En el gran libro de la Fórmula 1, el nombre de Nico Rosberg tiene ya su propio capítulo, pues a pesar de formar parte de una generación monopolizada por los Hamilton, Vettel y Raikkonen, el alemán fue capaz de conquistar el campeonato mundial 2016, como hiciera su padre, ‘Keke’ Rosberg, en 1982.


