Júpiter es el planeta más grande de nuestro sistema solar y el quinto en lejanía con respecto al Sol. Es una bola inmensa de helio e hidrógeno con un corazón sólido en su centro del tamaño de la Tierra. A diferencia de nuestro planeta, la órbita de Júpiter no dura 12 meses, sino 12 años. Un periplo interestelar para el que Chronoswiss ha creado un guardatiempo ad hoc. Lanzado recientemente, Space Timer Jupiter es una edición limitada a 50 ejemplares que acaba de ser nominada en la categoría Astronomía en el Grand Prix d´Horlogerie de Ginebra.
Lienzo cósmico
El nuevo Space Timer Jupiter es una pieza automática impulsada por un calibre de la casa, con display de las horas a las 12 en punto —lo que dura la órbita de este cuerpo celeste de helio—, los minutos y segundos en el centro y la fase lunar y la fecha a las 6 horas. Su carátula tipo “regulador” que indica de manera separada los minutos, segundos y horas, es la misma que en los 80 lanzó a la fama a esta firma nacida en Munich. Antes de esta indicación, solo los relojes preatómicos como cronómetros marinos, de radiodifusión y de pared mostraban las horas, minutos y segundos de manera individual.
La fecha en el Space Timer Jupiter es también novedosa: flota en un disco de ITR2, una resina compuesta de nanotubos de carbón que permite todo tipo de colores y acabados. Para esta referencia, Chronoswiss imaginó un disco para la fecha translúcido con numerales arábigos en Super-LumiNova, con microplanetas de apenas 0.6 milímetros de diámetro, coronados por una carátula de titanio del color de la arena que ilumina cada fase de la luna. El lienzo sobre el que se despliega esta composición representa la atmósfera de Júpiter, densa y gaseosa: una carátula esculpida con láser con una terminación nanoimpresa. A simple vista, el ojo no puede percibir los volúmenes, descansos y cráteres del cuerpo celeste. En el Space Timer Jupiter, solo se alcanza a ver una difusa impresión de gases, colores y corrientes, imperceptibles variaciones que convierten a cada guardatiempo en una pieza única.
Caminata lunar
La colección Space Timer tiene otra sorpresa: Space Timer Moonwalk, la creación de Chronoswiss más compleja hasta el momento. En este guardatiempo se encuentran las complicaciones que han hecho grande a esta marca: el indicador de horas descentralizadas a las 12 con la rueda de engranaje bajo un puente que ya podíamos encontrar en los modelos con tourbillon. También tiene minutos y segundos centrales y la típica corona en forma de cebolla en una caja de 44 mm, similar a la de la colección Open Gear. Sin embargo, aquí terminan las comparaciones, pues solo la carátula del Moonwalk está hecha con 63 componentes, un récord que solo se repite en Jupiter, la otra joya de la colección Space Timer.
A las 6 horas, Chronoswiss creó una fase lunar con fecha, una doble complicación en titanio que marca una primera vez para la maison. Ambas complicaciones están rodeadas por un disco de ITR2, el novedoso compuesto ya mencionado, que es ocho veces más ligero que el acero y que puede ser pulido, pintado y satinado. El visualizador de horas parcialmente esqueletado y pulido al frente y con tratamiento de chorro de arena en la parte de atrás surgió de una imagen: la ilusión de que el tiempo flota en el vacío interestelar. Otro gran detalle para Moonwalk, Chronoswiss desarrolló un patrón de guilloché único que fue hecho completamente a mano. ¿Su nombre? Moonwalk. Como los pasos que hicieron famoso a Michael Jackson. De hecho, el motivo retoma la legendaria coreografía: un paso hacia atrás, un deslizamiento, una caminata rápida, todo al mismo tiempo, en el espacio-tiempo que definió Einstein. También una creación limitada a 50 piezas.
FICHA TÉCNICA
CHRONOSWISS SPACE TIMER JUPITER
FICHA TÉCNICA
CHRONOSWISS SPACE TIMER MOONWALK