la cerámica convencional. Alcanzan cerca de los 2400 Vickers y a partir de esta fase en adelante la caja solo puede trabajarse con herramientas de diamante. Un proceso muy laborioso y pionero de IWC.
Poderoso calibre 52010
Caja de Armor Gold, 46.2 mm; 100 m. Correa de caucho y microfibra
Las dos versiones del Gran Reloj de Aviador AMG G 63 están impulsados por el calibre 52010 de manufactura. El ingenioso mecanismo de cuerda automática, desarrollado en los años 40 por el antiguo director técnico de IWC, Albert Pellaton, emplea incluso los menores movimientos del rotor en ambas direcciones para acumular en dos barriletes una reserva de marcha de siete días. Los movimientos son visibles a través de una caja de cristal de zafiro tintada, incluyen una estrella de Mercedes-Benz y evocan la cubierta de la rueda de repuesto de la parte trasera del Clase G.
Las ediciones del Gran Reloj de Aviador AMG G 63 en Armor Gold® y en CMC ya están disponibles en las boutiques IWC y online. Los relojes pueden registrarse en el programa My IWC y beneficiarse así de una ampliación hasta los 6 años de la garantía limitada internacional estándar de 2 años.