La tecnología avanza a velocidad de vértigo. También la que detecta si el reloj que llevas en la muñeca es falso. El Shazam de los relojes ya es real. Lo ha hecho posible una fundación suiza sin fines de lucro, Origyn, que combina tecnologías de Inteligencia Artificial (IA) y Aprendizaje Automático (ML), lo que da como resultado cambios revolucionarios en la lucha contra la falsificación. Una fotografía es suficiente para que la aplicación detecte si el reloj es falso u original. Por primera vez en la historia, un objeto en sí mismo constituye su propia identidad única, a través de su propia biometría.
Esto es posible gracias a la iniciativa liderada por Vincent Perriard, experto relojero ex CEO de HYT, Technomarine y Concord, que ha unido esfuerzos con dos socios claves: Gian Bochsler, un emprendedor suizo activo en fintech y criptomonedas, fundador de Archery Blockchain, y Mike Schwartz, ex director de Digital Ventures en Boston Consulting Group.
Se estima que se producen unos 40 millones de relojes falsos cada año, lo que contribuye a una saturación significativa de la ‘marca’, algo en contra de la reputación y la filosofía de las compañías de lujo. Además, se producen alrededor de 1,600,000 ‘superfakes’ por año, lo que resulta en una pérdida estimada de 224 millones de dólares en el mercado primario.
Clon digital
La investigación de Origyn se centró en una forma de autenticar un objeto directamente, sin la ayuda de un código de barras, microchip, grabado u otro proxy; el resultado es que ahora cualquiera puede tomar una fotografía de un objeto e identificar y comprobar que el producto es original, además de saber su procedencia, historia y propiedad.
El desarrollo más crucial para que esta aplicación sea posible es el surgimiento de una nueva generación de Internet pública descentralizada, la “Computadora de Internet” (en la que se construye el protocolo Origyn), que puede almacenar un clon digital de cualquier reloj registrado.
“Durante la última década, hemos visto empresas que han creado soluciones Blockchain para marcas de lujo. Pero todas sus soluciones tienen el mismo problema: el reloj todavía tiene un documento separado (o certificado de formato de tarjeta de crédito) que comprueba si el reloj es original. No es como Origyn, que es como Shazam, ¡pero para relojes en lugar de música! ” dice Vincent Perriard, cofundador de Origyn. “Además, nuestra solución no es intrusiva para la industria del lujo ya que se basa únicamente en el reconocimiento de imagen del producto en sí”, agrega.
La identificación de cada reloj se realiza en una escala infinitamente pequeña; la fotografía actúa como un escáner microscópico, reconociendo variaciones en modelos que parecen absolutamente idénticos a simple vista.
Las operaciones están programadas para comenzar en la segunda mitad de 2021. El mayor desafío ahora es lograr unir a las diferentes marcas de relojes y jugadores en la misma plataforma.
Ventajas para las marcas
Los fabricantes están involucrados desde el nacimiento de un bien de lujo al “acuñar” (generar) un “gemelo digital” del objeto físico a prueba de manipulaciones e imposibles de falsificar. También será posible acuñar relojes o cualquier objeto de lujo para el mercado secundario. El protocolo Origyn asegura a cada gemelo digital de forma inmutable y cronológica.
Los fabricantes tendrán el poder de fortalecer su relación con los consumidores finales con servicios adicionales de valor agregado. Esta conexión adicional entre propietarios, compradores, boutiques propias de marcas y otros canales en el mercado traerá muchas nuevas oportunidades de crecimiento e ingresos. Esta tecnología creará un vínculo digital con los propietarios de artículos de lujo.
Además, Origyn permite que los relojes estén vinculados a su propietario y se registren como robados o extraviados. También permitirá una fácil transferencia de propiedad y permitirá a las aseguradoras ofrecer cobertura directamente a los propietarios de los relojes.
Texto: Yolanda Ruiz