Habitualmente concebimos la capacidad técnica de las grandes casas relojeras como una herramienta para desarrollar complicaciones. Mucho más en nombres como Patek Philippe, cuyo dominio de la mecánica es incuestionable. Sin embargo, sus recursos técnicos van mucho más allá. Por ejemplo, para alcanzar soluciones estéticas hasta ahora imposibles de superar. Nos lo acaban de demostrar con el Golden Ellipse, una de las estrellas de la pasada edición de Watches & Wonders.
Simple en concepto y forma, el Golden Ellipse es un reloj extraordinariamente complejo. Sus escasos elementos obligan a tomar decisiones creativas muy radicales e innovadoras. Para aquellos menos familiarizados como este legendario reloj, el Golden Ellipse lleva en el catálogo de Patek Philippe desde 1968.
Fue un reloj creado de las proporciones naturales emanadas de la regla áurea, ya experimentada por los filósofos clásicos griegos. Su lanzamiento fue toda una revolución en Patek Philippe al ser su primer reloj cuya caja fue diseñada y desarrollada por la propia firma. Hasta entonces, las casas suizas se atenían a las cajas ofertadas por sus proveedores habituales. Este cambio de mentalidad fue esencial para que años más tarde Patek Philippe desarrollara su icónico Nautilus. Desde entonces, el Golden Ellipse, hasta hace poco conocido como Ellipse d’Or, siempre ha estado presente en el catálogo de la manufactura ginebrina adaptándose a los gustos de cada época. En la década de los ochenta fueron habituales las versiones del Golden Ellipse con brazalete. Muchos han sido los clientes que han pedido a Patek Philippe que recuperara este formato, pero la firma se negaba por cuestiones técnicas.
Quince años de desarrollo
Aquellos antiguos brazaletes estaban realizados con hilo de oro y esta técnica impedía, entre otras cosas, fabricar modelos de longitud adaptable, como si ocurre en los denominados brazaletes mecánicos, elaborados con eslabones, como los usados en el Nautilus.
No ha sido fácil conseguir un brazalete adecuado para el Golden Ellipse. Debía tener la virtud de poder adaptar su tamaño a la muñeca del usuario. El equipo de la manufactura ha invertido quince años de desarrollo para hacer realidad este producto. Para hacerlo se ha implantado una nueva tecnología que hace posible la producción de más de trescientos minúsculos eslabones, pulidos y ensamblados completamente a mano.
El pequeño tamaño de estos eslabones era un requisito necesario, no solo para parecerse a los antiguos brazaletes de hilo de oro, sino para adecuarse a la finura de la caja del Golden Ellipse, la más fina del catálogo de Patek Philippe, con un grosor de apenas 5.9 milímetros. El ajuste del brazalete se completa con un nuevo cierre desplegable que incluye tres posiciones, muy útiles para los pequeños pero inevitables cambios de diámetro de la muñeca, habituales en los meses de verano.
Oro rosa y negro ébano
El Golden Ellipse con brazalete se suma a la escueta oferta de esta colección, ahora compuesta por apenas cuatro referencias. Está elaborado en oro rosa y viene acompañado de una carátula de oro en acabado negro ébano realizada con la misma técnica de galvanización que se empleó en los primeros Golden Ellipse de los años sesenta. Tanto los índices como las agujas también están realizados en oro rosa.
Sin novedad en el apartado técnico, el Golden Ellipse monta el Calibre 240, uno de los más delgados del mercado, con un grosor de apenas 2.53 milímetros. Es automático, dotado con mini-rotor de oro de 22 quilates y equipado con espiral Spiromax de silicio.
FICHA TÉCNICA
PATEK PHILIPPE GOLDEN ELLIPSE 5738/1R