Longines reedita Silver Arrow. Una pieza de 1956 que representó el espíritu de la velocidad y adoptaba el nombre de los famosos bólidos que dominaban los circuitos. “Flecha de Plata”. Y la firma lo llevó entonces de la pista al cielo para reforzar su vínculo con la aeronáutica. Una pieza minimalista de tecnología avanzada. El tiempo vuela.
El nuevo Longines Silver Arrow es una fiel reedición que mantiene su sobriedad característica de los años 50. La esfera es abombada y plateada opalina reproduce los índices estriados con agujas tipo espada —recubiertos de SuperLuminova—. Mantiene renovado el carácter de su tecnología avanzada. La nueva pieza monta el calibre automático L888.5 (ETA A31.L11) con espiral de silicio y garantía de cinco años. En caja de 38.50 mm, la esfera es abombada y su fondo es atornillado. Ahí luce el emblema “Silver Arrow” del avión supersónico.
Velocidad y vuelo
De su colección Héritage, Longines recupera otra pieza que emerge del diverso y rico legado de la histórica firma de Saint-Imier. El tiempo conserva el espíritu. Y también el pasado vivía de la creencia en el futuro. Ahora que el futuro llegó, quién iba a pensar que volveríamos a valorar tanto aquellas ideas que quedaron atrás. Gustan mucho al mercado actualmente estas piezas austeras y funcionales con más de medio siglo de vida. Longines arma un calibre automático interesante con base ETA y espiral de silicio. Con indicaciones básicas de horas, minutos y segundos, leal al pragmatismo de la pieza original, este calibre de 11 ½ líneas a 25,200 alt/h aporta una reserva de marcha de casi 72 horas.
En la esfera, la eliminación de la indicación “Automatic” refuerza el diseño sobrio. Su cristal abombado ya es de zafiro con un tratamiento de capas antirreflejos. Y para valorar más la reedición, mantiene la correa de cuero marrón con hebilla. Un tributo al sueño supersónico de la aeronáutica clásica, donde el tiempo realmente vuela. Longines incluye una garantía de cinco años. —Leslie López