Oliver R. Müller, analista y colaborador habitual de Tiempo de Relojes, vaticina que el próximo reloj que se compre usted será usado. No lo dice abiertamente, pero es la idea que subyace de su último trabajo. Este afamado especialista de la industria relojera acaba de publicar un informe, a través de su consultora LuxeConsult, en el que apunta datos muy interesantes acerca de la evolución de este segmento del mercado. Dicho informe, de 80 páginas de extensión, está a la venta para profesionales del sector. La consultora también ha publicado un extracto que recoge algunos de sus datos más significativos. El más revelador: LuxeConsult espera que en 2033 el mercado de segunda mano alcance los 79,000 millones de euros de volumen y supere al segmento de relojes nuevos, estimado para ese año en 78,700 millones de euros.
Actualmente, el mercado de segunda mano de relojes se estima que mueve alrededor de 25.000 millones de euros. El cálculo realizado por LuxeConsult significa que esta área del negocio triplicará su volumen en la próxima década. Un fenomenal movimiento en el mercado que tendrá sus consecuencias para todos sus actores.
El papel de las firmas
Tal como vemos en la gráfica aportada por LuxeConsult, el crecimiento del mercado de segunda mano no supondrá una caída del segmento de novedades. Al igual que ha ocurrido en los últimos años, dicho segmento seguirá creciendo en los próximos años, aunque en menor grado que la partida de usados. Siempre hablando de estimaciones, LuxeConsult espera que el crecimiento anual de relojes nuevos ronde el 4% anual, mientras el de relojes usados varíe entre un 10% y un 12%.
La principal duda que genera este increíble auge del mercado de segunda mano es el papel que tendrán las casas relojeras. Hasta ahora, el comercio de relojes usados estaba dominado por las casas de subastas y retailers especializados, tanto físicos como online. Pero se hace complicado imaginar que las firmas, que son las que proporcionan la materia prima del comercio, mantengan un papel pasivo ante este negocio que se abre ante ellos.
“Cualquier firma importante ya no puede permitirse permanecer al margen del mercado de segunda mano”, nos apunta el autor del informe. “Debe asumir una posición activa. Todo el mundo ha entendido que el mercado secundario puede ser un gran impulsor del valor de la marca y que debe ser fluido para ayudar al mercado de nuevos a vender relojes nuevos”.
Por otra parte, nos recuerda Oliver R. Müller, “existe la posibilidad de que estas firmas se aprovechen de las sustanciales primas obtenidas en el mercado de segunda mano y esto quizás no sea bien recibido por los clientes. Este es un gran conflicto de intereses, a menos que invierta, como hizo Richemont con Watchfinder, en un actor del mercado y se mantenga discretamente detrás de él como inversor, pero no como operador”.
Polarización del mercado
El segundo dato revelador del informe de LuxeConsult es la evidente polarización del mercado de segunda mano. Según Oliver R. Müller, hay tres grandes nombres que acaparan el 55% de la facturación. Nos referimos a Rolex, Patek Philippe y Audemars Piguet.
Es una polarización incluso mucho más marcada que la existente hoy en día en el mercado de relojes nuevos y la razón que explica en gran parte el gran crecimiento de los últimos años. Con un mercado protagonizado por apenas un puñado de marcas y referencias, cualquier cambio de tendencia en cualquiera de ellas tiene su evidente consecuencia en el resultado global.
“Pueden que entren más actores en el futuro”, apunta Müller. “Omega y Cartier deberán tener mayor protagonismo. También Breitling también aumentará su presencia en el mercado de segunda mano, aunque me temo que no siempre por buenas razones”. Pero el mensaje es muy claro: “la polarización que vive el mercado de relojes nuevos tendrá su lógico reflejo en el segmento de segunda mano. Quienes sobresalgan en el mercado de nuevos también lo harán en el de segunda mano como efecto colateral”.
El demonizado mercado gris
LuxeConsult también dedica un espacio muy significativo a estudiar la distribución del mercado de segunda mano y su evolución en el futuro. Según el informe, las subastas de relojes usados representan apenas el 4% del mercado. El 71% está acaparado por los relojes de segunda mano al uso y un significativo 25% por el denominado mercado gris. Una definición tan difusa como da a entender su nombre. ¿Qué es el mercado gris? Pues un área de negocio tan poco considerada como inevitable en el negocio actual.
Según la consultora, el mercado gris está compuesto por relojes nuevos comercializados por reventas, relojes nuevos falsamente etiquetados como usados para evitar el escrutinio de las marcas y el denominado “nuevo viejo stock”, esto es, piezas descatalogadas que venden las firmas a un precio menor para dar paso a novedades más interesantes para ellos y que son vendidos a un precio menor del original. Siempre según datos de LuxeConsult, estas tres áreas del mercado gris se reparten en un 80%, 10% y 10%, respectivamente.
“Estas cifras variarán en el futuro”, explica Oliver R. Müller. “Creo que las subastas serán menos importantes en el futuro, aparte del mercado vintage, e incluso si entran nuevos jugadores en el mercado de subastas en línea, este segmento de mercado crecerá significativamente menos que los demás”.
En cuanto al mercado gris, “podría aumentar aún más su importancia o podría reducirse significativamente. Esto dependerá completamente de cuánto énfasis pongan las marcas en este tema. Mi conjetura es que, a menos que se dé gran impulso a la tecnología blockchain, será difícil para ellos abordar este problema con medios convencionales. El 25% parece mucho, pero se debe principalmente a la exageración de los relojes “trofeo”, que han ganado mucho valor. Si los precios disminuyen como hemos visto en los últimos meses, entonces su aporte de valor también se reducirá significativamente”.
¿Habrá relojes de segunda mano suficientes?
Otra duda, un poco ingenua, que nos surge es si el mercado tiene piezas suficientes para soportar tal volumen de crecimiento. Oliver R. Müller es muy claro en su respuesta. “Hay relojes más que suficientes para impulsar el mercado para un crecimiento aún más sustancial en las próximas dos décadas. La pregunta más importante es si esta fiebre es sostenible. Mi previsión es que la oferta se amplíe a más marcas y relojes más icónicos. El grupo demográfico más joven, especialmente Generación Z (nacidos entre mediados de la década de 1990 y 2000), parece estar muy cómoda intercambiando relojes para comprar y revender”.
Prosigue Müller, “el crecimiento será impulsado por la oferta potencial de relojes que circulan por el mundo, la voluntad de los clientes de revender piezas usadas y, por último, la salud del mercado de novedades. Si por alguna razón se considerara que los relojes ya no valen la pena comprarlos, porque carecen de cualquier valor funcional y son demasiado caros, podríamos ver una fuerte y rápida caída en ambos mercados”.
Un mercado de enorme crecimiento, aunque sembrado de dudas
Hasta el año 2033, el año elegido por LuxeConsult como meta de su estudio, en el mundo se venderán relojes usados por valor de 465,000 millones de euros. Es una cifra exorbitante de la cual las firmas querrán su parte del negocio. Cómo lo harán es una de las grandes cuestiones que se plantean actualmente.
Todo el mundo estaba a la expectativa de la decisión que tomaría Rolex y la firma de la corona ya ha movido ficha. Rolex dio permiso a finales del año pasado para que sus agentes oficiales compraran piezas de segunda mano (con al menos tres años de antigüedad) y les ofrece el servicio de sello de autentificación y una garantía de dos años. El programa está ahora limitado a Bucherer, aunque la idea es extenderlo a más países a lo largo de 2023. Es un paso crucial para sus clientes, aunque la firma se mantiene en el segundo plano que ya ejercía con sus novedades (la firma suiza no vende relojes de manera directa y solamente cuenta con una boutique en todo el mundo). Más relevante será la decisión de otras firmas, como Audemars Piguet, que sí controlan en su totalidad todo el canal comercial.
Mientras se despejan estas cuestiones, los profesionales del sector tienen en el informe de LuxeConsult la herramienta perfecta para prepararse de cara al futuro. Un futuro en el que es muy probable que acabemos comprado más relojes de segunda mano que nuevos.