El último Cabinotiers que no viste de Vacheron

La filosofía de la extrema exclusividad. Por un lado, el manifiesto explícito del legado y el savoir-faire privilegiado de una manufactura histórica. Y, por otro, el dilema resuelto de que hay guardatiempos que no son para ver la hora, sino para soñar. Nueva pieza única de Les Cabinotiers de la firma de la Cruz de Malta.

Vacheron Constantin no presentó este Les Cabinotiers Armillary Tourbillon junto a sus piezas artesanales de la colección en SIHH. El antecedente directo fue Les Cabinotiers Armillary Tourbillon Snake con suculenta caja de oro labrada con una serpiente. Pero ahora depura la pieza de su decoración barroca y mantiene desnudas las dos complicaciones.

Un cambio sustantivo en la caja que ofrece un reloj nuevo por completo con el mismo sobresaliente calibre 1990 de carga manual, con cuatro patentes pendientes relativas a su sistema de horas y minutos retrógrados, al escape y al tourbillon propiamente.El imponente tourbillon armilar ocupa gran parte de la mitad la esfera izquierda.

Se trata de un dispositivo que la casa implementó en la Referencia 57260, el reloj más complicado de la casa ginebrina con 57 complicaciones. De nuevo monta este espectacular dispositivo antigravedad biaxial con espiral de silicio y dos jaulas anidadas que se mueven en dos ejes distintos cada 60 segundos por rotación.

Una gran burbuja de cristal donde destaca el gran muelle cilíndrico del tourbillon y el indicador de los segundos. El calificativo “armilar” alude al relojero francés Antide Janvier, creador en el Siglo XVIII de un reloj astronómico con una esfera compuesta por aros. En la parte inferior de la esfera que lo exhibe, se muestra el nombre de la complicación y sello del Punzón de Ginebra.

La otra complicación destacada es su sistema de lectura retrógrada en la mitad derecha de la esfera opalina de color pizarra. Un anillo horario con sucesivos numerales romanos para las horas y árabes para los minutos. Les Cabinotiers Armillary Tourbillon recupera la herencia relojera centenaria, pero elige un traje sumamente contemporáneo.

Puentes de aristas expuestas en una composición estructural ingeniosa y un acabado guilloché piramidal Clous de Paris. Los componentes cuentan con acabado manual achaflanado. Brillo sutil para el profundo color antracita del movimiento. Una caja de titanio de 45 mm para mostrar los grandes secretos de la gran tradición ginebrina de la relojería más exquisita inspirada por los sueños astronómicos.

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