La asociación entre el automovilismo y la alta relojería tiene varios capítulos de leyenda. La medición precisa del tiempo resulta vital para el deporte motor. Uno de los episodios más destacados tiene como protagonista a la firma TAG Heuer, quien en 1962 lanzó el modelo Autavia, nombre proveniente de la contracción de las palabras “automóvil” y “aviación”, en un claro alarde de pasión por la velocidad.