“La única prueba que necesitamos para saber que Dios existe, es la música”. Esta bella sentencia, cortesía de Kurt Vonnegut, nos demuestra la importancia que tienen la melodía y la armonía en nuestras vidas, pues la creación musical ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales.
Por ello, Jacob & Co. rinde homenaje a este quehacer a través de una tradición ancestral, las cajas musicales, en una pieza llamada Opera Musical Watch, perfecta unión entre la precisión mecánica y la sensibilidad artística, pues es capaz de interpretar una melodía de 120 notas, asunto inédito en la relojería.
Al utilizar un sofisticado cristal de zafiro de una sola pieza para envolver todo el guardatiempo, se observa de forma íntegra el mecanismo del Opera Musical Watch.
Este cuenta con volante central que acciona un par de barriletes para dar energía al reloj. Esto implicó un enorme reto, pues el peso de los elementos podría haber obstruido la fluidez del reloj. Sin embargo, ofrece máxima precisión.
Un pulsador situado a las 2 h activa la rotación del movimiento, al tiempo que toca la melodía, donde cada una de las notas suena a través de unos pernos minúsculos colocados en el cilindro, que hacen contacto con los dientes individuales de una peineta. Mientras nos deleita con su pequeña sinfonía, el ensamblaje completo (incluidos un tourbillon gravitacional de tres ejes y una subesfera con indicaciones de horas y minutos) gira 120 grados alrededor de la carátula de oro rosa de 18 quilates.
Cuenta también con un calibre de cuerda manual JCFM02, reserva de marcha de 72 horas, caja de 47 mm en titanio con recubrimiento de PVD negro y zafiro. Tiene cristal de zafiro abombado con doble tratamieto anti-reflejante, agujas color azul y correa de piel aligátor negra con cierre desplegable.
El Jacob & Co. Opera Musical Watch se presenta en dos versiones: una edición limitada a 18 unidades con acabados de alta gama en negro y dorado; y una pieza única, la cual cuenta con elementos decorativos que recrean una gran noche de gala con orquesta.
