Conexiones resolutivas

Con el pacto social puesto en cuarentena por la contingencia pandémica, el TAG Heuer Connected se sumó a nuestro sencillo hábitat digital para conformar un trío escatológico compuesto por computadora, celular y reloj inteligente. Ahora que el home office y las tecnologías de la información y la comunicación cobraron relevancia, una herramienta más en la mano. Debemos confesar que, de todas las piezas que hemos puesto “A Prueba”, es el reloj que más tiempo hemos tenido en la muñeca. Calma y análisis para valorar su comportamiento, bondades y debilidades durante más de dos semanas. En conclusión, podemos adelantar que el resultado es óptimo.

Si muchas marcas aún mantienen viva en su prédica la funcionalidad como valor de los relojes-instrumentos, creo que más de una debiera atreverse a lanzar un smartwatch. Porque apelando a la coherencia, estos relojes son los únicos que responden con certeza a nuestro pragmático modus vivendi en esta época postmoderna: negocio y ocio por igual. Además, computadoras y celulares se han convertido en un apéndice biológico más del ciudadano de la urbe. Tanto firmas relojeras como clientes ya entienden, lejos de la ortodoxia, que el universo mecánico y el tecnológico pueden conformar una buena colección de relojes sin contradicción. Este TAG Heuer Connected es la tercera generación del reloj inteligente de la casa.

Frente a un amplio catálogo de smartwatches en el mercado, aquí el reloj se siente en la muñeca con el peso apropiado. Es una caja de acero con bisel de cerámica, no un reloj deportivo de caucho o material sintético. La correa sí es de caucho. Muy ligera y flexible, se ajusta muy bien con su cierre desplegable. Es realmente cómodo. La firma de La Chaux-de-Fonds viene desarrollando su departamento smart y ya han presentado diferentes modelos, como el último Connected Modular Golf Edition en 2019 con una app que convertían el green en un viaje placentero con la ayuda de mapas en simulación real sobre la pantalla de un celular.

A la experiencia del swing, sumaba la realidad paralela de la funcionalidad deportiva. Esta nueva pieza ya saca partido a la relevancia del “data” para uso personal. Y aquí es donde se ha centrado el nuevo desarrollo. TAG Heuer ya se puso ma-nos a la obra en 2015 y ha entendido que la inteligencia de un reloj conectado, actualmente, pasa por su eficiencia a la hora de monitorear bienestar general cuando se trabaja o se descansa y rendimiento en las actividades deportivas.

En definitiva, como recordaba el viejo adagio, una mente sana en un cuerpo sano. Seres productivos en equilibrio. Leí que, como novedades, el sis-tema operativo traía herramientas a medida como brújula, acelerómetro y giroscopio —les confieso que no las usé, no consideré mi vida diaria un giroscopio y un acelerómetro—. Según el instructivo, la batería puede aportar hasta 6 horas de máximo trabajo para una sesión deportiva constante con el uso habilitado de GPS.

El mapeo es preciso. No estaba previsto, pero realizamos una caminata a primera hora del día por la Roma y Parque México. Quedó bien reflejada en el celular. Si uso un smartwatch, en ese momento no me desespera la nostalgia por la mecánica. Así que preferí elegir carátulas modernas, no las que recreen modelos de TAG Heuer reconocibles. Con el gráfico modular que recuerda a los nanotubos de carbono de la revolucionaria espiral de la firma, se va activando la animación conforme tu actividad física crece en el día —el contador de pasos o alguna rutina de ejercicio—.

Todo el ecosistema digital, al encender el reloj, se activa sin mayor problema y se descargan las tres aplicaciones iniciales —Wear OS by Google, TAG Heuer Connected y Google Fit—. Ligado a este último, hay todo un registro de datos biométricos, como la medida del control cardíaco y las horas de sueño. El bluetooth reconoce rápidamente el reloj. Introduces tus datos personales básicos a través de un rápido registro y comienza esta pequeña aventura científica del estudio sobre las acciones y reacciones de tu cuerpo. Al igual que cualquier device, conviene tener una buena red de internet para que no se bloqueen o paralicen las actualizaciones. Solo en estos momentos de máximo rendimiento del procesador, el reloj parece calentarse un poco. Preferí quitármelo y dejarlo sobre el cargador magnético —de hecho, te lo pide con una notificación para una completa actualización—.

En algún momento, se han presentado pequeños problemas de conectividad, pero sospecho que es por el uso de mi celular Apple. Ya conocemos la paranoica relación de amor y odio que viven Google y la firma de la manzana. El saber y el control de la información levantan pasiones y celos. Todo el sistema operativo del Connected es compatible con iOS y Android. La pantalla digital es realmente sensible y con el tacto del dedo se activa en todas las direcciones.

Hacia abajo, se despliega un menú central; a la derecha, Google te saluda y abre el micrófono para dar alguna instrucción; a la izquierda, se abren carátulas de información como el clima, un feed de noticias la agenda; y hacia arriba, mensajes del sistema operativo por si requieren actualización y otras notificaciones de WhatsApp o llamadas.

Una ligera vibración del reloj te alerta de un nuevo mensaje. En realidad, toda la organización de esta arquitectura comunicativa se puede personalizar en cada detalle. Por cierto, la pantalla también se puede usar como pequeño foco de luz al igual que los celulares traen su linterna. La corona central abre también un menú por el que navegas con la corona. Los dos pulsadores, en cambio, trabajan de modo tradicional para el cronógrafo cuando haces alguna actividad física.

Sol versus pandemia.
Nunca hemos cortado el cordón umbilical que nos une a la naturaleza. Y el espíritu fitness es otra forma vital de experimentar el tiempo. Hemos carga-do la batería del reloj cada noche. Trae un sencillo dispositivo al que se acopla ligeramente. Reloj preparado para una rodada en bicicleta. Nos lanzamos por una pequeña ruta en el Parque de los Ciervos (Atizapán de Zaragoza). Nos alcanzó la contingencia decretada por la pandemia, pero fuimos cautos y tomamos todas las precauciones para un pequeño paseo.

Día soleado, temperatura agradable y algunos corre-dores que entienden que un buen estado de salud es la mejor defensa contra el ataque del invisible virus. La app específica de TAG Heuer de deportes (Companio) es realmente fácil de manejar y se pueden revisar entrenamientos e historial. Son compatibles con las herramientas de Apple Health y Strava, pero la hemos enlazado con el Google Fit.

El diseño de su display facilita la lectura en la bicicleta. Grandes números y una pantalla con la información bien organizada. El tiempo corre y la bicicleta rueda. Una ligera inclinación de la muñeca revela la información de la pantalla, que puede “dormir” para ahorrar batería cuando el reloj entiende que no se está leyendo. Con el sudor de las manos, la interactividad de la pantalla puede reaccionar de forma más lenta al clic de tus dedos. Pero la bici corre y el tiempo también. Al final, ahí queda el registro del entrenamiento. Otra jornada productiva y activa para seguir sumando. (Texto: Leslie López/Fotos: Vonne Borrelli)

Leslie López

Lector antes que editor. Planté un limonero y escribí un libro. Espíritu deportivo para templar el ánimo. Ldo. en Filosofía (Univ. de Sevilla) y Máster de Periodismo (Complutense de Madrid).

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