Los artesanos de Chopard han demostrado una gran asimilación de la tradición manual china, pues se han encargado de entregar, año con año, un modelo L.U.C XP Urishi inspirado en el signo del zodiaco asiático en turno.
Hoy, esta labor artística alcanza un nuevo escalafón con el L.U.C Perpetual T – Spirit of the Chinese Zodiac, reloj de edición única, entregado en una caja de oro rosa de 18 quilates y con todos los signos del zodiaco representados con la técnica de grabado champlevé. Esta técnica, sobra decirlo, requiere minuciosidad y delicadeza, pues se tienen que tallar pequeñas cavidades para dejar sitio a la pátina negra.
De suerte tal que encontramos a los doce animales ordenados cronológicamente. Como ejemplo, tenemos la cabeza del tigre posada en la corona o al dragón y la serpiente enrollados entre las asas. También podemos observar en su esfera, de oro macizo, un motivo grabado a mano, recuperado directamente de la iconografía china.
En su interior alberga varias complicaciones relojeras sumamente prestigiosas: calendario perpetuo, tourbillon y reserva de marcha superior a una semana, todo impulsado por el movimiento manual calibre L.U.C 02.15-L.
También presume bisel y carrura grabados a mano, sub-esferas de calendario perpetuo, agujas dauphine fusée doradas, horas y minutos centrados, segundero pequeño y tourbillon a las 6 h, gran fecha a las 12 h, indicador de reserva de marcha en el lado posterior, correa de cocodrilo negro cosida a mano y hebilla oro rosa de 18 quilates grabada a mano.
Inspirado en el monumental La Quête du Temps, este guardatiempo de doble cara reúne complicaciones astronómicas, indicaciones retrógradas y un despliegue artesanal único en solo 20 piezas.
Siete años de desarrollo, 6,293 componentes y 15 patentes. Así es el reloj monumental La Quête du Temps de Vacheron Constantin, un objeto que fusiona filosofía, mecánica y arte.
Me gusta encontrar y contar historias, desde hace 15 años con la relojería, el estilo de vida y el lujo como telón de fondo. Las revistas siguen siendo mi debilidad, así que en Tiempo de…
Heredé el gusto por los relojes desde niña y profesionalmente por el diseño. Desde hace 21 años estoy en este fascinante sector relojero, trabajando de la mano junto con las marcas haciendo estrategias comerciales y de marketing.
Geek millennial, amante de la tecnología. Ing. en comunicación multimedia, llevo los relojes mecánicos a la dimensión digital. Siempre al tanto de las tendencias tecnológicas.
Lector antes que editor. Planté un limonero y escribí un libro. Espíritu deportivo para templar el ánimo. Ldo. en Filosofía (Univ. de Sevilla) y Máster de Periodismo (Complutense de Madrid).
Los contenidos en evolución son su razón de ser sin que importe el soporte. “La vida y la relojería, donde se ha especializado por más de 30 años, no son nada sin contenido”. Después de que los soportes hayan vivido una revolución tecnológica es momento de volver a defender el buen periodismo como una necesidad general.
Decía Antonio Machado que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Me he guiado por esta máxima durante casi veinte años que llevo escribiendo de relojes. En mi mano está hacerlo del modo más ameno posible.