La amazona suiza Jane Richard es uno de los nombres en la baraja de competidores del gran concurso de salto ecuestre Longines Global Champions Tour que se celebra en México del 6 al 10 de abril. Esta jinete se convirtió en Embajadora de Elegancia de Longines en 2003, compañía con la cual lleva una larga relación no sólo en términos de patrocinio (cuando aún participaba en la categoría Junior, se convirtió en una de los tres jinetes suizos apoyados por la firma), sino de raíz: Jane pertenece a la misma región donde se encuentra la Manufactura. A los 15 años, Jane Richard obtuvo su primera victoria en el Swiss Final Trophy de 1998 en Kerzers (Suiza). Desde que obtuviera esta medalla, se ha clasificado siempre entre las 10 mejores amazonas de su categoría.
En 2006, Jane Richard se mudó a Italia para instalarse en las caballerizas de Ignace Philips, con quien contrajo matrimonio. En los años siguientes, participó en importantes competiciones internacionales con buenos resultados. Desde el nacimiento de su hijo en 2011, Jane Richards y su esposo tomaron las riendas del histórico club La Madonnina, transformándolo en una caballeriza abierta a jinetes y amazonas de todos los niveles. Paralelamente, Jane Richard continúa participando en competiciones ecuestres. En 2014, Jane Richard obtuvo la victoria en el Longines Speed Challenge del Longines Masters de Los Ángeles. Su gran sueño es estar en las Olimpiadas.
El pasado jueves, justo después de su primera participación en el Longines Global Champions Tour 2017, tuvimos la oportunidad de platicar en exclusiva con ella.
Tiempo de Relojes (TR): Hola Jane, ¿cómo ha sido este primer día en México?
Jane Richard Philips (JRP): Ha sido complicado porque está lloviendo. Son condiciones completamente diferentes cuando no llueve: ahora todo cambia, pero tienes que afrontar la situación y el momento como es. Mi caballo ha brincado bastante bien, así que confío en que llegaremos muy bien a la competencia del sábado.
TR: Es tu segunda vez en México, ¿qué esperas de esta competencia en comparación con el año pasado?
JRP: Es difícil saber cómo se desarrollará la competencia del sábado. Pero sí puedo decir que México es uno de los lugares más bellos que he visto en todo el año. Hay mucha gente, tanto aficionados como gente que se acerca por primera vez a este deporte. Aún hay muchas personas que no conocen la actividad ecuestre, pero gracias a campeonatos de alto nivel como éste, se acercan más y más. Tengo la esperanza de que ese público irá creciendo.
TR: Tu primera participación en el Longines Global Champions Tour ocurrió en 2013 ¿Cuál es tu impresión de la competición con el paso de los años?
JRP: Creo que el LGCT es la mejor competición de todo el año. Es muy dura porque cuenta con los mejores jinetes y los mejores caballos del mundo. Es como la Fórmula 1: cada fin de semana compites contra los mejores, así que necesitas excelentes caballos, mantenerlos en gran forma. Ahora, con la nueva modalidad de competencia por equipos, el LGCT se refrescará. Es importante mantener el desarrollo de nuestro deporte.
TR: Mencionaste que en México has encontrado mucho público no tan involucrado con este deporte. ¿Qué le dirías a esas personas para involucrarse realmente con esta actividad?
JRP: Desde mi punto de vista, lo más importante es que no cuentas sólo con una raqueta de tenis, un bate de béisbol o herramientas por el estilo, sino que aquí tienes algo especial y bello: la colaboración y el trabajo diario con el caballo. En este deporte, por ejemplo, nunca puedes adivinar quién será el ganador. En el tenis tienes a Federer y Nadal: sabes que ellos son los mejores del mundo y por eso siempre se enfrentan. Con los caballos es diferente: puedes tener a los mejores jinetes, pero eso no significa que sus caballos siempre estén al cien por ciento. Puede ocurrir que en México gane un caballo, y la siguiente semana, en Miami, triunfe alguien inesperado. Todo depende del compañerismo y la relación entre el jinete y el animal. Justo por esto creo que es un fantástico deporte. Además, a la gente joven les regala mucho, porque la relación con el caballo no es como “lo veo un fin de semana o un día y me olvidó de él”, sino que siempre tienes que estar con él, relacionarte con él, cuidarlo… Te exige responsabilidad, y eso es muy importante en la vida: el sentido de la responsabilidad.
TR: ¿Qué se necesita más en este deporte: sensibilidad de parte del jinete, disciplina y rigor o una combinación de ambas?
JRP: Para mí son muchas cosas. La disciplina en este deporte, como en cualquier otro, es muy importante, porque te lleva a trabajar arduamente… Pero eso pasa en todos los deportes. Por otro lado, es vital entender la relación existente entre el animal y el jinete. Sí, importa ser campeón y conseguir éxitos, pero no a costa de tu caballo: él tiene que luchar contigo, no contra ti. No se trata sólo de ir con un montón de dinero y comprar el mejor caballo, eso no garantiza que te conviertas en un campeón. Tienes que involucrarte con tu compañero.
TR: Empezaste a los 13 años, lo cual es considerado un comienzo tardío en esta actividad…
JRP: Sí, la mayoría de jinetes empieza mucho antes, pero también muchos de ellos vienen de una familia que trabajaba con caballos. Yo vengo de otro tipo de familia: mi papá es doctor (igual que mi hermano), mi mamá es artista, así que soy la única que se salió un poco del camino (risas). Creo que es difícil entender este deporte porque requiere mucho tiempo: yo trabajo toda la semana varias horas. No puedes decir “ah, ok, hoy es domingo” y desaparecer: los caballos necesitan atención y cuidados. Por otro lado, creo que una de las partes positivas de este deporte es que nunca eres demasiado viejo… Bueno, tal vez cuando tenga 60 te diré: “sí, ya soy muy vieja” (risas), pero existen excepciones geniales como John Whitaker. Es una actividad en la cual el pináculo se alcanza de los 30 a los 40 años.
TR: Nos contaste que tu familia no tiene nada que ver con la actividad ecuestre. ¿Qué tan difícil fue conseguir el respaldo o la aprobación de tus padres? No sólo en lo emocional, sino en lo económico, pues este es un deporte muy caro…
JRP: Hoy me siento afortunada por tener al mejor patrocinador del mundo que es Longines, de quien soy orgullosamente embajadora. Es fantástico tener una unión con ellos, porque son relojes elegantes para un deporte con mucho estilo, lo cual resulta en una combinación perfecta. Ahora, producir caballos es, como dijiste, bastante caro. Esa es una de las partes difíciles. No tengo un patrocinador de caballos, así que mi esposo y yo los producimos (los padres de mi esposo tienen un criadero): nacen en nuestro establo, los empezamos a montar a los tres, cuatro o cinco años, para luego llevarlos al nivel más alto posible.
TR: ¿Nos puedes hablar de la Madonnina, el establo que tienes con tu esposo en Italia?
JRP: Ahí es donde entrenamos a nuestros equinos, gracias a que mis suegros han mantenido un criadero de caballos belgas a lo largo del tiempo. Cada año nacen entre 10 y 15 caballos. Es un trabajo muy duro porque es una especie de contrato a largo plazo: están en los campos hasta los tres años, edad en la cual empezamos a trabajar con ellos. Les enseñamos algunas señales, desarrollamos su comunicación y convivencia con el jinete para que puedan colaborar. A los cuatro años los montamos y realizamos sus primeros saltos, para luego dar paso a las competiciones de caballos con cinco o seis años de edad. Cuando alcanzan los ocho años, pueden entrar de lleno a las competencias internacionales. Se trata de un proceso bastante largo.
TR: ¿Nos puedes contar acerca de los elementos necesarios para participar en un LGCT?
JRP: Al encontrarnos en el mayor evento de salto ecuestre en el mundo, debes llevar contigo dos caballos, que en mi caso son Dieudonné y Foica. Tuvieron que adaptarse a la altura, porque estamos en un lugar que resulta complicado en ese sentido. No puedes simplemente traerlos y ver qué pasa, sino que deben tener las condiciones adecuadas para otorgar los mejores resultados posibles. Esta es una competencia muy específica, pero en otro tipo de eventos o exposiciones puedes llevar hasta 3 o 4 caballos. Además los animales se mueven entre categorías, así que debes mantenerlos muy bien, entrenarlos de manera adecuada para ir de un evento a otro sin perder el máximo nivel.
TR: Ahora que comentas esto, ¿para quién resulta más difícil el deporte: para el jinete o el caballo?
JRP: Es muy difícil como jinete, porque al producir nuestros propios caballos, trabajamos de manera muy distinta a quien sólo va y compra los mejores animales del mundo. Al producirlos, no sabes cual será su reacción natural, su estado de ánimo inicial, así que debes aprender y adaptarte a ellos.
TR: Para triunfar en un evento como éste, ¿cuántos días de adaptación son necesarios?
JRP: Nosotros llegamos hace dos días y medio, mientras que los caballos hace tres y medio. Hicieron un viaje muy largo, además nunca sabes qué reacción tendrán al volar: Dieudonné se sintió muy bien durante el trayecto, pero Foica no aterrizó en las mejores condiciones, pues se puso muy nerviosa al volar, lo cual podría repercutir en nuestro desempeño, así que necesitó tiempo para recuperarse. Hoy los dos caballos han saltado bastante bien, así que creo que tendremos un gran fin de semana.
TR: Nos puedes contar acerca de tu relación con Longines, sobre todo considerando que tú provienes también de Suiza…
JRP: Claro, conozco la Manufactura, conozco muy bien la marca. Cuando participaba en la categoría junior, Longines decidió patrocinar a tres jinetes suizos, entre ellos yo, lo cual me hizo sentir muy orgullosa. Gracias a ellos crecí en este deporte. A lo largo de los años se han comprometido más y más con nuestra actividad, así que les debemos mucho en el crecimiento de la actividad ecuestre.
TR: Para finalizar, ¿tienes algún reloj favorito de Longines?
JRP: Me gusta mucho el Dolce Vita, pero tienen muchísimas piezas hermosas, como los Conquest. Me gusta Longines porque puedes usar sus relojes en cualquier ocasión o momento: sea en una competencia, en una cena o con mi hijo Noah, siempre resultan la mejor compañía.