Ya sabemos que nació en Neuchâtel, pero Breguet se movió a la Île de la cité de París en 1775, el hogar de toda su vida. Breguet se instaló en una impresionante casa en el número 39 del Quai de L’Horloge, donde llevó a cabo toda su obra. De ahí nace el apelativo de esta virtuosa pieza. Y donde vemos su representación minuciosa en el grabado realizado en oro en el fondo del Breguet Classique Double Tourbillon 5345. Lecciones de física en la casa de Breguet.
El 39 del Quai de l’Horloge todavía existe, pero la manufactura está hoy instalada en el Valle de Joux. Breguet Classique Double Tourbillon 5345 Quai de L’Horloge es la última gran creación de la histórica marca. Un calibre espectacular en un espacio reducido. Las ventanas permiten entrever los rodajes de un movimiento espectacular con todos los componentes terminados a mano. Al descubierto en la carátula, dos tourbillones unidos por un diferencial central.
Es una escultura dinámica que da una vuelta completa cada 12 horas —indicación de las horas con la aguja sobre uno de los dispositivos— gracias a dos tourbillones independientes que, a la vez, efectúan una rotación completa cada minuto. Los órganos reguladores están interconectados e impulsan la barra del tourbillon. En consecuencia, también se mueve las agujas de las horas.
Breguet Classique Double Tourbillon 5345 eleva de nuevo el invento del tourbillon a gran complicación. Sus dos corazones mecánicos captan la energía de su propio barrilete independiente. Y para mayor precisión cronométrica, unida a los dos dispositivos antigravedad, las espirales cuentan con la característica “curva Breguet”. El sistema completo del dispositivo presenta un juego de engranajes plenamente ajustados para la perfecta precisión y visualización.
Este Classique Double Tourbillon 5345 Quai de L’Horloge plantea un mecanismo de cuerda manual íntegramente original. Los ingenieros rediseñaron el conjunto para dos trenes de ruedas independientes. Entre otros desarrollos técnicos, el sistema de seguridad dinamométrico de la corona que impide una sobretensión en los muelles.
Breguet ya presentó un doble tourbillon en 2006. Ahora la gran diferencia es la exhibición estética en la esfera. El guilloché reemplaza el tradicional perlado. Un nuevo diseño expresivo donde relucen los barriletes estilizados en acero con forma de B. Los acabados artesanales a mano se observan en los componentes achaflanados o satinados de manualmente.
Y destaca el fondo de la caja de platino de 46 mm, de donde surgieron las lecciones de física. La casa de Breguet en un fiel grabado realizado también a mano. Representa el edificio de Quai de L’Horloge en París. El verdadero origen de estos dos tourbillones montados sobre la platina pivotante.