Frédéric Arnault conocer bien el terreno que pisa. El joven ejecutivo ha demostrado conocer bien la historia de TAG Heuer y manejar los recursos adecuados para hacerla brillar en la actualidad. Un ejemplo claro es la colección Aquaracer, su conocida línea de relojes de submarinismo, actualizada y reforzada en un magistral proceso repartido en tres etapas.
La primera comenzó el invierno pasado con el lanzamiento del Aquaracer Professional 300. La segunda fase fue a comienzos de este año con los nuevos Professional 200. Esta diversificación ha permitido a TAG Heuer ofrecer un reloj de clara inspiración submarina en el primero y un producto más versátil y elegante con el Professional 200. La sorpresa ha saltado esta primavera con el anuncio del Aquaracer Professional 1000 Superdiver, pensado para el buceo profesional.
Superdiver ponible
El aspecto más interesante del Aquaracer Professional 1000 Superdiver no es la cantidad de recursos para el buceo que incorpora, sino el modo en el que sus desarrolladores han aplicado dichos recursos y a la vez han conseguido un reloj discreto en apariencia y fácil de llevar. Si lo vemos desde esta perspectiva, por un lado, tenemos un reloj hermético a 1,000 metros, equipado con válvula de escape y un protector de corona.
Por el otro, un modelo de apenas 45 milímetros (algo excepcional en los superdivers) y muy cómodo gracias a su fabricación íntegra en titanio. Incluso esa combinación de elegancia y funcionalidad queda bien expuesta en sus elementos en naranja. Este color es una de las tendencias del año en relojería. Sin embargo, su uso en el Aquaracer Professional 1000 Superdiver va más allá de la cuestión estética y se ciñe al componente más funcional del reloj. Porque el naranja es conocido en el mundo del submarinismo por ser el que mejor se distingue en la oscuridad de las profundidades marinas.
Movimiento de categoría
El salto de calidad que ha experimentado el 1000 Superdiver respecto a las otras versiones del Aquaracer también se extiende al apartado mecánico del reloj. TAG Heuer estrena con este reloj una colaboración con Kenissi Manufacture SA, fabrica con sede en Le Locle y creada en 2016, detrás de la cual se esconden los actuales movimientos exclusivos de Tudor y Chanel.
La elección del movimiento de Kenissi permite a TAG Heuer disponer de un calibre de excepción, sin necesidad de desarrollar su propio calibre; una tarea hasta ahora limitada a mecanismos cronógrafos y tourbillon. Con 70 horas de reserva de marcha, certificado COSC y garantía de cinco años son sus principales virtudes.
El Aquaracer Professional 1000 Superdiver se entregará a todos sus compradores dentro de una caja estanca, acompañada de una linterna de buceo de rescate. Una presentación a la altura de la pieza.
FICHA TÉCNICA
TAG Heuer Aquaracer Professional 1000 Superdiver