FUTURO
TIEMPO DE RELOJES #112 PRIMAVERA 2020
Este número de nuestra revista aún no refleja el presente. Incluye una realidad A.C. (antes del COVID-19). Lo hemos hecho en casa, con constantes reuniones de Zoom, una plantilla mermada y salarios reducidos, y eso sí es el presente, pero con relojes y hechos del pasado. La realidad y los relojes del futuro aún están por llegar. No hubo Watches & Wonders en abril y Baselworld entró en cuidados intensivos con ventilador y neumonía galopante que hacen esperar un desenlace fatal. El futuro es que Ginebra reunirá en abril de 2021 a 50 marcas en dos salones amigos en un mundo depurado que busca con menos protagonistas refundarse para sobrevivir. ¿Va a cambiar la vida y la relojería después de esta crisis? Quién sabe. Las bombas atómicas explotaron y acabaron las guerras mundiales, la carrera espacial nos hizo soñar con horizontes interplanetarios de ciencia ficción y ni regresamos a la Luna, la ingeniería genética y los algoritmos nos pintaban un mundo robotizado a lo Big Brother y no acabamos con el cáncer, las pandemias, el terrorismo o la violencia de género. Y si la nasa, la cia o el cern decepcionan porque no nos acercan más a Dios de lo que ya estuvo Pericles y la relojería no pasa de los profesionales de Rolex, el Royal Oak, el Nautilus, el Santos… y la modernidad se llama Octo Finissimo, que no deja de ser tan clásico como un octo y un finissimo, ¿por qué pensar que esta epidemia va a cambiar todo? ¿No será que el ser humano es tan predecible como un Rolex y un Patek? Tal vez el orden social y el trabajo podrán ser más virtuales a partir de ahora pero algo hace sospechar que la relación con los objetos, la vida y el placer seguirán siendo neoliberalmente físicos. Volveremos a creer que algo externo va a cambiar nuestras vidas pero, ya lo verán, seguiremos en lista de espera para un Daytona carátula blanca y huiremos en vacaciones a un destino terrícola donde volvamos a soñar una vez más como androides con ovejas eléctricas.