Hace 5,000 años, una pequeña porción del universo cayó a la Tierra, exactamente en la provincia de Santiago del Estero, Argentina. Conformado por una aleación de acero y níquel, el meteorito mantuvo intacta parte de su estructura para mostrarnos, con la misma fuerza que ilumina las estrellas, la vastedad y belleza que yace en el espacio.
Pero su viaje a través del universo no se detuvo en tierras del sur, pues la roca milenaria llegó a las manos de un ingenioso maestro relojero de la firma De Bethune, quien decidió revivir su belleza mediante la creación del DB28 Kind of Blue Tourbillon Meteorite.
Al echar mano de elementos como el polvo de diamante, las cuchillas de acero y el fuego, este alquimista despertó a la bella durmiente. Ante sus ojos, torbellinos de gases coloridos recrearon una pequeña galaxia en una pieza única de titanio, acompañada por un fondo tan vibrante como la misma bóveda celeste: su esfera está compuesta por el mismo meteorito pulido en color azul con aplicaciones que simulan estrellas doradas.
A esta maestría técnica, se agregó un corazón sutil, pero poderoso: un tourbillon que gira al ritmo de un impresionante vals de dos pasos. El balanceo de la rueda activa las dos agujas doradas, únicos componentes extra en la carátula.
El micro universo recreado por De Bethune está protegido por una caja de titanio grado 5 en color azul y un cristal de zafiro con doble tratamiento antirreflejante. El fondo de la caja es de oro rosa, con una pequeña abertura que permite ver el indicador de reserva de marcha, también de oro rosa.
Si no bastara con su impresionante estética, este reloj presume tourbillon De Bethune 30″ ultraligero en silicio y titanio a las 6 horas, calibre mecánico de cuerda manual, funciones de horas, minutos y reserva de marcha, ajuste a través de la corona, 5 días de reserva de marcha, diámetro de 42.6 mm, resistencia al agua de 30 m y correa de piel aligátor extra suave con hebilla ardillón en titanio azulado y oro rosa.