Hielo sobre nieve

Es temporada de esquí, así que fuimos a Jackson Hole con un reloj que resulta el cómplice ideal, el Montblanc 1858 Iced Sea.

No podíamos dejar pasar la temporada de esquí sin ir a Jackson Hole con un Montblanc 1858 Iced Sea. Sin duda, el reloj perfecto para visitar este exclusivo resort de Wyoming. Y es que la elección se vuelve obvia al enlistar sus características. Es una pieza cómoda, versátil —no todo es deporte en este sitio— y perfectamente integrada al espíritu invernal que aún se vive en las montañas. Algo que, aquí, vemos en su carátula inspirada en las texturas de los glaciares. Un efecto que, por cierto, Montblanc consigue con una técnica artesanal que ha rescatado del olvido: gratté-boisé. En español, “madera raspada”, este método es muy literal. Requiere que una madera raspe la carátula con sumo cuidado para no dañarla mientras la decora con lo que da la impresión de ser las vetas del Mer de Glace, el glaciar principal del macizo del Mont Blanc.

Desde lo más helado de la montaña más grande de los Alpes, vamos ahora al oeste de Estados Unidos. La época de esquí en Jackson Hole, se extiende este año hasta la primera semana de abril, por lo que ir con nuestro Montblanc 1858 Iced Sea resultó sumamente atractivo. Y para explotar su carácter deportivo, pero de elegancia casual innegable, no solo nos dedicamos al deporte sino a explorar la oferta gastronómica dentro y fuera del resort.

Waffles de altura: para probarlos, es necesario subir a Corbet’s Cabin, un mini restaurante ubicado a más de tres mil metros de altura en plena montaña. Para llegar hay que tomar la llevarte la Bridger Gondola de Jackson Hole Mountain Resort.
Camuflarse entre la nieve

Tenemos el oufit completo para esquiar. No es necesario cargar con equipaje extra, porque el equipo a la renta en el resort es perfecto. Y una vez con todo listo, arrancamos la experiencia total de Jackson Hole Mountain Resort con el Montblanc 1858 Iced Sea en la muñeca. No es un destino de esquí cualquiera. Se trata de uno de los complejos turísticos más importantes de Wyoming y uno de los más exclusivos de Estados Unidos. Porque, dato curioso, se encuentra en el condado más rico del país del norte.

Encontrarse con multimillonarios y celebridades es algo que ocurre todos los días mientras se esquía en cualquiera de sus 116 pistas, sin embargo, la privacidad y la discreción son valores bien preservados. No importa que se trate de una personalidad de alto perfil, no habrá remolinos de gente alrededor. Es fácil, para cualquiera, pasar desapercibido entre esta nieve y por eso es uno de los lugares predilectos de los ricos y famosos.

Nosotros no estamos en ese espectro. Sin embargo, la privacidad y el silencio que lleva consigo el anonimato es un tesoro para los habitantes de las grandes ciudades. Dar los primeros pasos en la nieve, dejarse llevar por la montaña y luego sentarse a observar el fuego de las múltiples fogatas que hay cerca de las pistas. Es algo tan relajante que solo miramos el reloj para apreciar su belleza y no para preocuparnos por el tiempo.

Esenciales en Jackson Hole con el Montblanc 1858 Iced Sea

Pero todo aquello —la tranquilidad de pasar desapercibido— no solo pasa entre la nieve. En Teaton Village, el poblado que se encuentra al pie de la cordillera, hay decenas de lugares donde se disfruta el buen vivir bajo estos mismos principios. Por ejemplo, en FIG, el restaurante de cocina libanesa y mediterránea ubicado en el Hotel Jackson, donde hay que probar el shawarma de pollo y su espléndido negroni.

O en Il Villaggio Osteria, cocina italiana comandada por el chef mexicano Marco Morillon ideal para disfrutar pastas frescas. Para atmósferas más relajadas, recomendamos Calico —uno de los restaurantes más apreciados por los locales— donde hay pizzas excelentes para compartir con vino y risas entre amigos.

La deliciosa pizza Cuatro estaciones de Calico.

En este mismo tenor, otro lugar clásico es Mangy Moose, un espacio ecléctico con una decoración que parece un collage de la vida en Wyoming y donde se disfruta una coctelería divertida en compañía de comfort food como chili y mac’n cheese.

El tiempo en las montañas

Es difícil despedirse de Jackson Hole, pero cuando hay que hacerlo es imperativo pasar por Million Dollar Cowboy, la cantina a la que va todo el pueblo. El ambiente del Viejo Oeste se hace notar en los bancos que son símiles de sillas de montar. Cervezas o cocteles clásicos son lo que hay que pedir. Luego, salir a caminar en los alrededores de la plaza central donde hay decenas de boutiques de moda para encontrar souvenirs de lujo. Moda y accesorios de estilo vintage que resultan ideales para combinar con este magnífico reloj de Montblanc que se adecua a todo lo que hagamos.

Una pieza de acero inoxidable con bisel de cerámica que no se inmuta al estar entre la nieve. Tiene 41 mm de diámetro, una de las claves de su versatilidad, y a niveles prácticos sorprende su hermeticidad a 300 metros. En definitiva, la compañía perfecta para un destino invernal que se encuentra en el top de lo hip que ofrece en mundo del esquí.

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