Imposible negarlo: cuando el Apple Watch fue presentado en 2014, el mundo de la relojería se cimbró. No porque no existieran ya los relojes inteligentes. Timex se había adelantado 10 años cuando creó el Data Link en conjunto con Microsoft como un proyecto para la NASA en 1994. Pero sí era la primera vez que un gigante de la tecnología, además aliado de manera íntima al mundo del lujo, amenazaba de manera directa. Y es que su conexión al popular iPhone lo hacía más tentador para los consumidores (creando, incluso, una sensación de necesidad) y el diseño, mucho más elegante que el de cualquiera de sus predecesores, también lo convertía en un enemigo perfecto. La única marca que supo que debía aliarse de inmediato al Apple Watch fue Hermès.
La casa francesa, cuyos relojes mecánicos son fabulosos, supo que no tenía nada de qué preocuparse. Entendió que, por el contrario, su expertise artesanal sería un plus para el nuevo reloj mientras este, a su vez, le daría dinamismo en un mercado más joven y techie. Por lo que en 2015, tan solo un año después de la presentación de este gadget, la colaboración ya era un hecho.
Llevar un Apple Watch al estilo Hermès
La percepción de muchos fue que Hermès decidía “dormir con el enemigo”, como en aquella película noventera de suspenso protagonizada por Julia Roberts. Pero lo cierto es que Hermès descubrió en su alianza con Apple una mancuerna estable y hasta lógica. Considerando el posicionamiento de Apple como una firma de lujo, ¿qué podría ser mejor para su reloj que portar una correa Hermès? Y así es como llegamos a 2020, con la presentación del Apple Watch Series 6, que cuenta con la tecnología revolucionaria. Es un reloj que además de dar las prestaciones típicas de un smartwatch actual, mide el nivel de oxígeno en la sangre y la frecuencia cardiaca con un sensor integrado al cristal trasero. Se trata de capacidades que hacen cada vez más delgada la línea entre nuestros gadgets y nuestro cuerpo y que son doblemente valuadas al nacer en medio de una pandemia en la que hay una necesidad imperante por revisar con constancia esos datos biológicos.
Y está también la parte estética. El nuevo Apple Watch tiene nuevas carátulas y correas desarrolladas por la marca. Pero el upgrade lo da Hermès con sus correas de cuero Barénia. Y celebra estos primeros cinco años de alianza con el gigante de Cupertino con una nueva paleta de color que ahora incluye los tonos pimiento, naranja, ambar, bambú, azul navy y anémona.
Además, hay un nuevo diseño de correa: Hermès Attelage, que se inspira en los arneses ecuestres y que, jugando con las proporciones, se extiende fuera de la caja. También se vuelve extra delgada. El usuario puede decidir si elije entre la que da dos vueltas a la muñeca o una sola. Por supuesto las correas se complementan con las carátulas exclusivas de Apple que llevan el elegante logotipo de Hermès. —Mónica Isabel Pérez
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