El Free Bridge nos demuestra que en Girard-Perregaux hay vida más allá del Laureato. Aunque el famoso reloj de brazalete integrado ha copado la mayoría de sus novedades en los últimos tiempos, la manufactura suiza no olvida su otro gran icono, la colección Bridges, y la amplía ahora con una nueva versión del que posiblemente sea su buque insignia.
Recordemos que la colección Bridges es la puesta al día del Tourbillon bajo tres puentes de oro, el calibre más icónico de Girard-Perregaux. Este mecanismo comenzó a desarrollarse en la década de 1860 y tuvo su gran puesta de largo internacional en forma de reloj La Esmeralda, presentado en la Exposición Universal de París en 1889. Con este bagaje, no es extraño que el Bridges esté considerado el mecanismo más antiguo aún en producción. Naturalmente, el Bridges ha cambiado mucho en estos más de 160 años de trayectoria. Pasó de relojes de bolsillo a relojes de pulsera, cambió la forma de sus puentes y, más recientemente se ha adaptado a las tendencias y gustos del cliente actual. El modelo que mejor representa este último movimiento es el Free Bridge que traemos ahora.
De la artesanía a la ingeniería
Girard-Perregaux se atrevió en 2017 a realizar un acercamiento más contemporáneo de sus icónicos puentes por medio del Neo-Bridges. Aquel reloj supuso una atrevida ruptura con la tradición de la casa. Apostaba tanto por un diseño radical de la caja y del movimiento, como por una elección de materiales más innovadores. Entraban en juego el titanio, los acabados DLC negros y los puentes ultramodernos. El objetivo era claro: acceder a un nuevo segmento de mercado más joven. Aquel proyecto evolucionó años más tarde (2020) en forma de Free Bridge, una versión más depurada del Neo-Bridges, con un movimiento de solo un puente.
Tanto el Free Bridge como el Neo-Bridges comparten un vanguardista diseño de caja que prescinde del bisel y lo sustituye por un cristal de zafiro de tipo box. Esta selección nos permite disfrutar de la visión del movimiento en todo su conjunto. En realidad, estos nuevos Bridges quedan más cerca de la estética conceptual de las modernas ingenierías que de la Alta Relojería artesanal que representaban los Bridges tradicionales, de los cuales aún hay grandes ejemplos en el catálogo de Girard-Perregaux. Con esta base, no nos extraña que el equipo que dirige Patrick Pruniaux haya optado por un Neo-Bridges para realizar una de sus más celebradas colaboraciones con la escudería Aston Martin de Fórmula 1. El monoplaza y el reloj comparten los mismos genes.
Aproximación accesible
Como decíamos antes, el Free Bridge es una representación más reciente y depurada del concepto vanguardista comenzado con el Neo-Bridge. Su diseño más sencillo le ayuda a acercarse a un segmento más amplio del mercado, aunque por el camino perdamos un poco de la singularidad que siempre han tenido todos los mecanismos con tres puentes. Esa singularidad ha sido sustituida para la ocasión por una interesante solución mecánica consistente en el volante de inercia variable construido parcialmente en silicio.
El volante, de enorme tamaño, acapara toda la atención de la carátula y viene acompañado por el único puente elevado que queda en el calibre y que represente el vínculo con el origen de la colección. Este simple elemento basta para que el Free Bridge se diferencie de su hermano mayor Neo-Bridges y se convierta en una alternativa válida (y más accesible) para los seguidores de la marca.
De otro mundo
El Free Bridge fue lanzado en 2020 y desde entonces ha logrado hacerse un hueco dentro del catálogo de Girard-Perregaux. La nueva versión Meteorite nos sirve para recordar su sugerente personalidad y el potencial que aún mantiene un reloj con aún con mucho recorrido comercial por delante.
El equipo de diseño de la casa ha aprovechado la enorme apertura de la que dispone el reloj para incorporar dos placas de meteorito, insertadas a ambos lados del mecanismo. Al igual que otras cosas, Girard-Perregaux ha aprovechado las peculiares características estéticas del meteorito Gibeon para dotar al Free Bridge de una imagen única.
Aparte de la buena sintonía estética entre la roca extraterrestre y el resto de mecanismo, hay un vínculo simbólico que explica la elección del meteorito para decorar este modelo. El Free Bridge es un reloj donde el silicio cobra un protagonismo especial. Como decíamos antes, el volante de inercia variable está parcialmente fabricado con este material. También la rueda de escape y el áncora. El silicio disfruta de unas enormes cualidades para el funcionamiento en calibres gracias a su ligereza e innecesaria lubricación. También permite crear arquitecturas imposibles de realizar con metales, como vemos en la forma del extraño volante. Es un movimiento muy original, extraño al mundo (relojero) del cual viene, así que nada mejor que acompañarlo de otro elemento “extraterrestre” como el meteorito para destacar su carácter excepcional.
Tan moderno como práctico
Más allá de estas valoraciones simbólicas, el Free Bridge Meteorite es un reloj muy atractivo y de moderna concepción. La caja es de acero, con un diámetro de 44 milímetros y hermeticidad hasta 30 metros. Tanto el cristal superior como el fondo son de zafiro con tratamiento antirreflejos.
La referencia del movimiento es GP01800-2085, un mecanismo de carga automática, con una reserva de marcha de 54 horas. La indicación queda limitada a las horas y los minutos.
El reloj se acompaña con una correa de piel de becerro con efecto textil, muy en línea de trabajo que otras marcas del mercado. Está disponible a un precio de 22,750 francos suizos en el mercado internacional, adaptable después a las correspondientes divisas. En definitiva, el Free Bridge es una eficaz puerta de entrada al mundo pasado, presente y futuro de Girard-Perregaux.