La excelencia solo se consigue mediante un esfuerzo constante de mejora. Así nos lo demuestra Chopard, que acaba de presentar el L.U.C Flying T Twin Perpetual. Es un reloj de gran complicación con dos importantes novedades: una combinación inédita de funciones y el estreno de un diseño inédito de caja. Vayamos al primer apartado.
Movimientos parecidos, pero no iguales
Pocas asociaciones más clásicas de Alta Relojería que la del tourbillon con un calendario perpetuo. La tenemos en el catálogo de Chopard desde 2013, cuando la manufactura ginebrina lanzó su L.U.C Perpetual T. Aquella era una pieza poderosa en todos los sentidos, muy acorde con las tendencias de la época. Tenía un diámetro de 43 milímetros, suficientes para albergar un movimiento con un tourbillon, calendario perpetuo y cuatro barriletes que le aportaban energía para funcionar durante nueve días. Desde entonces ha sido uno de los emblemas del catálogo L.U.C Chopard.
Para entender el paso del L.U.C Perpetual T al nuevo L.U.C Flying T Twin Perpetual hay que hacer una parada en 2019 y la presentación del L.U.C Flying T Twin, el primer tourbillon volante de Chopard. La suma de ambos conceptos ha hecho posible la creación de este L.U.C Flying T Twin Perpetual.
Más allá de la adopción de un tourbillon volante, el L.U.C Flying T Twin Perpetual mejora al modelo de 2013 en una aproximación más cercana a los gustos actuales. Conlleva una rebaja considerable del tamaño del reloj. La clave de esta disminución la encontramos en el paso de cuatro a dos de los barriletes de carga. Esto ha permitido pasar de un grosor del movimiento 9,35 milímetros a solo 6 milímetros. Obviamente, la reducción también supone menos horas de reserva de marcha. Ya no tenemos las impresionantes 216 horas del primer modelo, sino unas más asequibles 65 horas, que tampoco está nada mal para un reloj actual con este nivel de complicación.
Otra ausencia notable es la desaparición de la reserva de marcha, que en el L.U.C Perpetual T estaba en el fondo del calibre. Entendemos que ha sido un sacrificio necesario para conseguir la ansiada reducción del grosor del calibre.
Una nueva caja
La otra novedad importante del L.U.C Flying T Twin Perpetual es la adopción de un nuevo diseño de caja. Dicho diseño nos avanza por dónde irá la evolución estética de la colección en los próximos modelos.
Aparte de ser más pequeña (40 milímetros) y estrecha que el anterior tourbillon con calendario perpetuo (11.63 milímetros frente a 14.90 milímetros), este nuevo diseño apuesta por un diseño bassinée, término adquirido de la relojería clásica que servía para identificar las cajas con un fondo de menor diámetro que el frontal. Para entendernos, la caja del reloj tiene la forma de un barreño o palangana; que el significado en francés de la palabra bassinée.
La adopción de este diseño de caja ha motivado que los nuevos L.U.C lleven unas asas independientes, soldadas posteriormente a la carrura, diseño completamente diferente a la corriente estética de la colección L.U.C de la primera etapa. Como es de esperar, el L.U.C Flying T Twin Perpetual lleva cristales de zafiro en ambos lados de la caja y es sumergible a 30 metros.
Conclusiones
Hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Es la decisión que ha tomado Chopard, que ha transformado uno de sus movimientos estrella con el objetivo de incorporarlo a un reloj más pequeño y manejable. El L.U.C Flying T Twin Perpetual conserva todas las virtudes de su antecesor, con la ventaja de ser más cómodo y adaptable a la mayoría de las muñecas masculinas. Chopard siempre ha apostado por una Alta Relojería moderna, con relojes para ser más llevados que guardados en una caja fuerte. Esta apuesta por los menores diámetros así nos lo confirma, aunque para ello haya que haber sacrificado varios aspectos técnicos como una menor reserva de marcha o la desaparición de su indicador.
FICHA TÉCNICA
CHOPARD L.U.C FLYING T TWIN PERPETUAL