Después de imponerse en la cardiaca final de los 100 metros mariposa de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, el nadador estadounidense Michael Phelps dijo: “A simple vista, Cavic ganó la carrera”. Se refería a Milorad Cavic, quien había estado en el primer lugar durante casi todo el recorrido. Para su fortuna, la decisión de quién tocó primero el touch pad no se tomó a simple vista, sino con el avanzado sistema de cronometraje y las imágenes de video de alta velocidad de OMEGA.
Phelps superó a su rival por apenas 0.01 segundo, el margen más pequeño posible en la natación. Así pudo seguir su camino para colgarse ocho medallas de oro en esas olimpiadas, un récord que sigue vigente.
OMEGA ha protagonizado muchos momentos decisivos como ese desde Los Ángeles 1932, la primera vez que una sola empresa relojera fue elegida Cronometrador Oficial de los Juegos Olímpicos. En París 2024 cumplirá esa función por 31ª ocasión. A la capital francesa llevará, aproximadamente, 350 toneladas de equipo y 550 cronometradores para cubrir las 329 pruebas de 32 deportes en las que participarán unos 10,500 atletas del 26 de julio al 11 de agosto. No hay duda de que a la casa creadora del Speedmaster, el reloj que llegó a la Luna en 1969, le gustan los actos heroicos.
La búsqueda de la precisión
“Necesitas tres cosas para un evento deportivo: atletas, un lugar donde compitan y un cronometrador. Creo que es justo decir que sin OMEGA no habría Juegos Olímpicos o que seguramente serían diferentes”, dice Alain Zobrist, CEO de OMEGA Timing, en entrevista con Tiempo de Relojes. “Dada la importancia de nuestros servicios, el papel de Cronometrador Oficial nos convierte en socios del trabajo del Comité Organizador y de los atletas. Es algo que conlleva mucha responsabilidad. No podemos cometer errores”.
En el centro de esta tarea monumental siempre ha estado la búsqueda de la precisión. En 1932, el Comité Olímpico eligió a OMEGA por su excelencia en ese campo. Un relojero de la firma viajó de Bienne (Suiza) hasta Los Ángeles con 30 cronógrafos de bolsillo que habían sido certificados como cronómetros por el Observatorio de Neuchâtel y tenían una precisión de 1/10 de segundo. Además, contaban con la función de split-second, que permitía registrar tiempos intermedios.
Esa primera experiencia de OMEGA fue un éxito y sembró la semilla de la alianza más importante entre la relojería y el deporte. Esta alianza se ha adaptado con creces a la era digital. También dio origen a una serie de relojes dedicados a los Juegos Olímpicos. El más reciente lanzamiento es el Speedmaster Chronoscope Paris 2024 de 43 mm, oro Moonshine o acero con esfera plateada opalina de color blanco, bisel cerámico de color negro con escala taquimétrica en Ceragold y el fondo con el medallón conmemorativo de las olimpiadas. Ambos modelos están equipados con el movimiento OMEGA Co-Axial Master Chronometer calibre 9908.
El servicio de los atletas
Hoy en día, los cronógrafos que OMEGA utiliza en eventos deportivos pueden medir hasta la millonésima de segundo. Asimismo, con cada olimpiada su capacidad tecnológica se ha ido ampliando más allá del cronometraje. Según Zobrist, OMEGA tiene soluciones para más de 100 deportes. Cuenta con unos 200 ingenieros que inventan y desarrollan nuevas tecnologías. Sus cronometradores usan el equipo en unas 500 competencias a lo largo del año.
“Trabajamos muy de cerca con los atletas y los entrenadores, que son los primeros clientes que utilizan nuestros equipos. Ellos nos aportan comentarios e ideas sobre lo que podríamos hacer para mejorar su recorrido en las competencias. Lo primero que nos preguntamos cuando innovamos es cómo podemos servir mejor a los atletas. En la actualidad, mantenemos la precisión de nuestra tecnología para medir el tiempo, pero también queremos comprender lo que ocurre en ese tiempo”, explica Zobrist.
La versión en acero del OMEGA Speedmaster Chronoscope París 2024.
El territorio que OMEGA seguirá explorando en los Juegos Olímpicos de París 2024 será la recopilación de datos mediante sistemas de posicionamiento y sensores de movimiento colocados en los atletas. Algo que comenzó a hacer desde los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018. “Ahora, con ayuda de la Inteligencia Artificial, somos capaces de comprender mejor esos datos cuando se trata del rendimiento individual de los atletas. Pero también empezamos a comparar el rendimiento entre ellos”, dice el CEO de OMEGA Timing.
Se trata de una evolución formidable desde aquellos primeros cronógrafos de bolsillo de Los Ángeles 1932. ¿Cuáles han sido los hitos más destacados que han llevado al cronometraje deportivo de OMEGA hasta este punto de evolución que parece salido de una película de ciencia ficción? Aquí los recorremos.
Los primeros avances
Tras Los Ángeles 1932, OMEGA debutó como Cronometrador Oficial de los Juegos Olímpicos de Invierno en Garmisch-Partenkirchen 1936. En 1948, introdujo las dos primeras innovaciones que cambiarían el cronometraje deportivo para siempre. Una fue la célula fotoeléctrica, que se empezó a usar en los Juegos Olímpicos de Invierno en St. Moritz. Con esta tecnología, en cuanto el primer atleta cruzaba la meta, su tiempo se detenía electrónicamente gracias a un haz de luz altamente reactivo y podía medirse con una precisión de 1/1000 de segundo.
La otra fue la primera cámara fotofinish de hendidura que entró en acción en las olimpiadas de Londres. Bautizada como Racend Timer y luego llamada Racend OMEGA, grababa una imagen que podía demostrar el orden exacto de llegada de las carreras más disputadas.
La llegada del cuarzo
En Helsinki 1952, se presentó el OMEGA Time Recorder, un cronógrafo electrónico de cuarzo que podía imprimir instantáneamente los resultados con una precisión de 1/100 de segundo. En Melbourne-Estocolmo 1956, el Swim Eight-O-Matic fue el primer cronómetro de natación semiautomático del mundo. Tenía ocho contadores electromecánicos, uno por carril y cada uno con pantalla digital. Se activaba automáticamente con la pistola de salida. Y los contadores eran detenidos manualmente en la meta por cronometradores equipados con cronógrafos eléctricos manuales.
Swim Eight-O-Matic, Melbourne-Estocolmo, 1956.
La pesada cámara fotofinish Racend OMEGA se convirtió en un dispositivo aerodinámico y miniaturizado que integraba el temporizador y la cámara. Esto facilitaba su transporte y uso. Además, la Integrated Photofinish Camera tenía un tanque de revelado instantáneo que producía un negativo en 90 segundos. Se utilizó en 1956 y en Roma 1960.
OMEGA sorprendió en los Juegos Olímpicos de Invierno Innsbruck 1964 con el OMEGAscope. Este equipo introdujo el concepto de información deportiva en tiempo real al superponer los tiempos de los atletas en la parte inferior de las pantallas de televisión.
¡Viva México!
Los Juegos Olímpicos de México 1968 fueron un paraíso para OMEGA. Por primera vez se usó oficialmente el cronometraje electrónico de la marca en todos los deportes. También se estrenó la OMEGA Photosprint para filmar a los corredores al cruzar la meta. La cámara tenía una abertura vertical e incluía una tira de película con la hora escrita. Con ella, el tiempo se vinculó a la fotografía y nació el cronometraje deportivo moderno.
También aparecieron los Swimming Touchpads de OMEGA, una innovación trascendental en la historia del cronometraje olímpico. Gracias a estas almohadillas, los nadadores pueden detener el tiempo con sus manos al llegar a la meta. La pistola de salida se conectó a altavoces detrás de cada bloque de salida para que los nadadores oyeran la señal al mismo tiempo. Y se introdujo el Swim-O-Matic, sucesor del Swim Eight-O Matic.
En Montreal 1976 se presentó la OMEGA Photosprint 2, que se convirtió en el estándar de las cámaras fotofinish durante más de una década. En Los Ángeles 1984, la gran innovación fue el sistema de detección de salidas en falso para el atletismo. Seúl 1988 fueron las primeras olimpiadas con cronometraje informatizado. Esto permitió almacenar digitalmente la información y las estadísticas necesarias para comprender cada deporte. Algo muy relevante de Albertville 1992 fue la Scan’O’Vision, una cámara de fotofinish que medía digitalmente los tiempos con una precisión de 1/1000 de segundo. Ese mismo año, OMEGA debutó como Cronometrador Oficial de los Juegos Paralímpicos en Barcelona.
En el siglo XXI
Los Juegos Olímpicos de Invierno Turín 2006 marcaron el regreso de OMEGA como Cronometrador Oficial de todos los eventos. Por primera vez, los atletas llevaban chips en los tobillos que permitieron a la marca captar mediciones de tiempo específicas. En Pekín 2008, el GPS fue una de las tecnologías más utilizadas por OMEGA en eventos como el maratón, donde sirvió para ofrecer cartografía en tiempo real.
En Vancouver 2010, se estrenó una pistola de salida electrónica con diseño futurista. Cuando el juez pulsa el gatillo, suceden tres cosas simultáneamente: se reproduce un sonido, se emite un destello luminoso y se activa el dispositivo de cronometraje. Con el Quanter Timer, presentado en Londres 2012, OMEGA logró una resolución mejorada de una millonésima de segundo y una precisión cinco veces mayor que con los dispositivos anteriores. En Río de Janeiro 2016, lo más impresionante fue la OMEGA Scan’O’Vision MYRIA, capaz de grabar hasta 10,000 imágenes digitales por segundo en la línea de meta.
En PyeongChang 2018, debutaron los nuevos sistemas de sensores de movimiento y posicionamiento, que permiten medir cada parte del rendimiento de los atletas. Esta revolución continuó en Tokio 2020. Ahí, OMEGA capturó una amplia gama de datos en tiempo real y proporcionó una visión precisa de las pruebas de siete deportes. El público pudo saber en vivo las velocidades de los nadadores, las posiciones de los corredores o incluso la velocidad de una pelota de voleibol. Los avances siguieron en los Juegos Olímpicos de Invierno Pekín 2022.
¿Y en París 2024?
En las Olimpiadas de la Ciudad de la Luz, OMEGA usará una nueva cámara fotofinish que toma 40,000 imágenes digitales por segundo con una resolución 4K. En los clavados, la marca podrá medir la distancia entre la cabeza del atleta y la plataforma. “Mientras más pequeña sea esa distancia, más deducciones de puntos puede haber. Antes, los jueces la estimaban a simple vista. Ahora, tenemos una tecnología que la calcula y le transmite la información a los jueces”, explica Alain Zobrist.
En la natación, las cámaras permitirán medir la posición de los competidores, su velocidad, aceleración, desaceleración, tiempo en el agua y número de brazadas. En la gimnasia, la tecnología de OMEGA medirá la altura y la longitud de los saltos, las rotaciones, la velocidad e incluso los ángulos. “En el tenis tendremos algo muy nuevo. Por primera vez, cuando un tenista saque, mediremos el tiempo de reacción de su oponente y lo correlacionaremos con la calidad de la devolución”, dice Zobrist.
Por el momento, OMEGA utiliza la Inteligencia Artificial para el reconocimiento del movimiento biomecánico de los atletas y para darle sentido a la gran cantidad de datos recopilados. “Sin duda, va a evolucionar enormemente en el futuro. ¿En qué dirección? Aún no lo sé”, añade Zobrist. Ya que OMEGA ha extendido su compromiso como Cronometrador Oficial de los Juegos Olímpicos hasta 2032, tendrá mucho tiempo para averiguarlo.