Un reloj mecánico manual funciona dándole cuerda. Armamos su barrilete y el movimiento se pone en marcha. Así ha sido desde los principios de la relojería. Suena fácil, y en principio lo es. Más complicado es que esta reserva de marcha sea lo más larga posible. Lo normal es que ésta dure un día completo. Que la reserva de marcha sea de tres días está muy bien. Si ya alcanza la semana estamos ante un reloj con una extraordinaria reserva de marcha. Pues bien, el Hublot MP-11 funciona hasta dos semanas seguidas sin necesidad de recargarle. Increíble, ¿no?
Hace tiempo que Hublot se apuntó a la carrera por desarrollar reservas de marcha de larguísima duración. Superó todos los récords con el MP-05 LaFerrari de 2013, capaz de funcionar ininterrumpidamente durante 50 días. La experiencia adquirida con aquel portento tecnológico fue esencial para desarrollar años más tarde el Hublot MP-11, un reloj más terrenal que limitaba su reserva de marcha a ‘solo’ 14 días. La técnica utilizada es similar. La energía procede de siete barriletes puestos en serie que van desplegándola de manera secuencial. De su regulación se encarga una rueda diferencial alojada justo al lado de la pequeña carátula horaria. Hublot se inspiró en los motores de los deportivos para desarrollar este ingenio y el resultado visual es tan impactante como disfrutar de un superdeportivo.
Juego de transparencias
La anterior versión del Hublot MP-11 se completa ahora con dos nuevas animaciones. La primera de ellas está fabricada en Magic Gold, la exclusiva aleación de Hublot resultante de combinar oro puro y cerámica. Más espectacular si cabe es la versión Blue Sapphire. Recordemos que Hublot se ha convertido en la firma que más ha apostado por la construcción de cajas de zafiro. En realidad, es la única que ha conseguido trasladar este complicado material a un nivel industrial. Mientras el resto de las firmas se apuran por conseguir pequeñas unidades limitadas en sus relojes construidos con este material, la firma de Nyon se permite el lujo de alcanzar tiradas tan impresionantes como las 50 unidades que ofrece en este MP-11 Blue Sapphire.
El zafiro añade una importante ventaja a este modelo. Su naturaleza transparente nos permite disfrutar de un modo más natural de su fantástico movimiento. En primer plano aparecen los siete barriletes de carga. A pesar de su posición transversal, el calibre HUB9011 no aumenta mucho su altura respecto a los calibres tradicionales. El grosor es de 10.92 milímetros. Esto se traduce en una caja grande, sin duda, pero no tan excesiva hasta acabar siendo incómoda de llevar. Un punto a favor del MP-11.
Un movimiento para nada convencional
En cualquier caso, el HUB9011 no es un movimiento al uso. Además de su extraordinario sistema de reserva de marcha, el órgano regulador de silicio tiene una curiosa posición justo al lado de la carátula horaria. Todos los puentes están realizados con platino negro y tienen un acabado esqueletado que permite disfrutar de cada de los 270 componentes con los que está fabricado. Hay detalles que pueden chocar en un reloj mecánico tradicional. Es el caso de la leyenda Day Power Reserve que remata el cristal de zafiro abombado y que señala el número de día correspondiente de la reserva de marcha. Es la clase de licencia visual que se toman los diseñadores de Hublot para demostrar que no estamos ante un reloj normal. Aunque eso ya nos ha quedado claro.
FICHA TÉCNICA
Hublot MP-11 Blue Sapphire