Siempre es interesante descubrir patrones en las presentaciones con las que Audemars Piguet anuncia sus novedades de la temporada. En algunos casos fueron más sencillas de definir (lanzamiento del Code 11.59, aniversarios del Royal Oak y Royal Oak Offshore) y en otros hay darle un poco a la imaginación para adivinar los hilos que guían la estrategia de la manufactura para los próximos meses. 2024 es uno de estos años “complicados”. Hay variedad de colecciones, temáticas y materiales. Pero hay un elemento común que destaca por encima del resto: el tourbillon volante. Lo hemos visto en el espectacular Royal Oak Tourbillon Volante Automático Esqueleto en oro arena que también acaba de presentarse hoy mismo. También aparece en las dos referencias, una con dos versiones, que analizamos en este artículo. Cuatro relojes con tourbillon volante automático. No está nada mal.
¿Por qué el tourbillon es importante para Audemars Piguet?
Por la simple razón del valor añadido que aporta a sus piezas. La producción de Audemars Piguet rondó las 51,000 unidades en 2023, según el informe recién publicado por Morgan Stanley. Siempre según dicho informe, esta producción supone un incremento del 21.5% respecto a la registrada cuatro años antes. En cambio, la facturación en este mismo periodo de tiempo se ha incrementado un 128%. Es decir, Audemars Piguet ha aumentado más del doble sus ventas en este periodo de tiempo, aunque sin renunciar a la exclusividad de una producción pequeña. Algo que pasa irremediablemente por el aumento del precio medio de sus piezas.
El modo es sencillo: más relojes de metales preciosos y movimientos más complejos. Si tenemos en cuenta que el Royal Oak sigue siendo el reloj más demandado de la manufactura, qué mejor que ofrecerlo con calibres más exclusivos. Están bien los cronógrafos, pero mucho mejor si son tourbillones, aún más apreciados.
Movimientos cada vez más consolidados en el catálogo
Esta estrategia no hubiera sido posible sin un plan de desarrollo de nuevos mecanismos. Audemars Piguet lo inició en 2019 con el lanzamiento del calibre 2950 con motivo del estreno de la colección Code 11.59. Este mecanismo destacaba por la presencia de un dispositivo tourbillon volante de carga automática. Un movimiento de última generación que un año más tarde se introdujo en la colección Royal Oak mediante la referencia 26530. Dicha referencia ha ido gradualmente desapareciendo del catálogo de Audemars Piguet para ser sustituida por el Royal Oak Tourbillon Volante Automático con referencia 26730, a la cual pertenecen dos de los modelos presentados hoy.
Cambio de carátula
La oferta de la referencia 26730 es una de las más completas de cuantas podemos encontrar hoy en día en el catálogo de Audemars Piguet. Incluye modelos en acero, titanio, oro rosa y oro blanco. Esta variedad también se extiende a los acabados de las carátulas. El equipo de diseño de la manufactura parece sentirse más libre y sale de la “dictadura” de la Pequeña Tapicería, el guilloché más característico de la colección. La referencia en acero se nos presenta con una carátula color burdeos y un acabado rayos de sol en terminación degradada que nos ofrece una imagen muy diferente a la mostrada en los icónicos Royal Oak. Recuerda un poco a la usada en el brillantísimo Jumbo del año pasado de titanio y vidrio metálico masivo que Audemars Piguet presentó el año pasado.
La versión en oro rosa opta por una carátula gris arenada con minutería en marfil. Es un acabado también muy original y que rompe con la imagen tradicional del Royal Oak, aunque no es nueva dentro de la colección. Una muy parecida, aunque en azul, ya la pudimos ver en uno de los dos Royal Oak Tourbillon Volante Automático de titanio que Audemars Piguet tiene en su catálogo.
Más allá de estas animaciones, las características técnicas son similares a las de las referencias 26730 ya conocidas. Hablamos de un Royal Oak con caja de 41 milímetros, herméticas hasta 50 metros e indicación de horas y minutos.
Tampoco hay novedades en el calibre 2950. Es un movimiento automático, con reserva de marcha de 65 horas y frecuencia de 3 hercios. Es un mecanismo con un dibujo muy agradable, definido por una arquitectura simétrica y terminaciones redondeadas. La masa oscilante de oro tiene un acabado esqueletado para que entorpezca lo menos posible la visión del calibre.
Exclusividad en formato pequeño
La última de las novedades afronta la complicación del tourbillon volante automático desde un plano muy diferente. Tenemos que retroceder a 2022, año de celebración del aniversario del Royal Oak, para recuperar el lanzamiento del Tourbillon Volante Automático Extraplano (RD#3), referencia 26660. Se trataba de un homenaje al icónico Jumbo en clave femenina. Su diámetro era de 37 milímetros en lugar de los 39 milímetros de su famoso hermano. El 26660 incorporaba el nuevo calibre 2968 de apenas 3.4 milímetros de grosor, una medida que le permitía usar una caja de solo 8,1 milímetros de grosor, el mismo que el que tiene la caja del Jumbo, solo que esta vez incorpora un mecanismo con tourbillon volante automático incorporado.
La primera versión que conocimos del 26660 era un bellísimo Royal Oak femenino realizado en acero y con la carátula de color ciruela con guilloché de Pequeña Tapicería. Este modelo se completa ahora con esta versión en oro blanco y bisel engastado con 32 diamantes en talla baguette, con un peso total aproximado de 2 quilates. La carátula también emplea diamantes para el engaste de los índices, los cuales descansan sobre un guilloché Pequeña Tapicería en acabado azul ahumado.
Sin novedades tampoco en el apartado mecánico. Aquí encontramos el calibre 2968 de carga automática, 50 horas de reserva de marcha, frecuencia de 3 hercios y un soberbio acabado semicalado de estructura circular.
No será nada extraño si vemos muchos más Royal Oak con tourbillon volante en un futuro próximo.