La firma Roger Dubuis, mundialmente reconocida desde hace más de 20 años por su investigación alrededor del tourbillon, lanza el calibre de cuerda manual RD115 en un hipnótico reloj de nombre Orbis In Machina. Construido a partir de 283 componentes y con 29 rubíes, este movimiento tiene como epicentro un tourbillon volante que, a diferencia de la emblemática posición que Roger Dubuis asigna a este tipo de escape, a las 7 horas, se sitúa en el centro, preparando el escenario para una hermosa hipnosis concéntrica.
El mecanismo en sí ha sido purificado y compactado gracias a un nuevo sistema planetario, pendiente de patente, que permite desconectar las agujas de manera segura y ajustar el reloj con estabilidad garantizada, y que no solo crea más espacio, sino que proporciona una alternativa estética.
Jaula del tourbillon de titanio antimagnético
Orbis In Machina está inspirado en los antiguos componentes “Ébauche” de la alta relojería, los relojeros han colocado el sistema de cuerda y ajuste en la parte inferior del movimiento, liberando más espacio arriba para la aguja de las horas. Para aumentar la resistencia a los campos magnéticos y mantener un perfecto control del peso, la jaula del tourbillon inferior es de titanio antimagnético, mientras que la superior es de titanio pulido a espejo Cobalt Chrome, que también es antimagnético y permite reducir el peso del tourbillon en un 16%. Finalmente, la reserva de marcha se optimiza hasta las 72 horas.
El tourbillon central es, efectivamente, un ejemplar poco común en relojería. Fue a finales de los años 90 cuando Franck Muller desempolvó el tourbillon y lo puso de moda. Hasta el punto de que raro era el amante de los relojes que no tenía una pieza con esta complicación, a pesar de su elevado precio.
Y ha seguido estando de tendencia, sobre todo en 2020, cuando se cumplieron 220 años de su creación. Además, también es cierto el hecho de que los tourbillones centrales son tan raros como reducido el número de marcas que lo practican (recordamos a Omega, Gucci, Corum, Hublot y el propio Franck Muller).
Pues bien, en la creación de este tourbillon central de Roger Dubuis se han planteado, como era de suponer, una serie de desafíos, tales como encontrar una forma diferente de mostrar las agujas y al mismo tiempo redistribuir los componentes del movimiento alrededor del propio tourbillon.
Reinterpretación del esqueleto
Comenzando desde el centro, los diseñadores de la manufactura ginebrina trabajaron hacia afuera, brindando pureza estética a través de círculos concéntricos en oro rosa y blanco que indican los segundos, minutos y horas. Es una reinterpretación del esqueleto, que permite jugar con el espacio y glorificar el tourbillon situándolo en el centro.
A diferencia de la parte delantera del reloj, la vista a través del fondo se basa en una herencia detallada, con un aspecto que atraerá a los conocedores de la alta relojería con acabados manuales de una apariencia casi barroca. Dos caras opuestas pero complementarias que muestran la dualidad que caracteriza a Roger Dubuis. Se utilizan 19 técnicas de acabado específicas, entre ellas el elegante perlado, decoración Côtes de Genève y el acaracolado. La recompensa a este enfoque esqueletado dinámico es la certificación del Punzón de Ginebra, una de las rúbricas más exigentes de la alta relojería.—B. ROLDÁN
FICHA TÉCNICA
Orbis in Machina Tourbillon Central