Tenemos muy claro que el TAG Heuer Monaco Split-Seconds Chronograph está llamado a ser uno de los relojes de 2024. El reloj es resultado del potente proceso de evolución que la firma suiza ha aplicado a su catálogo en los últimos tiempos. Una reestructuración basada principalmente en la estética, pero que también recurre a conceptos técnicos, como ocurre con esta última referencia.
¿Por qué es importante el Monaco Split-Seconds Chronograph? Las razones son múltiples. La primera y más evidente, el Monaco Split-Seconds Chronograph es el primer rattrapante de pulsera que lanza TAG Heuer en su historia. Es curioso que una firma con tanta experiencia en el campo del cronometraje tuviera una ausencia de este nivel en su catálogo. No hay que culpar a la firma: TAG Heuer se ha dedicado tradicionalmente al cronometraje desde un ámbito profesional, razón por la cual trasladó sus conocimientos a instrumentos más técnicos. Primero los contadores de bolsillo, con calibres mecánicos más grandes, fiables y precisos; y más tarde a los dispositivos electrónicos. En el campo aficionado, los modelos tradicionales como el Carrera, Monaco y Autavia eran más que suficientes para el día a día. Hoy en día, esta concepción del reloj deportivo ha cambiado sustancialmente y una pieza como el Monaco Split-Seconds Chronograph tiene toda la razón de ser el mercado. Con ella, TAG Heuer confirma que tiene mucho que decir en el segmento más alto de su catálogo.
TÉCNICO POR FUERA, TÉCNICO POR DENTRO
La segunda razón de la importancia del Monaco Split-Seconds Chronograph es su salto de nivel técnico dentro del catálogo de TAG Heuer. O, más bien, diremos que una recuperación del prestigio que tuvo a comienzos de este siglo con una serie de futuristas cronógrafos que le colocaron a la vanguardia del cronometraje. Hablamos de modelos hoy míticos como el Mikrograph o el Mikrotimer Flying 1000. Una estrategia que la firma abandonó años más tarde por una visión más comercial del mercado y a la cual ahora quiere volver con referencias como esta.
Todos estos relojes, incluido el nuevo Monaco Split-Seconds Chronograph, tienen en común la traslación al exterior de su nivel técnico. El reloj carece de carátula y es el mecanismo quien acapara todo el protagonismo. Como si fuera un Fórmula 1, el Monaco Split-Seconds Chronograph desprende estética ingeniera.
En cuanto al mecanismo, TAG Heuer ha contado con la colaboración del fabricante Vaucher para desarrollar el calibre TH81-00. Entre las características más destacadas del mecanismo, aparte de su función rattrapante, es la alta frecuencia de funcionamiento. Con 36,000 alternancias, está preparado para medir tiempos con una precisión de una décima de segundo. Tendremos que esperar un poco para ver si TAG Heuer aprovecha esta virtud en un cronógrafo específico como ha hecho Zenith con la tercera generación de su calibre El Primero.
LIGERO Y TRANSPARENTE
El calibre TH81-00 no solo posee grandes características funcionales, sino que es extremadamente ligero. Lo es gracias a su construcción en titanio, un material poco habitual en la fabricación de componentes del mecanismo. De titanio también es la caja. El otro material fundamental del Monaco Split-Seconds Chronograph es el zafiro. Lo vemos empleado tanto en los dos lados de la caja como en el interior del reloj. Según la firma, existe un reparto equilibrado entre el titanio y el zafiro en la construcción del reloj, que tiene un peso total de 85 gramos. Esta cifra lo convierte en el cronógrafo más ligero de todo el catálogo de TAG Heuer.
DOS ACABADOS
El Monaco Split-Seconds Chronograph se ciñe a las características más habituales de los más modernos cronógrafos de la colección. Tiene un diámetro de 41 milímetros, con una hermeticidad de 30 metros. Los pulsadores, en disposición diagonal, están sobredimensionados para que sea manipulados con facilidad. El pulsador del rattrapante está ubicado junto al índice de las 9 horas y viene acompañado por un protector con el fin de conseguir un acabado más armónico.
Como decíamos antes, el Monaco Split-Seconds Chronograph está fabricado en titanio, aunque se presenta en una doble versión. La imagen más clásica nos la aporta la referencia con los puentes en azul degradado y contadores en blanco. Para aquellos que prefieran una imagen más deportiva, TAG Heuer ha realizado una versión con la caja en titanio negro y detalles en rojo tanto en el interior del mecanismo como en la correa de cuero. Este juego de colores también se traslada al fondo del reloj. Aparece en el rotor encargado de aportar la energía al movimiento. Se ha realizado con la forma del logotipo de TAG Heuer y viene decorado con el mismo patrón cromático que encontramos en la carátula. Es ahora un buen momento para fijarnos en la curiosa construcción del cristal zafiro del fondo de la caja. Posee un hueco interior que protege el rotor de carga y crea la sensación al moverse de hacerlo como si estuviera flotando. Es un recurso muy espectacular y que habla bien del cuidado que han tenido sus responsables en todas las fases de diseño del reloj.
Todo este derroche técnico y estético tiene un precio, y en el caso del Monaco Split-Seconds Chronograph no es precisamente poco. El reloj saldrá a la venta el próximo junio por un importe de 165,000 francos suizos.