El TAG Heuer Carrera Date Plasma confirma el componente vanguardista de la industria relojera actual. No puede quedar desfasada como ocurrió hace unas décadas con la crisis del cuarzo. Hoy en día, la competencia no está en la industria japonesa. Tampoco en el mercado de los dispositivos electrónicos, con el Apple Watch a la cabeza, un segmento del mercado enorme, pero claramente apartado de la relojería mecánica. El gran riesgo de la relojería mecánica es que se quede anticuada a ojos de la nueva generación de consumidores que dentro de unos años coparán el mercado del lujo. Como ha hecho la industria del automóvil, la Alta Relojería debe adaptarse a las exigencias de estos clientes más jóvenes cuya perspectiva de consumo es diametralmente diferente a las conocidas hasta la fecha. ¿Un reloj con diamantes sintéticos? Hace unos años este planteamiento hubiera sido visto como una herejía. Hoy en día, si una casa como Ferrari ya ha avanzado que lanzará un superdeportivo 100% eléctrico, ¿cómo no atreverse a experimentar cómo será un mundo con diamantes sintéticos?
Una solución ética y estética
La escasez de los diamantes naturales es uno de los grandes atractivos de estas piedras preciosas. También su principal problema. La demanda de piedras preciosas no para de crecer por parte del mercado. No solo por parte del segmento del lujo, también por otras industrias que aprovechan sus cualidades únicas. El inconveniente no solo radica en que esta demanda afecta al incremento de su precio, también a las dudas éticas que plantea su extracción en zonas conflictivas. Este problema se ha agravado en los últimos años con el estallido del conflicto ucraniano, al ser Rusia el primer productor de diamantes del mundo.
Los diamantes sintéticos representan una solución a este problema estructural de la industria. Su producción, aunque costosa, es ilimitada al usar el carbono como base.
Por otra parte, la evolución tecnológica ha permitido mejorar la producción de diamantes sintéticos en los últimos años. Las casas productoras ya son capaces de crear piedras de un tamaño superior a los treinta quilates. También se ha mejorado la posibilidad de coloración de las piedras. En pleno desarrollo, el potencial creativo de este segmento del mercado es incuestionable.
El factor amarillo
TAG Heuer comenzó a experimentar con diamantes sintéticos en 2022 con el primero de sus Carrera Plasma. Aquel primer modelo usaba como base un Cronógrafo Tourbillon y destacaba por la sorprendente inclusión de este tipo de diamantes en su caja de aluminio. Este Carrera Plasma puso las bases técnicas y estéticas de posteriores desarrollos, con carátulas recubiertas de este material y la corona del reloj esculpida, algo imposible de realizar con un diamante natural.
El pasado año fueron dos los modelos presentados, una nueva versión del Cronógrafo Tourbillon y un Carrera Date pequeño con el interés de la presencia de dos diamantes (corona y logotipo) de color rosa. El Carrera Date Plasma de este año parte de este último modelo, pero con la novedad de incorporar ahora diamantes amarillos. Es un gran paso adelante en la evolución de esta revolucionaria tecnología.
Diamantes por todas partes
Espectacular y coqueto, el Carrera Date Plasma se presenta con una caja de oro blanco de apenas 36 milímetros de diámetro. En su interior late el conocido Calibre 7 de carga automática y reserva de marcha de 56 horas. Es visible a través del fondo transparente de la caja.
En la fabricación del Carrera Date Plasma se emplea nada menos que 4.8 quilates de diamantes sintéticos. El número impresiona, aunque mucho más lo hace el modo en el que estemos diamantes aparecen expuestos en el reloj. Toda la carátula está cubierta por una fina capa de material policristalino con un peso de 2.9 quilates. Sobre ella encontramos los doce índices horarios, realizados en oro blanco y a su vez engastados con diamantes sintéticos en talla baguete de 0.5 quilates. También aparecen los mencionados diamantes sintéticos amarillos, tanto en la corona (1.3 quilates) como en el logotipo tallado junto al índice de las 12 horas.
TAG Heuer siempre ha sido una firma con gran querencia por los, llamémosles así, concepts reales. Son relojes a medio camino del prototipo y del reloj de calle, con innovaciones revolucionarias, pero lo suficientemente desarrollados como para ser comercializados entre el público final. Piezas como el Monaco V4 o el Mikrotimer entraron dentro de esta categoría. El TAG Heuer Carrera Date Plasma también lo hace, aunque desde un plano tecnológico diferente, alejado de la mecánica. Un modelo que apunta a cómo será la relojería de lujo del futuro, aunque pensado para ser puesto a la venta ahora mismo.