¿Es posible mejorar lo que parece perfecto? Habrá quienes se decanten por decir que no, que si algo funciona, para qué moverlo. Pero también existen voces que creen férreamente en lo perfectible de las cosas: la posibilidad de siempre ser mejor.
Sin lugar a dudas, los hermanos Grönefeld pertenecen al segundo grupo, pues no obstante de haber obtenido múltiples reconocimientos (entre ellos el prestigioso Grand Prix d’Horlogerie de Genève 2016) con su reloj Grönefeld 1941 Remontoire, hoy lanzan una versión renovada con posibilidades bespoke.
Gracias a la aplicación de la técnica guilloché, cada esfera cuenta con una apariencia única. Este proceso se realiza de manera minuciosa a través de máquinas con cientos de años de antigüedad, así que la tradición y el toque artesanal están garantizados.
Reserva de marcha de 36 horas con fuerza constante, indicaciones de horas y minutos centrales, pequeño segundero a las 6h, regulador de velocidad a las 9h, resistencia al agua de 30 metros, agujas en Lancette y correas en cuero de avestruz cosida a mano con acero inoxidable, oro blanco u oro rosa, todas con el logo de la firma grabado, son otras de sus características.