En 2009, el Museo de Relojería de Le Locle rescató una tradición perdida durante casi tres décadas: la de realizar una competición de cronometría. Esta clase de eventos no ocurrían desde mediados de los setenta, cuando los observatorios suizos e ingleses ponían al servicio de la precisión todo su arsenal de medición.
A 10 años de dicha reedición, el Presidente del Comité Organizador de la International Chronometry Competition, Philippe Fischer, anunció la edición 2019 del evento. Frente a cerca de 800 profesionales de la relojería, Fischer reveló tanto las fechas de realización (entre marzo y diciembre de 2019) como las nuevas normas para participar.
El primer filtro que debe superar alguna de las piezas que quiera competir, consiste en tener el sello ISO 3159 de precisión. A partir de ese momento, las pruebas serán una mezcla de velocidad y resistencia, la cual durará 80 días (las marcas tienen hasta el 31 de marzo de 2019 para registrar sus creaciones). Las piezas que logren pasar el primer test, recibirán el estatus de “nominados”, al tiempo que serán anunciados en la ceremonia de lanzamiento de la presentación. Los guardatiempos descartados recibirán una notificación anónima de no elección.
La primera prueba del concurso será realizada por la Timelab Foundation en Ginebra, donde los relojes serán expuestos a fuertes campos electromagnéticos, los cuales conforman el sello ISO 764. Quienes logren superar dicho test, serán sometidos durante 21 días a una simulación de envejecimiento acelerado: la famosa prueba de batería realizada por la empresa Chronofiable. El paso final será una nueva inspeción de cronometría bajo los parámetros del ISO 3159 en Le Locle.
El ranking final de la competición será determinado por el resultado de los relojes, sin importar si son tourbillones, cronógrafos o “simples” con tres agujas. Los ganadores estarán divididos en tres categorías de excelencia: primero el reloj con el puntaje más alto y de ahí hacia abajo. Los líderes de cada grupo ocuparán los titulares y podrán usar el reconocimiento por décadas (aunque la International Chronometry Competition no es una etiqueta en sí misma, su reputación es incuestionable).
No nos queda más que esperar para deleitarnos con las proezas técnicas que desfilarán por la copa del mundo de la precisión horológica.