Felipe Grimberg y el arte de coleccionar relojes

¿Qué mueve a alguien a coleccionar relojes?, ¿qué historias hay tras una colección? El dealer de arte Felipe Grimberg responde.

Al dealer de arte y coleccionista de relojes Felipe Grimberg (Bogotá, Colombia, 1964) el interés por recolectar maravillas le viene de familia. Cuando era niño, su padre —un aficionado a la filatelia— solía regalarle estampillas. Sin saberlo, aquellos obsequios sembrarían la semilla que, como adulto, terminaría por definir sus intereses.

El coleccionismo es una adicción”, dice en entrevista, “tenía menos de 10 años cuando comencé a coleccionar billetes, estampillas y monedas. Era apenas un niño y ya quería tener más estampillas, más billetes de otros países, más monedas. Con el tiempo, intercambié la pasión de la filatelia por la numismática y luego por el arte”. Esta última veta se convertiría en su profesión. Hoy, Felipe Grimberg es un art dealer independiente afincado en Miami, a quien el propio artista Fernando Botero ha reconocido como “la persona que más Boteros ha vendido en el mundo”. Grimberg afirma que la cifra de las obras del artista colombiano que ha colocado en el mercado está a punto de superar las 500. Por su parte, en 2015 publicó el libro Selling Botero en el que, entre muchas otras cosas, narra la relación que existe entre un marchante y un artista.

Felipe Grimberg y el pintor Fernando Botero.

Sus colecciones hoy abarcan diversos temas, desde mapas de Colombia hasta arte contemporáneo, pasando por libros y relojes. Esta última faceta fue el motivo de nuestra conversación con él: un acervo que ronda 20 piezas, las cuales son un reflejo de sus gustos, estilo e intereses.

Felipe Grimberg, arte, relojes y la pasión por coleccionar

¿Cuál fue el primer reloj que llegó a tus manos?
Cuando tenía 20 años, mi papá me regaló un IWC Schaffhausen de oro de 1964, el cual le habían regalado mis abuelos cuando se casó. Ese fue mi primer reloj. Curiosamente tengo el mismo reloj dos veces en mi colección.

¿Lo había comprado dos veces?
No. Lo que ocurrió fue que, curiosamente, el segundo marido de mi abuela, que murió en los años 90, había comprado el mismo reloj en Nueva York en el mismo año: 1964. Heredé ese reloj cuando el señor murió y ahora tengo dos. Soy feliz con ambos, definitivamente me encantan.

Este IWC Schaffhausen de oro de 1964 marcó el camino del coleccionista.

¿Por qué decidiste coleccionar relojes?
Si nos comparamos con las mujeres, los hombres no nos ponemos muchas joyas. Somos mucho más sencillos. ¿Qué es lo que se pone uno entonces? Un reloj. Un reloj bien bonito, o unas mancuernillas. Eso es lo máximo que me pongo de joyería, no me pongo más porque no me gusta. Así que me pareció un elemento que un hombre podía tener y que, además, es muy bello.

¿Cómo te iniciaste como coleccionista de relojes?
Adquirí esta pasión cuando conocí a un dealer inglés en ferias de arte. Él participaba en la sección de Alta Joyería. Traía marcas como Harry Winston, Van Cleef & Arpels y Graff. También había un par de dealers más que traían relojes antiguos. Entonces empecé a comprar relojes de los años 60 y 70. Compré un par de Cartier. Todos pequeños; no me gustaba el formato grande sino el que es sencillo, elegante, a la mano. Y así empecé.

¿Cuántos relojes tienes actualmente en tu colección?
Tengo cerca de 20 relojes, de marcas como Rolex, Patek Philippe, Cartier, IWC, Breitling, Breguet o Audemars Piguet.

¿Cuál es la pieza más reciente en ingresar a tu colección?
Un reloj creado en colaboración entre Girard-Perregaux y Aston Martin. Tengo un primo que vive en Israel y me comentó que había salido esa edición. Le pareció que sería una buena idea que lo comprara porque tenemos un Aston Martin. Llamamos a una persona que nos lo podía conseguir y quedamos felices. Es del mismo color de nuestro carro: es un reloj bello, muy agradable y muy deportivo. Tampoco es que sea muy costoso, pero no busco el costo sino que realmente me guste, que me sienta cómodo con él.

Felipe Grimberg con su Aston Martin y el Girard-Perregaux Laureato Chronograph Aston Martin Edition.

¿Cuál dirías que es el razonamiento detrás de tus adquisiciones?
Muchas de mis compras son por impulso. También ha ocurrido así en el mundo del arte. Es algo que surge del momento en el que ves una pieza de la que te has enamorado y dices: “la quiero”. Porque no es que uno necesite la pieza: es el deseo de tenerla. El hecho de decir: “yo la quiero”. Puede ocurrir cuando visitas alguna feria de relojería, cuando le ves el reloj a alguien o cuando abres una revista y aparece un reloj nuevo que te hace decir: “Esto me encanta. Esto me quedaría bien. Quiero averiguar más sobre esto”. Yo soy así, no soy del tipo de coleccionista que sigue el mercado para ver lo que está saliendo. Si lo hiciera, creo que tendría mil relojes, porque esto se vuelve una adicción.

Un Rolex vintage es imprescindible en una colección. Este es el de Felipe Grimberg.

¿Cuál será el futuro de tu colección?
Tal vez quisiera vender algunos relojes antiguos que tengo. Son piezas muy bellas, muy elegantes pero económicamente hablando no han incrementado su valor. Quizá me gustaría hacer una depuración y comprarme una pieza como inversión, porque los relojes se han vuelto eso. Todos los meses vemos en las casas de subasta más importantes del mundo ventas de relojes de alta gama. La gente ya no compra por tener la obra, por tener un reloj bonito. El mercado de la relojería ha cambiado mucho.

¿Te ves como coleccionista de relojes por mucho tiempo?
Sí. Es bello, es maravilloso y la tecnología avanza y te permite tener toda la información que necesitas. Por el tiempo que esté vivo seguiré coleccionando.

«… Uno podría tener un reloj usado y que tal vez no contenga las partes originales. Hay que asegurarse de lo que uno está comprando y de que siempre tenga todos los componentes originales», nos recuerda Grimberg.
Consejos para iniciarse en el coleccionismo

Estos son algunos puntos que Felipe Grimberg considera que deben tomarse en cuenta al coleccionar relojes (y que quizá también apliquen para el arte).

  • Es importantísimo tener a alguien de confianza que sepa de relojería. Porque, por ejemplo, uno podría tener un reloj usado y que tal vez no contenga las partes originales. Hay que asegurarse de lo que uno está comprando y de que siempre tenga todos los componentes originales, porque uno no quiere que haya piezas que no pertenezcan al mecanismo del reloj.

  • Tenemos toda la información disponible en la punta de los dedos. En internet es posible encontrar lo que quieras. Si tu pasión son los relojes, empieza a buscar cuáles son las marcas que se mueven, de qué año son, si son más nuevos o más antiguos y qué personajes han usado esas marcas de relojes.

  • Ve a las casas de subastas. Todas las grandes casas de subastas venden relojes y es una muy buena idea visitarlas para conocer lo que se está moviendo en el mercado.

  • Sé paciente. Es imposible abarcarlo todo en un solo día. Es muy rico ir comprando poco a poco. Gozarlo. Entenderlo.

También puedes leer nuestro texto sobre Cinco relojes dónde invertir (y ganar después).

—Texto: Felipe Pando. Fotos: Cortesía Felipe Grimberg.

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