Una marca que se siente ligera, atrevida, con muchas ideas y camina en el lado salvaje. Nadie produce lo mismo y que tiene récord de ventas del tourbillon y de materiales con la asociación con Lamborghini. Con una cuidada producción de piezas que siguen el Punzón de Ginebra y apuesta por la estética esqueletada, Andreatta, CEO de Roger Dubuis, comparte con Tiempo de Relojes las últimas novedades de la firma y sus retos al frente de la marca. “Si hay algo que no nos falta en Roger Dubuis es la creatividad. No puedes detener la creatividad, pero sí intentar controlarla. Debo canalizar la creatividad porque si no lo hago vamos hacia todas las direcciones”.
—La primera pregunta es sobre Drop Collection, no es la primera marca que presenta esta posibilidad de personalización con los relojes, ¿pero es el principio de Roger Dubuis de ir hacia un atelier de personalización?
—Empezamos hace unos meses y la idea era tener algo rápido. La primera idea fue subastar estos relojes por un tiempo muy limitado, poniéndolos en redes sociales y herramientas digitales para estimular un poco a nuestros clientes hacia creaciones que aparecieran regularmente. Cada dos semanas, tres semanas un diseño completamente diferente en solo un reloj. La otra idea fue conectar estos relojes con la actualidad, así que cuando trabajamos con un coche, muchas veces teníamos un reloj inspirado en Lamborghini, por ejemplo. Al final ha sido un ejercicio muy exitoso porque creo que lanzamos seis relojes diferentes y hemos vendido cinco hasta ahora, así que ha sido muy interesante.
Laboratorio Q
—¿Es un atelier pop-up, una idea solo temporal para este año?
—En Roger Dubuis siempre tenemos una parte de nuestra colección dedicada a nuestros clientes, construimos junto con ellos. Representa siempre entre el 10 y el 20% de lo que hacemos. Gregory Bruttin, nuestro director de estrategia, se sienta con nuestros clientes que trabajan en el diseño y en el calibre y funciones, y decidimos juntos. Es un viaje en el que acompañamos a nuestros clientes hacia algo que se adecue a su estilo, a sus necesidades y debo decir que es una parte grande de lo que hacemos, es una forma de conectar con ellos. Por eso, esta nueva parte de nuestra manufactura va a estar rediseñada completamente y la llamaremos “Laboratorio Q”. Probablemente lo has escuchado en James Bond, el laboratorio en el que crean todas las cosas locas y armas. La idea es tener lo mismo aquí, “nuestro hombre Q” que será Gregory y que él le dará la bienvenida a los clientes y a todo mundo que tenga el interés de ver cómo trabajamos en Roger Dubuis y cómo creamos el futuro de la relojería.
—¿Qué tanto aumenta el precio de un reloj cuando es un producto por pedido? Imagina cuando empiecen a recibir pedidos y que cada uno sea muy difícil de predecir. ¿Qué tanto subirá comparado a la colección regular?
—No sé realmente cómo contestar porque no hay un estándar, no es solo agregar un premium en lo que hacemos para nuestros clientes, es un proceso completamente nuevo. Muchas veces trabajamos por meses para encontrar la solución adecuada para proponerle a nuestros clientes y somos probablemente muy estúpidos o poco comerciales en la forma en la que le ponemos precio a nuestras creaciones porque no hay una gran diferencia. Es algo que disfrutamos y especialmente Gregory disfruta el reto, así que cuando el cliente pide algo loco o imposible, ahí es dónde empezamos a trabajar. Te doy un ejemplo, la pieza que sacamos hace año y medio en Watches & Wonders, que llamamos el One Off. Era un doble tourbillon volante con dos tourbillones inclinados a 90º con un reloj modular a las 12 h y un movimiento retrógrado. Fue un desarrollo completamente nuevo en el que si hubiéramos puesto todas las horas invertidas de los ingenieros y el tiempo de creación, hubiera sido demasiado caro. Lo que hicimos fue usar toda la experiencia acumulada en ese diseño en otras piezas que son en serie y fue una forma de avanzar para nosotros en el desarrollo de los relojes. Los coches de Fórmula 1 hacen innovaciones en cantidades muy pequeñas que luego agregan a coches en serie regulares. Así usamos nuestro laboratorio y las invenciones locas que hacemos.
Nuestra idea es tener un acercamiento más “genderless”. Siempre digo que el momento en el que nos empezamos a segmentar es el momento en el que nos equivocamos
Nicola Andreatta
—Hay un nuevo Excalibur de 39 mm. Roger Dubuis normalmente ha hecho hiperrelojes muy avant-garde y estética moderna. La tendencia en las marcas clásicas es regresar a los tamaños pequeños, pero el hiperreloj se siente normalmente cómodo en 44, 45, 46 mm. ¿Qué debemos leer de esta combinación inusual con tamaños pequeños?
—El nuevo tourbillon volante es de 42 mm, pero acabamos de lanzar otro reloj hace tres meses que es de 39 mm, también es un tourbillon volante que se ha reducido a lo mínimo para entrar en esa caja. Hacemos uberrelojes, para nosotros la alta relojería contemporánea necesita espacio dentro de la caja para ciertas complicaciones, especialmente si quieres hacerlos en esqueleto, como nosotros lo hacemos en nuestros calibres. Debes dejar un espacio para que puedas ver dentro del calibre. Le dijimos a Gregory que no podía reducir más el tourbillon y él lo tomó como reto para hacerlo en la pieza de los 39 mm. Claramente le estamos hablando a clientes diferentes, tenemos mujeres que disfrutan cada vez más las complicaciones y tenemos hombres que quieren tamaños más pequeños, así que para ellos es complicado, no es muy agradable estéticamente usar 42, 45 o 47 mm. Se nos ocurrió la idea de reducir el tamaño de nuestros relojes a 39 mm, que puede ser un gran tamaño para hombres y mujeres.
—¿Esto quiere decir que ha cambiado el perfil del consumidor?
—Nuestra idea es tener un acercamiento más “genderless”. Siempre digo que el momento en el que nos empezamos a segmentar es el momento en el que nos equivocamos. No debemos decir que el reloj es para hombre o mujer. Hoy en día, las mujeres quieren relojes muy grandes y los hombres, muy pequeños o con diamantes. Las mujeres quieren titanio negro o de 37 mm, así que evitamos eso. Mejor los dividimos por tamaño sin decir si es para hombre o mujer y abrimos la posibilidad de que nuestros clientes elijan. El mercado asiático es muy importante ahora y ahí los hombres quieren un reloj más pequeño, así que pueden usar un tourbillon volante de 37 mm en vez de 42 mm. Así fue nuestra conclusión. Recuerdo que hace años hice un reloj de 36 mm que se supone era para mujeres y luego en Japón se vendió a los hombres. Todo tiene que ver con nuestra forma de pensar y ver las cosas porque estamos acostumbrados al pasado, pero el mundo está evolucionando y debemos asegurarnos de estar abiertos y ver qué les interesa a nuestros clientes.
Alta relojería del futuro
—Al principio Roger Dubuis fue clásico, no como Patek o Vacheron pero sí con un aire del pasado y, en el primer año de la marca, había relojes muy clásicos y hermosos. Después fue una evolución hasta los hiperrelojes asociados con Pirelli, etc. ¿Cree que Roger Dubuis siga haciendo estas uberpiezas o puede adaptarse a la tendencia del estilo retro? —Es muy interesante ver nuestro pasado y, como sabes, mi padre manufacturó las primeras cajas de Roger Dubuis: el Sympathie y el Hommage fueron manufacturadas por mi padre, así que estuve ahí cuando las cosas empezaron. Mi familia manufacturaba componentes, yo conocí a Roger Dubuis cuando era más joven. Sympathie era un tipo de caja clásica pero ya tenía algo de carácter, era diferente de un tonneau clásico, con curvas específicas y recuerdo que era una pesadilla fabricarlo. Hommage fue un poco más clásico. Muchas veces en los calibres exploramos todo, hicimos el cronógrafo, el calendario perpetuo, repetición de minutos, casi todos los calibres que hay en el mundo de haute horlogerie, pero siempre con un acercamiento diferente, un poco más de creatividad, especialmente cuando Carlos Dias llegó a la marca, ese fue el momento cuando enloquecimos un poco. Me gusta llamar a ese momento, el “extra creativo”, el Follow Me o el Much More sí fueron relojes muy locos. Regresando a un mundo más estandarizado y el hecho de que nos encontramos en el Excalibur muestra que queremos ser más consistentes. Nos gusta inspirarnos en el pasado pero viendo hacia el futuro. No será fácil para mí porque muchos aficionados y coleccionistas de la marca me piden rehacer ediciones de las piezas vintage y todos preguntan por Hommage o Sympathie.
—La tendencia vintage ahora es muy poderosa en la industria.
—Sin embargo, si decimos que siempre estamos protegiendo el futuro y hacemos cosas del pasado, vamos en contra de nuestro ADN. Déjame decir una cosa que es mi idea personal: a veces parece que hacen piezas homenaje o recreaciones porque no son lo suficientemente creativos para hacer piezas nuevas que sean exitosas hoy en día. Hay pocos casos en los que realmente puedes decir eso. Decidimos seguir un icono como el Excalibur y creo que eso siempre será nuestro caso. Es como lo que pasa con los coches, hay marcas que empiezan con una pieza icónica. A través de los años hay una evolución de tecnología y de diseño, de cultura, etc., así que al estar actualizando constantemente el diseño, le haces el servicio correcto a tu icono, lo sigues reinventando una y otra vez. Esto pasa con el Excalibur, hemos cambiado el diseño de la caja pero siempre usamos los elementos claves. Luego cambiamos completamente el movimiento, mejorándolo. Usamos nuevos materiales para el tourbillon, las nuevas visiones de la estrella en el movimiento, mejor que el pasado. Así creo que debemos trabajar en nuestros iconos sin necesariamente ir al pasado y rehacer lo mismo. Debemos evitar esto en el momento, es posible que en veinte años podamos hacer una reedición, pero ahora creo que debemos seguir con lo que estamos haciendo.
Si quieres el objeto de lujo más sustentable del mundo es un reloj porque, si lo cuidas, puede durar para siempre.
NIcola Andreatta
—Y personalmente, ¿te gustan los relojes esqueletados? ¿Sientes que puedes expresar mejor el diseño con los esqueletados que muestran más funciones en la carátula?
—Tenemos 40 metiers relojeros y esto quiere decir que hay 40 procesos que nuestros artesanos hacen con sus manos. Esto es realmente el valor de nuestra forma de fabricar los relojes y es la única manera de hacerlo. Me da mucho gusto que muchas personas están tratando de imitarnos. Creo que hoy estamos en un segmento en el que destacan ante los otros, tenemos ventajas de trabajar en algo físico en el que estamos orgullosos completamente del equipo y de cómo hacemos las cosas con nuestra manufactura aquí. Y otro punto, es que he visto la increíble diferencia de las personas que ven nuestros relojes en la tienda, luego van a nuestra manufactura y cuando bajan las escaleras y ven a cada persona que hacen las cosas. La percepción del valor que le ponemos a nuestros relojes es completamente diferente y lo aprecian así. Así es porque nadie espera o entiende la cantidad de trabajo que le ponemos a todo lo que hacemos y esto es el valor verdadero que hay en la relojería. La UNESCO acaba de decir que la relojería es un patrimonio de la humanidad y que es un arte. Creo que esto es exactamente lo que debemos proteger. Si quieres el objeto de lujo más sustentable del mundo es un reloj porque, si lo cuidas, puede durar para siempre.
Belleza interior y esqueletados
—Roger Dubuis fue un pionero en el movimiento esqueletado y ahora en las novedades de Watches & Wonders es una tendencia más general. Sé que eres italiano y vienes de una familia involucrada con los relojes. ¿Crees que la tendencia de los esqueletados siga permanentemente o será efímera?
—Debo decir primero que amo los relojes, antes de decir algo más, no me puedo librar de ellos, siempre están presentes desde que era un niño, es como una bendición y una maldición al mismo tiempo. Amo los relojes con carátulas esqueletadas y sin ellas, pero creo que fuera de la belleza exterior, en Roger Dubuis la belleza está en el interior. Por eso sería una pena no poder mostrar cómo hacemos las cosas. Nos ha tomado 25 años de artesanía increíble y seguimos perpetuando el Punzón de Ginebra, que requiere una forma muy específica de trabajar con acabados. Pones una carátula en el interior y lo cierras y no ves nada, eso sería matar todo el trabajo que nuestros artesanos hacen cada día. Esto es exactamente donde nos gusta expresarnos, jugar con nuestros movimientos y calibres, establecer que la función está al servicio de la estética. La mayoría de las marcas en el mundo toman un reloj, hacen un movimiento, una esfera que se puede ver desde afuera. Nosotros lo hacemos al revés, diseñamos un movimiento que sea tan bello que no necesitas una carátula, que vas a poder ver al interior, a los costados, al revés y que mientras más muevas el reloj, más verás su belleza. Recordemos que cada componente está hecho a mano y esto es el arte de la relojería.
—Y personalmente, ¿te gustan los relojes esqueletados? ¿Sientes que puedes expresar mejor el diseño con los esqueletados que muestran más funciones en la carátula?
—Tenemos 40 metiers relojeros y esto quiere decir que hay 40 procesos que nuestros artesanos hacen con sus manos. Esto es realmente el valor de nuestra forma de fabricar los relojes y es la única manera de hacerlo. Me da mucho gusto que muchas personas están tratando de imitarnos. Creo que hoy estamos en un segmento en el que destacan ante los otros, tenemos ventajas de trabajar en algo físico en el que estamos orgullosos completamente del equipo y de cómo hacemos las cosas con nuestra manufactura aquí. Y otro punto, es que he visto la increíble diferencia de las personas que ven nuestros relojes en la tienda, luego van a nuestra manufactura y cuando bajan las escaleras y ven a cada persona que hacen las cosas. La percepción del valor que le ponemos a nuestros relojes es completamente diferente y lo aprecian así. Así es porque nadie espera o entiende la cantidad de trabajo que le ponemos a todo lo que hacemos y esto es el valor verdadero que hay en la relojería. La UNESCO acaba de decir que la relojería es un patrimonio de la humanidad y que es un arte. Creo que esto es exactamente lo que debemos proteger. Si quieres el objeto de lujo más sustentable del mundo es un reloj porque, si lo cuidas, puede durar para siempre.
El éxito del tourbillon
—Otra característica única de Roger Dubuis es que el mejor vendido es un tourbillon volante, no sé si el sencillo o el doble está arriba del ranking de ventas. Esto es único porque ni Breguet, el inventor del tourbillon, tiene esa complicación como el bestseller de su portafolio. ¿Cómo debe una marca como Roger Dubuis hacer su estrategia hacia el futuro si su top de ventas es un tourbillon con un precio tan alto?
—Voy a decir algo que no le va a gustar a todos, pero las cosas más bellas de la vida no son para todos, lo siento. Si regreso al tema de los coches es exactamente lo mismo. Los coches más bellos del mundo vienen normalmente en cantidades limitadas y son más caros por todo el trabajo que suponen. Las piezas de arte y horas dedicadas permiten que solo se puedan hacer pocos y no todos puedan tenerlos. Es definitivamente una decisión de estrategia y el año pasado tomé una decisión poco popular, al menos con algunos de mis colegas en el equipo y que fue eliminar completamente la carátula sencilla que cubría el movimiento. No creo que debamos limitar el valor de Roger Dubuis en esos relojes. Aquí es más fácil venderlos porque cuestan menos, pero no creo que sean competitivos ni que esos relojes expresen lo que somos. Hay otras marcas y casas que hacen eso mucho mejor pero el valor añadido de Roger Dubuis son estas creaciones increíbles. Y el otro punto es que no podemos hacer de todo. No podemos continuar refinando la relojería e inventando nuevos calibres, evolucionar las cosas que hacemos a la vez que hacer miles de piezas. No son dos cosas que van bien juntas. Tenemos que tomar una decisión, así que nos concentramos en lo que hacemos mejor: tourbillon volante y tourbillon volante doble, repetidor de minutos y en cantidades pequeñas. Ya tenemos un mercado definido que elegimos y hacia ahí es dónde nos tenemos que concentrar porque nos estamos convirtiendo en la autoridad en ese tema.
—El Sello de Ginebra y su institución normalmente es muy clásico, en el pasado defendían las clases de artesanía, el swiss made, etc. hasta que Roger Dubuis empezó con la experimentación de nuevos materiales, acabados y decorados raros para ese Sello. ¿Cómo es la relación con el Punzón de Ginebra?
—Creo que nos aman y nos odian al mismo tiempo. Cuando escuchan la puerta y ven que es Gregory llegando a su oficina con algo loco… Ya sabes que nosotros nunca tomamos un “no” como respuesta y nos gusta romper las reglas. El Sello de Ginebra es genial, fue creado en 1856, hace unos pocos años (risas) y ha sido el mismo desde la época moderna, pero la tecnología y la propia industria han evolucionado. Todo está cambiando. A veces nos decimos que lo clásico es hermoso y nos encanta ver creaciones clásicas, pero también tenemos la parte contemporánea y la responsabilidad de evolucionar con nuestros clientes. De vez en cuando, Gregory va con el Sello de Ginebra y les pregunta cómo podemos hacer un acabado tan bueno y tan complicado de hacer como los acabados antiguos pero que tenga un mensaje de un acercamiento contemporáneo. El perlage es hermoso pero no te ayuda a tener líneas rectas, no se pueden trabajar líneas rectas aun cuando tengas la mezcla de latón y el efecto pulido, es redondo. Por ejemplo, aquí para la estrella queríamos jugar con superficies diminutas y pulidas así que gracias a este contraste de acabados, la luz es hermosa y brilla la estrella. Fuimos con ellos y les explicamos que es tan difícil como el perlage. Ahora, de hecho, muchas de las piezas tienen un perlage hecho por una máquina, así que no es atractivo un acabado así. Con este otro acabado necesitas una pequeña herramienta y debes hacerlo a mano, uno a uno. Cuando haces el pulido, tienes que hacer las mismas líneas en el mismo espacio, asegurándose de no pasar por dos superficies diferentes. Es tan complicado y difícil de hacer con un mensaje de alta calidad y eso es lo que queríamos hacer. Y nos dijeron que ok, les gusta ese y nos dieron el Sello de Ginebra.
—¿Se sienten cómodos que Roger Dubuis empuje la evolución, adaptar las reglas y nuevas expresiones en este universo?
—Te daré otro ejemplo que es probablemente tan interesante como este. Hace unos años creamos un movimiento completo de fibra de carbono que tenía el peso de un cubo de azúcar. Claramente la fibra de carbono no estaba dentro de los materiales del Sello de Ginebra. La fibra de carbono no existía en ese momento. Y como queríamos el Punzón de Ginebra, nos dijeron que necesitábamos acero en el movimiento de carbono. Así que fuimos con ellos y le preguntamos cómo podíamos hacer el acabado para que nos permitieran tener la fibra de carbono en el Sello de Ginebra y lo revisaron. Al final, jugamos con el contraste de cómo terminamos las tuercas dentro del movimiento y el material del propio movimiento para que el efecto de brillo y el mate del carbono transmitieran esa sensación de refinamiento y calidad que buscaban. Así es nuestra relación constante con ellos. Recientemente hicimos que revisaran la regla entre el oro y otros materiales. Fuimos con la federación y dijimos que eso no estaba bien y retamos a la convención porque queríamos hacer algo muy loco. Al final conseguimos el Sello de Ginebraporque así somos realmente, empujamos constantemente los límites en todo lo que hacemos.
Al final conseguimos el Sello de Ginebra porque así somos realmente, empujamos constantemente los límites en todo lo que hacemos
CEO de Roger Dubuis
—Cuando Greg o tú piensan en introducir algo nuevo en fibra de carbono, pides primero la aprobación del Sello de Ginebra antes de producirlo, ¿o lo haces y luego cruzas los dedos para que el Sello de Ginebra apruebe la última locura?
—No, eso sería una locura porque toma mucho tiempo producirlo. Normalmente lo empezamos a platicar desde el principio. Por suerte, estamos en Ginebra y Greg tiene una relación cercana por lo que estamos en contacto constante con la oficina. Cuando debemos discutir algo, somos amigos y digo que hay esta relación de amor/odio porque les complicamos la vida. Es un tipo de asociación con ellos. Hoy en día no hay muchos amigos que sigan trabajando con el Sello de Ginebra, así que deben cuidarnos porque no hay muchos que trabajan con ellos.
—Roger Dubuis tiene una de las manufacturas más integradas de la industria de la relojería, pero ahora con todos los nuevos descubrimientos de las marcas se están moviendo hacia nuevos materiales, nuevas fusiones, raros materiales y colores, etc. ¿Te sientes cómodo al saber que tienes una apuesta fuerte para la guerra?
—Esto siempre es una cuestión de balance, tomamos de la tradición de la relojería pero, cómo dije, el mundo está evolucionando y al final debemos pensar en nuestros clientes. Cuando empezamos a trabajar en el oro tipo “Eon Gold”, por ejemplo, el material es exactamente el mismo y solo agregamos un poco de paladio y de estaño que hace mejor el reloj para nuestros clientes. Van a tener el mismo color a través del tiempo. En el caso del vidrio de eon para el doble tourbillon, tenemos un material que es más fuerte y es más resistente a rayones, esto sólo puede ser un beneficio para nuestros clientes. Eventualmente es más complicado para nosotros, usamos exactamente las mismas máquinas y los materiales tradicionales, pero debemos entender cómo manufacturar estos materiales diferentes. El “carbón cromado” también es un material muy complicado porque es más duro que el acero así que para trabajar con él necesitamos más tiempo, adaptarnos e ingeniar otras formas de cómo podemos trabajar con este. Debemos aumentar el número de ciclos en la manufactura, por ejemplo. Todo es un poco más caro pero eso nos da la posibilidad de darles algo inesperado, diferente y nuevo a los clientes, con un look que es igual al acero.
Manufactura integrada
—Tienes una manufactura integrada que puede producir un espiral pero que se ha enfocado más en aspectos no típicos de la fabricación, más a la experimentación con materiales, diamantes, Superluminova, etc.
—Si lo piensas, regresando a la historia de la relojería, yo vengo de una época en la que todos los relojes eran de latón y estaban platinados porque el latón era mucho más fácil de fabricar. Es más suave y se puede hacer lo que quieras. Antes las cajas no estaban hechas del material que decía que era, sino que había que estampar cada una y luego darle ese acabado. Ahora, estamos en un mundo completamente diferente, tienes muchas máquinas que pueden trabajar en el propio material y cortarlo de la mejor forma posible. Estamos viendo que está evolucionando de nuevo y vemos máquinas que imprimen y que pueden hacer cosas muy locas. Es una cuestión de evolución, no creo que el espíritu de la relojería se quede en una sola forma ni en la máquina que mi padre o abuelos usaban hace 40 o 50 años. El espíritu está en lo que le damos a los clientes y en la belleza de lo que producimos. Creo que eso es mucho de lo que tratamos de lograr. Obtener un ángulo muy filoso que hace 20 o 30 años era imposible de hacer y ahora está hecho de la forma más hermosa. Pasamos de una tolerancia de milímetros hace 50 años a “microblade”. Eso solo puede ser un anuncio de la forma en la que los relojes aparecen.
—El nuevo Excalibur Glow Me Up con diamantes con luminiscencia da mucha curiosidad. Tiene una patente pendiente. ¿El pigmento de Superluminova está separado del diamante? ¿O son diamantes cultivados producidos con el Superluminova dentro o en una superficie del diamante, cómo funciona?
—Es muy loco y honestamente trabajo con una compañía que trabaja mucho con diamantes y pienso mucho en cómo deben envidiar ahora esta técnica y este trabajo que hemos creado. Siendo muy honesto, empecé a trabajar en esto hace unos años, antes del último proyecto. Quise encontrar una forma de ponerle luz debajo de los diamantes para que también pudieran brillar en la noche y la idea fue: ¿cómo podremos poner una batería dentro del reloj? Pero claramente, en Roger Dubuis no queremos usar baterías. Fue un momento en el que estábamos muy conectados con Lamborghini y ellos estaban trabajando en un superconductor miniatura. La idea fue si podíamos usar nuestra masa oscilante para cargar el superconductor y luego transferir energía a los diamantes para que brillaran en la noche, pero no funcionó. El siguiente paso fue trabajar en el Excalibur Superbia y luego empezamos a trabajar en la luz negra, así que conectamos todas estas ideas diferentes. Hicimos algunos hoyos alrededor de los diamantes para hacer un engarzado invisible. Los hoyos no cambian el aspecto del diamante, así que el diamante tiene la misma reflexión de la luz, no ves nada desde arriba pero ves una pequeña luz; y luego, nos preguntamos qué podríamos hacer con esa luz.
—Probablemente empieces una tendencia que otras marcas van a seguir al año siguiente porque es muy sorprendente.
—La pregunta fue sí podríamos poner algún material en este espacio para que ese material le diera una luminiscencia a los diamantes cuando no la hay en los diamantes. Fue un proceso donde surgió esta idea y experimentamos. Fue una idea gracias a Getzki y fue algo espectacular porque como viste ayer, podemos hacer cualquier color. Empezamos con esta idea de arlequín, pero luego vamos a jugar con todos los diferentes tipos de piedras y colores, las posibilidades son infinitas. Todos los colores que intentamos, naraja y azul, se puede jugar con cualquiera de ellos. Creo que es algo impresionante. Durante el día ves diamantes perfectamente normales, luego cuando la noche llega y quieres disfrutar un poco, todo se aloca, hasta tu reloj y su carátula.
—Vienes de tu propia marca de relojes en el pasado y un negocio familiar alrededor de la relojería. ¿Cuál es tu verdadero reto ahora como CEO de Roger Dubuis?
—Creo que el reto más complicado aquí es a veces bajar el ritmo de la creatividad de mi equipo porque continúan haciendo cosas y fluyen constantemente las ideas. Así que a veces debemos ser más lentos y concentrarnos en una sola pieza porque no podemos saltar a la siguiente. Si hay algo que no nos falta en Roger Dubuis es la creatividad. No puedes detener la creatividad, pero sí intentar controlarla. Debo canalizar la creatividad porque si no lo hago vamos hacia todas las direcciones. Tenemos un gran equipo que es muy creativo. Hay mucha diversión, invención, tenemos mucha pasión por lo que hacemos. Somos afortunados de disfrutar lo que hacemos en Roger Dubuis. Esto es parte clave de lo que hacemos, queremos divertirnos juntos, con nuestros clientes. Decimos que la experiencia es parte clave de lo que hacemos y queremos regresar a la increíble experiencia de nuestra iniciativa alrededor del mundo. Este es el reto más fuerte que tengo, el mantener al equipo calmado a veces. Y ahora es consolidar también nuestra presencia en el mercado, mantener el liderazgo en este segmento. Evolucionar en lo que estamos haciendo en el espacio digital, por ejemplo, cómo podemos conectarnos y hablar por ahí. Has visto nuestro booth virtual, las nuevas ideas y posibilidades de conectar con nuestros clientes alrededor del mundo. Esto va a ser importante para nosotros, poder mostrar más de la locura de Roger Dubuis y de nuestro mundo. La imagen de la marca con nuestro nuevo logo y slogan, el filtro que tenemos con la nueva cara y la nueva campaña. Ahora todo se enfoca en hablar sobre esto alrededor del mundo.