Pocas firmas pueden presumir el hecho de cumplir casi dos siglos de vida en la cima de la excelencia relojera. Pero son aún más extraordinarias aquéllas que lo hacen con un pie en la vanguardia y otro enclavado en su tradición y filosofía. Dentro de este exclusivo grupo destaca Bovet, quien en plena celebración de sus 195 años de existencia, no deja de sorprender a sus fieles.
Para muestra, Château de Môtiers, un guardatiempo cuya revolucionaria técnica en el decorado de la esfera pretende sacudir los principios estéticos de la relojería. Dicha innovación consiste en dotar de luminosidad a la mariposa que yace sobre la carátula, creada a partir de la técnica tradicional de la pintura miniatura.
De este modo, el insecto alado tiene la cualidad de ser visible tanto de día como de noche, en un derroche de técnica artesanal único, pues genera la ilusión de tener dos mariposas, cada una con su propia personalidad y rasgos: cuando la oscuridad llega, las alas pasan de un verde intenso a tonalidades azules turquesa.
Esta belleza de efecto mariposa cuenta con caja de en oro rosa de 18 quilates, bisel engastado con 109 diamantes de corte redondo, movimiento de cuerda automática calibre 11BA15, reserva de marcha de 42 horas, carátula en blanco madreperla, funciones de horas y minutos, hermeticidad de 30 m, correa en piel aligator y hebilla ardillon en oro rosa de 18 quilates.