¡Sorpresa! Chronoswiss presenta un nuevo reloj y es un regulador. No nos extraña para nada: esta curiosa disposición ha sido desde siempre la imagen de marca más icónica de la firma de Lucerna. Poco sentido tendría ahora rechazar la característica que mejor que te define en el mercado. Para el equipo de Chronoswiss, el regulador es mucho más que una curiosidad estética. “Siempre hemos visto Chronoswiss como un puente entre el pasado y el presente de la relojería, y la disposición de regulador ejemplifica muy bien esta idea”, explica Oliver Ebstein, director y propietario de la marca, durante la presentación telemática del flamante Open Gear ReSec Big Wave.
Este diálogo entre el pasado y el presente es también evidente en el guilloché, la gran estrella de la novedad recién presentada. “El guilloché es algo vinculado con la herencia relojera”, comenta Ebstein. “Aún se sigue haciendo con máquinas con más de cien años de antigüedad”. Una tradición aderezada con un manto de sofisticación en forma de innovadores recubrimientos cromáticos o disposiciones tridimensionales de las carátulas muy espectaculares. En cualquier caso, para Ebstein, el guilloché es uno de los grandes atractivos que puede ofrecer la relojería al aficionado moderno. “En un mundo acostumbrado a que todo se fabrique en serie, el guilloché aún se hace un modo artesanal y de pieza en pieza. Incluso es posible descubrir el artesano que ha realizado una determinada carátula por la forma de sus acabados”, comenta el propietario de Chronoswiss.
Como una ola
Ya hemos explicado que el Open Gear ReSec Big Wave es un regulador y su carátula está decorada con guilloché. ¿Dónde reside entonces su novedad? En el patrón del guilloché. La longitud de sus bandas nos lleva a pensar que este tipo de guilloché es más fácil de realizar que los estéticamente más complejas. El maestro grabador Maik Panziera nos saca del reloj y nos aclara que es exactamente lo contrario. Panziera ha encontrado para este reloj un patrón de dibujo donde las finísimas curvas, separadas entre sí por un espacio de apenas 0.275 milímetros, crean en conjunto la sensación visual de una infinita sucesión de olas. Este efecto viene además reforzado por el acabado azul metálico de toda la superficie.
En elevación
La construcción híbrida de las carátulas ha sido el aspecto estético más definitorio de la evolución de Chronoswiss en los últimos años. Del plano al espacio tridimensional, las carátulas ganan en complejidad técnica y simbólica. En el centro encontramos el contador elevado de las horas, mientras la parte inferior queda ocupada por el indicador de segundos de disposición retrógrada. También se ha elevado el realce del exterior de la carátula, cuyos índices tratados generosamente con Superluminova permiten que el reloj puede consultarse muy bien en la oscuridad. Esto último nos recuerda la importancia que tiene la legibilidad de la carátula para el equipo de diseño de Chronoswiss. De hecho, la disposición multicapa de los elementos es una solución idónea para que el guilloché de la superficie no nos distraiga de la lectura del tiempo.
En cuanto al resto de características técnicas, el Open Gear ReSec Big Wave es muy similar al resto de variantes de la que ya es la referencia más popular del catálogo de Chronoswiss. El movimiento es el calibre C. 301. Usa como base un mecanismo ETA al cual se acopla el módulo regulador-retrógrado desarrollado por la propia Chronoswiss. Cuenta con reserva de marcha de 48 horas, proporcionada por un rotor de carga en acabado azul, visible a través del fondo transparente. La caja es de acero de 44 milímetros de diámetro. En ella encontramos la habitual corona de tipo cebolla, así como las asas con fijación de tornillos de la correa. En cuanto a ésta, es de cocodrilo en acabado hornback para darle una mayor presencia en la muñeca. El Open Gear ReSec Big Wave sale a la calle con un precio de 9,400 USD y en edición limitada de 50 unidades, todas ellas numeradas de manera individual en una placa fijada en la carátula.