Del tenis a los relojes

El periodista portugués Miguel Seabra tiene una de las cuentas más divertidas del Instagram relojero. En ella también encontramos imágenes de su otra pasión: el tenis.

No hay horas del día suficientes para Miguel Seabra. Muchos aficionados a la relojería conocen y han seguido la trayectoria de este periodista portugués, ya sea en medios especializados (Espiral do Tempo, sobre todo, aunque también en Quill & Pad, Revolution y WorldTempus) o en su amena cuenta de Instagram (@miguelseabra) donde con frecuencia sube sus múltiples instantáneas de relojes, siempre en puestos sobre la muñeca, o divertidas stories. 

Lo que no saben muchos de estos seguidores es que Seabra también es un reputado periodista de tenis, colaborador desde hace muchos años del canal Eurosport. Esta doble vida enriquece una de las cuentas de Instagram para interesantes del panorama relojero al apartarnos del monotema y ofrecernos una perspectiva desde otro campo, mucho mejor si es con una nota de humor. 

Flechazo en el aeropuerto

“En realidad, llevo más tiempo en el periodismo de tenis (32 años) que en el relojero (27 años). El tenis era mi pasión cuando era niño y seguí practicándolo en mi juventud. Fui campeón nacional universitario de tenis y llegué a ser entrenador”. Los relojes vinieron más tarde y podemos decir que un poco de casualidad. “De pequeño me gustaban mucho los relojes de mi padre, pero la afición no fue más allá”. 

“Fue en 1994, viniendo de una eliminatoria de Copa Davis en Moscú, me hice con un ejemplar de un catálogo de Oris en una escala en el aeropuerto de Fráncfort camino de casa. Aquello me fascinó y lo puede leer hasta tres veces seguidas antes de que aterrizara el avión”. Aquel primer contacto con Oris se convirtió en una invitación a colaborar con la marca en Portugal y la posibilidad de viajar a Basilea, un sitio que cautivó al periodista y del cual volvió con más de treinta kilos de sobrepeso en el equipaje, repleto de catálogos y revistas. “Poco a poco, comencé a escribir de relojes hasta convertirlo en mi otra vida laboral”

Pasión compartida

La primera pregunta nos sale de manera natural. “¿Si me gustan más los relojes o el tenis? Ambos son mis pasiones y modo de vida. Si tuviera que decantarme por uno diría que el tenis, por el simple hecho de haberlo vivido desde dentro: he sido entrenador y jugador, pero nunca maestro relojero”

Esta pasión compartida le brinda a Miguel Seabra muchas satisfacciones, aunque algún que otro sinsabor. “Para mí es muy agradable cambiar de una modalidad a otra de periodismo. Lo hago de manera automática y me sirve también para estar siempre motivado y con la mente fresca. El único problema que encuentro es cuando coinciden dos eventos importantes y, por ahora, no tengo la capacidad de estar en dos sitios a la vez”. 

El perfil de Seabra nos ayuda a entender lo íntimamente ligados que siempre han estado la relojería con el tenis. El periodista recuerda cómo en los años ochenta. “Sobre todo Ebel. En aquella época tenistas como Boris Becker y Stefan Edberg los llevaban. También André Agassi. Por supuesto, ya estaba Rolex”. 

También este vínculo entre relojes y tenis ha facilitado a Miguel Seabra conocer de manera directa a muchos de los grandes ídolos de la raqueta. “Gracias a Richard Mille he podido entrevistar a Rafa Nadal, a Maria Sharapova con TAG Heuer o Novak Djokovic con Seiko. Aunque el momento más especial ha ocurrido hace poco. Durante los últimos doce años he sido el mentor relojero del jugador australiano Matt Ebden. En el último Wimbledon. Ebden jugó la final de dobles y me invitó a ver sus partidos desde el área de jugadores de la Pista Central. ¡Menuda experiencia después de ver los partidos durante treinta años desde el área de prensa! ¡Y todo gracias a los relojes!”.

Medio millón de fotos

Quien se haya cruzado alguna vez con Miguel Seabra es muy probable que se lo haya encontrado fotografiándose la muñeca. “Es verdad, es algo que hago desde mis inicios como periodista relojero. Primero fue con una cámara normal y pensados más bien para mi archivo personal. Después la llegada de los móviles lo facilitó todo mucho”. 

Le preguntamos cuántas fotos de relojes en muñecas habrá realizado en todos estos años y calcula que alrededor de medio millón de fotos. “Puede sonar exagerado, pero llevo haciendo este tipo de fotos desde mediados de los noventa. De una feria relojera salgo con tres nuevas fotos de todas las marcas y modelos presentados. Mi móvil actual es bastante nuevo y ya acumula más de 72,000 capturas de relojes en la muñeca”

Instagram ha sido un estupendo medio de salida para este ingente caudal fotográfico. El timeline de Seabra está repleto de estas capturas de muñeca en las diferentes presentaciones a las que asiste, aunque el periodista no desaprovecha ningún momento, y mucho menos si hay tenis de por medio, para hacer una de sus famosas instantáneas. Con esta hiperactividad, no es raro que Miguel Seabra se haya creado un perfil muy seguido en la red social. 

El humor es una constante en el Instagram de Miguel Seabra.
Sentido del humor

Abrí mi cuenta de Instagram en 2012 y tengo alrededor de 7,000 seguidores. No son muchos, porque para aumentar el número porque no publicar de manera regular no ayuda al algoritmo, pero mis seguidores saben que en mis stories siempre van a encontrar cosas interesantes”. De Instagram le gusta la facilidad para compartir y el sentido de comunidad que se crea. No falta en su Instagram el humor, algo no muy habitual en relojería. “Es verdad. A veces es bueno divertirse y ahora es mucho más fácil desde que Instagram ha asimilado el modo de hacer vídeo de Tik Tok. También me temo que la relojería es un tema muy serio y suizo. Parece que los grandes nombres y conglomerados tampoco les gusta perder el tiempo ni arriesgar. Por eso las firmas más jóvenes y los relojes de autor han encontrado un hueco tan grande en la red social”.  

Los males de la cultura instantánea

Es obvio que Instagram es para Miguel Seabra una herramienta de gran utilidad, aunque también tiene sus desventajas, muchas de ellas relacionadas con ese culto al presente que parece invadir la red social y donde apenas hay margen para las visiones temporales. “De Instagram me desagradan las tendencias tontas, la locura por la última moda que surge y el auge de la cultura de la cancelación”, nos apunta Seabra. “Tampoco soy muy amigo de las cuentas de memes y de humor en torno al mundo de los relojes porque creo que muchas veces son muy injustas con las marcas”. 

Aunque si hay un aspecto que a Seabra no le gusta de las redes sociales es la falta de cultura relojera y perspectiva histórica. “Odio especialmente cuando muchos fanáticos ven un reloj diseñado con brazalete integrado y enseguida lo tachan de copia del Royal Oak o el Nautilus. Me gustaría recordarles que Gérald Genta no inventó el brazalete integrado. Es una tipología propia de los años 70, con cien marcas haciendo miles de estos diseños. Pero es imposible hablar trazar esta visión histórica con la generación Instagram”

Su propio reloj

Comentaba Seabra apenas unas líneas arriba su pequeña inclinación por el tenis frente a la relojería al no haber sido nunca maestro relojero. Cierto, aunque ese paso está cada vez mucho más cerca. El periodista luso no ha obtenido ningún título de maestro, pero sí que ha creado sus propios relojes. El primer paso lo dio con la firma de Zúrich Maurice de Mauriac, que realizó varios modelos a partir de una sugerencia de Seabra y se inspiraron en el rojo de las camisetas de la selección de Portugal de la Copa del Mundo de 1966

Más importante ha sido su último proyecto, realizado en colaboración con la firma Isotope. “José Miranda, el fundador de Isotope, me retó a diseñar un reloj de su reloj GMT 00 con mi nombre. Me inspiré en Cascais, la ciudad donde nací y el lugar donde acaba el continente (marrón) y comienza el mar (azul). Me pareció más bonito llamarlo Terra Maris que ponerle mi nombre”. Isotope parece haber despertado la vena creativa de Seabra, que acaba de presentar su última colaboración. Se trata del Strawberries & Cream, realizada con Studio Underd0g y que toma su nombre del aperitivo habitual que se toma en las jornadas de tenis en Wimblendon

Elogio de las micromarcas

Para Miguel Seabra, estas dos colaboraciones son un buen ejemplo del auge de las llamadas micromarcas, un buen reclamo para agitar el mercado. “Las micromarcas tienen relojes muy divertidos”, nos comenta el periodista. “Se han convertido en una opción interesante frente a la locura que vive el mercado con las firmas más conocidas de alta gama. Además, el creciente problema de seguridad está consiguiendo que a muchas personas les dé miedo llevar sus mejores relojes por la calle, así que estos son una buena opción de uso en la calle”.

En cualquier caso, el paso de Miguel Seabra de periodista a creador tiene mucho que ver con ese papel de creadores de opinión que han alcanzado ciertos miembros de la prensa con el auge de las redes sociales. Miguel Seabra es un caso muy llamativo, “pero no soy el único. Tienen que estar atentos a las próximas colaboraciones que harán estas dos micromarcas en un futuro muy cercano, porque nos darán muchas sorpresas”

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