Durante muchos años, Maximilian Büsser se dedicó a sacudir la estética clásica de la alta relojería con sus radicales diseños, los cuales fueron adoptados por casas como Jaeger-LeCoultre y Harry Winston, hasta que en 2005 rompió definitivamente las cadenas y fundó su empresa, MB&F (Maximilan Büsser & Friends).
Desde el día uno, Büsser dejó claros los principios de la nueva firma: unir a los mejores relojeros independientes para crear artefactos únicos capaces de medir el tiempo de manera precisa. Dichas piezas fueron nombradas Horological Machines, las cuales van desde un robot con dos caras hasta un cohete espacial.