Texto: Yolanda Ruiz
“Hace cuatro aรฑos le regalรฉ a mi esposa un Rolex Air-King de acero de principios de los aรฑos 70. Lo comprรฉ en Chrono24โ, cuenta Maximilian Bรผsser, fundador de MB&F, a Tiempo de Relojes. โFui con expertos en Rolex y resulta que la caja era de otro modelo, la corona no era original, el tallo de la corona no era de un Rolex โy habรญa causado daรฑos al movimientoโ y el cristal era de plexiglรกs. Si quienes venden llegan a este extremo, ยฟquรฉ crees que estรฉn dispuestos a hacer?โ, se pregunta el empresario relojero.
Esta situaciรณn tambiรฉn tiene que ver con que el mercado gris o de segunda mano se ha fortalecido en tiempos de crisis. El exceso de inventario, la seducciรณn de un buen reloj a precio reducido y los nuevos hรกbitos de consumo de los milenials han rediseรฑado un mercado floreciente que Jon Cox, analista de Kepler Cheuvreux en Zรบrich, cuantifica en unos 5 mil millones de dรณlares al aรฑo, incluidos los relojes de subasta. Una porciรณn nada desdeรฑable que llama la atenciรณn de las firmas suizas. A este nicho de oportunidad se han sumado plataformas online, retailers que no sabรญan quรฉ hacer con tantos relojes en sus escaparates, el auge de las subastasโฆ
Un sรฉquito al que ahora se unen las casas relojeras con propuestas firmes para enfrentar los estragos de un mercado de relojes pre-owned que vende sus guardatiempos a precios entre 28% y 49% mรกs bajos que los de las vรญas autorizadas, segรบn un estudio de L2, consultorรญa de inteligencia empresarial.
Medidas extremas
Franรงois-Henry Bennahmias, CEO de Audemars Piguet, quiere tomar cartas en el asunto. Asegura que el siguiente gran tema en el sector es el de los relojes usados. โTenemos que recuperar un mercado que nos pertenece. No podemos dejar nuestros relojes en manos de quienes no los crearonโ, admitiรณ en el Salรณn Internacional de la Alta Relojerรญa de Ginebra. Para recuperar este segmento que valora de โ10 a 20 veces mรกs grande que el de relojes nuevosโ, el directivo ya ha planeado la apertura de tiendas para vender sus propias piezas pre-owned. Por ahora, la marca ha ensayado el concepto en su boutique del Grand Hรดtel Kempinski de Ginebra. En breve, planea comenzar las pruebas en Estados Unidos y en Japรณn. Las tiendas abrirรกn en tres aรฑos, declarรณ.
Bennahmias ha emprendido una cruzada que quizรก seguirรกn otras marcas. Pero los empresarios deben tomar medidas urgentes. La razรณn es que el e-commerce ha plagado el mundo de relojes de segunda mano y si no ofrecen alternativas, quedarรกn al margen. Incluso las plataformas online ofrecen piezas con garantรญa y certificados de autentificaciรณn.
Por ejemplo, Amazon tiene listados relojes Audemars Piguet de segunda mano certificados de 3,250 a 226,599 dรณlares. El problema con este canal de distribuciรณn, que incluye tambiรฉn a webs como Chrono 24, Jomashop o Authentic Watches, es que ponen en contacto a propietarios o vendedores con compradores y en algunos casos el fraude es posible. Como le ocurriรณ a Max Bรผsser.
El CEO de MB&F se posiciona en este asunto: โSiempre he pensado que una marca fuerte tiene un mercado propio de relojes usados. En ese sentido, hemos estado haciendo todo lo posible para ayudar a los dueรฑos de MB&F que quieren vender su reloj o comprar alguno que ya no se produceโ. Aรฑade que โdurante aรฑos ha sido un tema con el que no han querido lidiar las firmas. La mayorรญa ha percibido el mercado pre-owned como su peor competencia. Las marcas se enfocaban en vender relojes nuevos para crecer dos dรญgitosโ.
Richard Mille, fundador de la casa homรณnima, asegura que โla sobreproducciรณn de aรฑos recientes no ha propiciado una buena estrategia para el mercado de segunda mano. Los grandes stocks de piezas nuevas son la prioridad de las marcas en tรฉrminos de ventasโ. Pero no actuar a tiempo puede tener consecuencias. โEn el lujo, cuando rompes la ilusiรณn del prestigio, los sueรฑos y el precio, pierdes la confianza. Es la muerte lenta del lujoโ, dijo Jean-Claude Biver, presidente de la divisiรณn relojera de LVMH, a Reuters. Por eso admite que es algo que tienen que atacar, aunque no es lo mรกs urgente.
ย Mercado enemigo
La realidad es que nadie se resiste a una ganga. Mรกs cuando muchas firmas inflaron los precios de sus relojes antes de la crisis y sembraron la semilla de un mercado gris boyante, donde los compradores accedรญan a sus piezas favoritas a precios muy atractivos.
Bรผsser retrata la situaciรณn actual: โLas firmas y los retailers autorizados, excepto en Estados Unidos, no quieren hacer negocios en el mercado pre-owned. Entre los riesgos, puedes pagar por una pieza que nunca recibirรกs, pueden ser relojes robados que se venden como usados, productos en un terrible estado o que han sido reparados por relojeros incompetentes que los daรฑaron. Esto sin hablar del universo vintage, aรบn mรกs peligrosoโ.
El genio rebelde de MB&F no solo se queja de la situaciรณn. Como Bennahmias, tiene un plan. โEn junio lanzaremos Certified Pre-Owned para vender ediciones limitadas que ya no se pueden encontrar con nuestros minoristas (no queremos competir con ellos). Los relojes usados serรกn puestos a punto y se venderรกn con un aรฑo de garantรญa. Serรก una oportunidad fantรกstica para obtener un MB&F raro con confianzaโ.
Georges Kern, CEO de Breitling, tambiรฉn considera implementar una estrategia. Por ello entre sus objetivos estรก la compra de stock a sus socios comerciales y la venta de relojes usados con certificado: โEsta es la innovaciรณn que queremos traer al mercado. Hoy no puedes comprar un reloj usado de forma estructurada y confiable en la industria. No pasa igual cuando quieres comprar un BMW usado. Es extraรฑoโ.
Las firmas relojeras no quieren renunciar a un mercado con grandes dividendos. Pero tampoco quieren lastimar la cadena de distribuciรณn y convertirse en competencia directa de sus socios comerciales.ย Por estas razones surgen nuevas estrategias, sobre todo cuando las marcas no pueden poner lรญmites eficientes por sรญ mismas. Por ejemplo, Richard Mille ha confiado en Revolution, la revista que hace unas semanas anunciรณ su proyecto de e-commerce de piezas nuevas y usadas. Para el mercado pre-owned, Revolution a su vez se ha asociado con WatchBox, una plataforma de comercio en lรญnea que compra, vende y comercializa relojes de lujo de segunda mano. La fundรณ Daniel Govberg en noviembre de 2017, quien es propietario de Govberg Jewelers, una joyerรญa centenaria que distribuye firmas como Rolex, Piaget o Zenith.
โLas ventas de relojes usados han crecido un promedio de 40% anual en los รบltimos cinco aรฑos, mientras el mercado de relojes nuevos lo ha hecho entre 3% y 5%โ, asegura Govberg en entrevista con Tiempo de Relojes. WatchBox es la respuesta a este fenรณmeno.
Bruce Lee, copropietario de Revolution, dijo a The New York Times que โla gente podrรก comprar, vender o comerciar en nuestra plataforma digital y WatchBox harรก que el inventario estรฉ disponible. Nosotros brindaremos contenido de historias y videos. Es por eso que el matrimonio tiene sentidoโ.
โFue evolucionar o morirโ, aceptรณ Lee, quien admitiรณ que la compaรฑรญa empezรณ a registrar 15% menos ingresos desde 2015. Con esta iniciativa esperan crecer a doble dรญgito en los prรณximos dos aรฑos. En Revolution los relojes provendrรกn del inventario propio y de WatchBox, y tendrรกn garantรญa de 15 meses.
Watchbox tambiรฉn desarrolla su negocio en tiendas fรญsicas. En Hong Kong abrieron a finales de aรฑo. โNuestras ventas estrella son relojes modernos usados de Rolex, Patek Philippe, Panerai, Audemars Piguet, Breitling, Omega, IWC, Jaeger-LeCoutre, F.P. Journe y Hublot. La categorรญa sport es la mรกs fuerteโ, cuenta Govberg.
A รฉl le parece bien que las marcas estรฉn buscando soluciones. โLas medidas de las firmas para depurar el mercado de segunda mano son un gran paso hacia el futuro. Nos ayuda a ambas partes โa ellos y a nosotrosโ a legitimar esta categorรญa. Todos nos beneficiaremos de esta exposiciรณn amplificadaโ.
F.P. JOURNE, PIONERO
El relojero independiente con sede en Ginebra, Franรงois-Paul Journe, ideรณ desde 2016 la manera de controlar el trรกfico de segunda mano de sus relojes. Creรณ el servicio F.P. Journe Patrimoine, que permite a los coleccionistas comprar relojes de lรญneas que ya no estรกn en producciรณn.
La marca restaura los relojes y los vende de nuevo con una garantรญa de tres aรฑos. Los interesados pueden acceder a estas piezas a travรฉs de su web. Ahรญ pueden consultar los ejemplares disponibles, los que ya se han vendido y los mรกs codiciados por los clientes. Una soluciรณn inteligente a la altura de sus guardatiempos รบnicos.