Alpine Eagle nació el año pasado como un gesto atrevido para responder a la fiebre vintage del mercado. Y que se une a la saga sport-elegant que destacó en los años 80, como el Royal Oak, el Nautilus y el propio St. Moritz, reloj en el que se inspira Alpine Eagle y primera creación de Karl-Friedrich Scheufele (tenía 22 años), copropietario de Chopard, a finales de los años 70. Máquinas del tiempo que enfrentaron las turbulencias del cuarzo adaptándose con materiales menos nobles y más asequibles. Y ahora es el águila de Chopard el que vuela más alto con el Chopard Alpine Eagle XL Chrono.
El crono que viene de los Alpes
Ahora, la colección con mirada de águila amplía la familia con la versión cronógrafo. El reloj estrena función pero sigue fiel al ADN que inicia una generación con vistas a convertirse en icono. Más refinado y acorde a los nuevos tiempos, el revival apuesta por el futuro gracias al enfoque de Karl-Fritz, el hijo de Karl-Friedrich, tercera generación que ha apuntado detalles que hacen del Alpine Eagle un reloj del siglo XXI.
Alpine Eagle incorpora un cronógrafo con función flyback en una nueva caja de 44 mm . Fabricado en tres versiones, en Lucent Steel A223 con esfera en Azul Aletsch o en Negro Absolu y en una versión en la que se combinan el Lucent Steel A223 y el oro ético rosa con una esfera en Negro Absolu, el reloj con correa integrada Alpine Eagle XL Chrono sigue muy marcado por su inspiración en la fuerza del águila y la belleza de los Alpes. Con certificado COSC, su movimiento automático con función flyback – el Chopard 03.05-C – es objeto de cuatro patentes.
En el corazón de estas tres novedades late el calibre Chopard 03.05-C. Posee una autonomía de 60 horas de reserva de la marcha. Equipado con una rueda de columnas, también está provisto de un sistema de engranaje unidireccional que evita las pérdidas de energía y garantiza una carga rápida. Su sistema de embrague vertical garantiza un arranque preciso de la medición de los tiempos.
Este calibre cronógrafo también es del tipo flyback, lo que permite el cronometraje de los tiempos cortos al vuelo gracias a tres martillos pivotantes de brazo elástico que facilitan la puesta a cero de los contadores. Y, por último, el volante Variner incorporado en el Chopard 03.05-C que aporta una marcha estable al movimiento compensando las variaciones de inercia durante todo el tiempo de utilización del reloj.
Además de una opción con esfera en Azul Aletsch, Chopard incorpora un nuevo tono a la colección con dos Alpine Eagle XL Chrono de esfera en Negro Absolu. Inspirándose en los colores de la naturaleza alpina, este tono es una referencia al negro intenso de las noches de la montaña y recuerda cuánto perjudica a la fauna la iluminación nocturna que está ligada a los seres humanos y al entorno urbano.
Tanto en las versiones Azul Aletsch como en Negro Absolu, la esfera conserva su textura y su motivo resplandeciente, una evocación directa al iris del águila. La aguja de los segundos en forma de pluma sobrevuela esta visualización. Sobre el realce se encuentra la escala taquimétrica en rojo al nivel de las graduaciones 100, 160 y 240. Esta disposición facilita la lectura de las medidas de la velocidad media y forma parte del dinamismo estético y de la armonía de la esfera.
Junto al cronógrafo se han lanzados dos versiones más con función de horas, minutos, segundos y fecha, Alpine Eagle Large (41 mm) y Alpine Eagle Small (36 mm). Ambas con versiones de brazalete y caja de oro rosa o Lucent Steel A223 y una opción con bisel de diamantes. El primero late con el calibre automático Chopard 01.01-C y el segundo con el movimiento automático Chopard 09.0a1-C.
Alpine Eagle es ya el nuevo reloj deportivo que apela al biotipo del ave rapaz y el ecosistema de los Alpes. El bisel redondo con ocho tornillos en los puntos cardinales sellan la caja para garantizar 100 metros de estanqueidad. En la caja destacan los salientes que protegen la corona y se reproducen simétricamente en el lado izquierdo. Lo interesante es la creación de una aleación de acero completamente novedoso tras un proceso de refundición.
Una nueva aleación de acero más resistente
El bautizado como Lucent Steel A223 es más resistente a la abrasión y también mayor dureza. Con cierta semejanza al brillo diamantino, la manufactura ha depurado las impurezas del acero tradicional para garantizar mayor brillo y luminosidad. Cuatro años de investigación y desarrollo para un nuevo material extraordinario. Y este material ya quedó como referencia en los nuevos modelos.
En la corona, Chopard está grabada la rosa de los vientos, un símil para que el aventurero busque el rumbo acertado, al igual que las “águilas” encuentran hoy su buena dirección. La influencia de la naturaleza es algo más que un reflejo conceptual.También es destacable la apuesta por la nueva organización de la que Chopard es miembro fundador: Eagle Winds (Alas de Águila), un proyecto medioambiental para defensa de la fauna del ecosistema de los Alpes.