A nivel estético no hay realmente cambios, pero llega un rediseño (del corazón) para relanzar seis nuevas versiones de cronógrafo Portugieser. IWC ya experimenta en vivo el dinamismo de Manufakturzentrum, la nueva manufactura de Schaffhausen inaugurada hace dos años. Poder técnico para equipar la colección íntegramente con calibres in-house de la familia 69000, que se exhiben en el fondo transparente de cristal de zafiro de cada pieza.
Portugieser Chronograph se ha convertido en una de las piezas más populares de la firma suiza. Un modelo que recoge la herencia de los antiguos cronómetros marinos que se adaptó a la muñeca en el siglo XX. Hay que recordar que IWC creó Portugieser en 1939, a petición expresa de dos comerciantes portugueses que encargaron un reloj de pulsera grande con la precisión de un reloj de bolsillo.
Diseño clásico y elegante sin cambios donde destacan los números arábigos, finas agujas “feuille” y bisel proporcionado que aportan funcionalidad y legibilidad. Un display que presenta contador de minutos a las 12 h y pequeño segundero a las 6 horas con aguja central para la función crono.
El cronógrafo ahora ha renovado íntegramente su corazón con el calibre de manufactura 69355. Un movimiento in-house sólido y preciso con la tradicional conformación de rueda de columnas. Su sistema automático de marcha garantiza 46 horas de reserva gracias a su mecanismo de trinquete.
Llegan seis diferentes versiones en acero y en oro rosa para un nuevo cronógrafo que adopta varios colores en la carátula: plateado, azul, negro y gris pizarra que juegan con diversos detalles también a color en manecillas azules, rodiadas o chapadas en oro. Las nuevas referencias visten correas de aligátor. Las dos referencias en oro rosa se distinguen por el toque de la piel de aligátor de Santoni. Todas presentan un nuevo cierre más confortable.