Grandes relojes de 2015: Freak Lab de Ulysse Nardin

Cada Freak nuevo se merece un encabezado de primera plana desde que, en 2001, el Freak original fuera la noticia más trascendente de la industria en muchos años a la redonda. Y el Freak Lab no es la excepción. Al contrario, con su breve apellido de tres letras se adueña de la esencia de un guardatiempo que se ha consolidado como un pequeño pero productivo laboratorio de pruebas de una de las marcas más innovadoras de las últimas décadas.

El Freak Lab presenta una evolución del inconfundible mecanismo de tourbillon carrusel con un novedoso sistema antichoque llamado UlyChoc y hecho en silicio, el material que se ha convertido en un símbolo de Ulysse Nardin. Hay, además, una renovación arquitectónica que ha permitido redistribuir el espacio de la carátula para dar cabida, por primera vez en la historia de este reloj, a un fechador de forma curva a las 4 horas. Así, la legibilidad del Freak Lab es quizá la más clara de todos los modelos de Freak, sin sacrificar la estética extravagante que es consustancial a su naturaleza.

El Freak Lab es el más estilizado y con mejor legibilidad de la familia de relojes Freak, sin renunciar a su apariencia vanguardista. Es, también, el primero que incluye un fechador.
El Freak Lab es el más estilizado y con mejor legibilidad de la familia de relojes Freak, sin renunciar a su apariencia vanguardista. Es, también, el primero que incluye un fechador.

Porque el Freak es raro desde la cuna, que mecieron Rolf Schnyder, dueño y motor creativo de Ulysse Nardin entre 1983 y 2011 (cuando falleció), el genial relojero Ludwig Oechslin y el no menos brillante director industrial Pierre Gygax, apodado “señor silicio”. A esta santísima trinidad hay que sumar a Carole Forestier-Kasapi. En 1998, la actual directora de creación de movimientos de Cartier ganó el Premio de la Fundación Abraham Louis-Breguet por el diseño de un mecanismo de carrusel que giraba sobre sí mismo. Ulysse Nardin le compró las patentes y la contrató como asesora técnica para convertir el concepto en un reloj producible, según el sitio de internet thepurists.com. Carole y los ingenieros de la compañía enfrentaron varios contratiempos, entre ellos que el muelle espiral sólo proporcionaba energía para once horas de funcionamiento. Forestier-Kasapi dejó la marca y emprendió otros proyectos.

En los años siguientes, Oechslin solucionó el problema de la marcha con un gran muelle espiral (1.8 metros de longitud) que proporcionaba siete días de autonomía. Decidió que el carrusel sirviera para indicar el tiempo, con el puente inferior en forma de ancla señalando la hora y el puente superior mostrando los minutos. Este último se convirtió en el elemento visual más imponente del Freak. Es —si recurrimos a las metáforas marítimas, apropiadas para la genealogía de Ulysse Nardin—, un navío formado por el tren de engranajes, el volante espiral y el escape, otra pieza fuera de lo común, pues Oeschlin desarrolló el escape Dual Direct con dos ruedas que transmiten la energía al oscilador. El siguiente reto fue encontrar el material adecuado para fabricar las ruedas, que eran demasiado pesadas. La marca se alió con el Centre Suisse d’ Electronique et de Microtechnique. En 2001 lanzó el Freak 7 Days Tourbillon-Carrousel y se convirtió en la primera firma de relojería en usar silicio en las ruedas del escape para hacerlas más ligeras, duras, elásticas, libres de fricción y antimagnéticas.

Una ventana en el fondo de la caja del Freak Lab revela el gran muelle espiral y sirve como un inusual indicador de la reserva de marcha de siete días.
Una ventana en el fondo de la caja del Freak Lab revela el gran muelle espiral y sirve como un inusual indicador de la reserva de marcha de siete días.

Por supuesto, el Freak Lab conserva muchos rasgos fundamentales del primer Freak, como la ausencia de corona. Para darle cuerda se gira el bisel del fondo de la caja en sentido antihorario. Para ajustar la hora y la fecha hay que abrir el broche de seguridad de las 6 y girar el bisel frontal en sentido horario y antihorario, respectivamente. Al mismo tiempo, el nuevo modelo recupera avances tecnológicos y estéticos de versiones posteriores, como el uso de un mejorado escape Dual Ulysse o la ausencia del pivote central que fijaba la estructura desde el cristal de zafiro. Y el Freak Lab contribuye a esta saga con el rediseño del puente superior, que es más compacto porque el volante espiral ha sido colocado en el centro para aligerar la carátula, mejorar la lectura de la hora y poner la fecha.

El sistema antichoque UlyChoc usa un elemento de silicio que elimina la fricción y permite que el eje del volante vuelva a estar centrado en caso de un impacto.
El sistema antichoque UlyChoc usa un elemento de silicio que elimina la fricción y permite que el eje del volante vuelva a estar centrado en caso de un impacto.

Sin embargo, su mayor aportación es el sistema UlyChoc, que reduce de cinco a dos los microelementos de los tradicionales sistemas antichoque, gracias a un componente hecho en silicio que evita la fricción para que el eje del puente del volante vuelva a estar centrado en caso de un impacto. El UlyChoc fue desarrollado con Sigatec, la empresa especializada en la fabricación de microcomponentes de silicio que Ulysse Nardin fundó en sociedad con Mimotec.

Su movimiento es el calibre UN-210 de carga manual con siete días de reserva de marcha. La caja mide 45 mm de diámetro y está hecha en oro blanco. Es una edición limitada de 99 piezas. 

Tiempo de Relojes

Tiempo de Relojes, de Ediciones Tourbillon, es la plataforma de comunicación de referencia en alta relojería en español. Fundada por Carlos Alonso, Tiempo de Relojes nació como revista en 1996 y celebró su 25° aniversario en 2021.

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