La Alta Relojería es un sentimiento. Quien compra un reloj mecánico no lo hace por el simple hecho de saber la hora. Para eso ya tenemos mil dispositivos a nuestro alrededor. Esta afición es mucho más. Posee una faceta emocional que convierte el reloj en algo más que un simple objeto. Aunque no todas las firmas son capaces de captar esa esencia. Para ello, necesita un creador experimentado, como Konstantin Chaykin.
El genial relojero ruso lleva experimentado con el factor emocional de sus relojes desde que hace diez años presentó en Baselworld su reloj Cinema. Aquella pieza se inspiraba en la búsqueda de la magia a través de la mecánica, como ya habían hecho más de un siglo antes los pioneros del cinematógrafo. Desde entonces, todas las creaciones de Chaykin ha buscado ese espíritu en sus relojes. Dio con la clave correcta en 2017 con el Joker, su primer reloj con carátula antropomórfica. Ahí comenzó Chaykin a construir la fama que ha atesorado en la actualidad.
El Kolobok que Chaykin acaba de presentar en la feria Geneva Watch Days plantea un interesante cambio de planteamiento frente a las anteriores entregas. En las últimas de la colección Wristmons habíamos visto una tendencia del relojero ruso hacia los personajes de la cultura popular actual. Drácula, el propio Joker, o incluso los Minions, habían protagonizado diferentes animaciones con una mezcla de vena comercial y sentido del humor.
Kolobok rompe esta tendencia y se sumerge en una historia del folklore ruso y ucraniano. Este cuento es una adaptación de la clásica historia del hombre de jengibre, adaptada a la cultura del país. Todos los niños y mayores se saben y han cantado alguna vez la historia de Kolobok de este pequeño pan redondo que huye para no ser comido.
Un reloj optimista
La imagen elegida por Chaykin para su Kolobok es la más tradicional de la usadas por los ilustradores de cuentos: un enorme y redondo pan amarillo con ojos y boca. Como es habitual en las referencias de Wristmons, los ojos corresponden a los indicadores de horas y minutos. En la boca encontramos las fases lunares, con una interesante novedad técnica. Además de las fases lunares, también encontramos un indicador de día de la semana, aunque en esta ocasión interpretados por siete personajes clásicos de los cuentos populares rusos.
Todos los elementos los vemos en una resplandeciente boca y que convierte a Kolobok, según palabras del propio Chaykin, “en la referencia más optimista de toda la colección Wristmons”.
Módulo propio
El Kolobok equipa un calibre K.18.20. Este mecanismo emplea como base un movimiento ETA 2892-A2 al cual Chaykin incorpora el módulo desarrollado y fabricado en su propio taller. De proporcionar la energía necesaria se encarga un rotor que también es novedad en la colección.
Está fabricado con nada menos que quince partes y en él se reproduce el escenario del cuento de Kolobok, con la casa de la que huye el pequeño pan animado y el camino que toma. El reloj está realizado en acero y se ha presentado en edición limitada de 99 piezas. Serán muchos los aficionados que quieran volver a disfrutar de este entrañable personaje de la infancia.
FICHA TÉCNICA
KONSTANTIN CHAYKIN KOLOBOK