A principios de este año, Bell & Ross presentó en Baselworld su tercera generación de relojes vintage, mismos que la casa ha producido desde 1997, sólo un lustro después de su fundación. A pesar de llevar sólo un par de décadas en el armado este tipo de relojes, podemos decir que la compañía ya cuenta con un sello característico, pues a diferencia de otras firmas, no se remite a piezas con siglos de antigüedad o complicaciones muy antiguas, sino que nos ha ofrecido una buena gama de cronógrafos y relojes de tres agujas.
Una de las piezas más celebradas de la tercera camada retro es el Bell & Ross BR V1-92, reloj con un diámetro de 38.5 mm en una caja de acero inoxidable con acabado satinado, líneas puras y elegantes, además de un movimiento automático calibre BR-CAL.302/Sellita SW300-1.
La caja retoma de su modelo antecesor el diámetro y material, así como la esfera en tonalidad negra, pero cuenta con detalles propios, como índices recubiertos con SuperLuiminova en color beige, agujas esqueletadas, cristal ultraabombado de zafiro con tratamiento anti-reflejante, correa de piel de becerro marrón con hebilla ardillón en acero, hermeticidad de 100 m y un movimiento automático calibre BR-CAL.302.