Como la mirada de Jano, dios de los buenos comienzos y los finales —etimológicamente, de ahí procede “Enero”—. Las dos caras del nuevo DB Kind of Two Tourbillon despiertan todo el interés. Y frente a los tradicionales relojes de doble cara, convertidos en una “ensalada” de complicaciones a veces de difícil lectura, De Bethune apuesta por traducir la complejidad en bella sencillez. La verdadera mirada divina es la de Denis Flageollet.
La firma celebró 10 años de su icónico modelo DB20 con una propuesta esqueletada y ultrafina interesante. Pudo ser el precedente a nivel técnico más directo para lograr este nuevo reto con el desarrollo de un nuevo calibre excepcional.
Es una pieza con dos caras en una caja de tan solo 9.5 mm de grosor. Y a pesar de complicaciones como el calendario perpetuo o el propio tourbillon que ya desarrolló De Bethune, sin duda estamos ante la pieza más compleja de De Bethune.
“Kind” de verdadera mirada divina
Este DB Kind of Two Tourbillon presenta una doble mirada al pasado y al futuro. La creación es una síntesis de los rasgos más definitorios del fructífero legado de la firma.En oposición a la carátula del tourbillon, el otro lado recupera la apariencia clásica del DB8 y DB10. También cabría destacar el modelo DB29. Su forma perfectamente simétrica ofrece un hermoso equilibrio con las asas flotantes y la elegante corona totalmente integrada a las 12 en punto —a las 6 h. si se gira—.
Su caja de titanio de 42.8 mm ha ganado versatilidad gracias al juego característico de las asas, que han sido rediseñadas con un nuevo mecanismo (28 componentes). La lectura oculta, y visible también, es la combinación de dos relojes en uno que se inspiran en guardatiempos que han sido premiados en el Grand Prix d´ Horlogerie de Genève. Armonía y proporción en un objeto escultural bello, elegante y dinámico.
Para gusto del portador, el “display” del DB Kind of Two Tourbillon mantiene paralelamente los mismos elementos en distinto estilo con las manecillas azules de titanio y acabado pulido (manual) —desparece el segundero en la carátula esqueletada con el tourbillon—.
Alternancia más clásica o contemporánea bajo el nuevo calibre DB2579. La mano creativa de Flageollet mantiene el pulso de los grandes maestros. Ha sabido “pintar” una doble carátula a partir de lo que antes podía apreciarse como el simple fondo abierto de uno de sus calibres. Miradas tocadas por la divinidad que ven la belleza oculta de la mecánica. Una auténtica transformación audaz. —Leslie López