La creación más irreverente de la firma. Símbolo del rock, estilo “dark” y sello punk. Richard Mille RM 66 Flying Tourbillon es una edición limitada de 50 piezas. La señal de los cuernos de una mano (calada) de oro rosa que sostiene el movimiento entre los dedos. El símbolo del rock bajo inspiración gótica con un toque terrorífico, como la pequeña calavera grabada en la corona. Y toque punk en la caja de titanio y carbón TPT® con placas de oro. El Richard Mille rockero que te saca los cuernos. Todo un reloj concebido como pura anatomía contestataria de la libertad relojera en su máxima expresión.
Militancia estética
El lenguaje estético anticonvencional o provocativo de Richard Mille, como siempre, llega con una sólida base mecánica y acabados minuciosos de alta relojería. Cécile Guenat, directora creativa y de desarrollo, concibió para la carátula el gesto de los cuernos con los dedos índice y meñique extendidos, mientras que la última falange del pulgar sujeta los dedos corazón y anular son visibles en el fondo del reloj. Se fresaron los cinco dedos y el maestro grabador ginebrino Olivier Vaucher se encargó del trabajo artesanal. Un meticuloso pulido que resalta los huesos y las articulaciones con acabado microgranallado.
La mano es semejante a una radiografía y recuerda al RM 052 Tourbillon Skull. En esta ocasión, se graba en la corona de titanio, con forma de araña, cuyos segmentos abrazan un rubí y cuenta con una junta de caucho negro. “Entre su desarrollo y su finalización, dedicamos más de 200 horas a esta pieza, además de las 12 horas necesarias para mecanizar y acabar una sola corona. Pulir titanio es mucho más difícil que pulir oro o acero”, explica Julien Boillat, director técnico de cajas en Richard Mille. “No sólo eso, sino que el pulido también dificultó la sujeción de la corona sin que resbalara, por lo que tuvimos que utilizar accesorios especiales para fijar la pieza desde el interior. La creación de esta corona supone, por tanto, una sutil alquimia”.
Flying Tourbillon
Una de las primicias de la firma radica en la arquitectura del calibre RM66. De cuerda manual presenta un barrilete de cuerda rápida que proporciona una reserva de marcha de 72 horas situado a las 6 horas. El tourbillon se ubica a las 12 horas. Richard Mille apostó por el esqueletizado para lograr el protagonismo de la mano en la mayor transparencia posible del movimiento —fabricado en titanio—. Y ha logrado crear un tourbillon volante de inercia variable que se fija en un solo extremo del eje, eliminando la parte superior. Una disposición atípica, con el movimiento invertido 180°, que superó sus exigentes pruebas de antichoque.
Rock ‘n’roll
“Born to be wild” es el lema con el que la firma lanza el reloj para evocar el espíritu sesentero más irreverente y salvaje. Este Richard Mille RM 66 Flying Tourbillon exigió 9 meses de trabajo para el equipo y 1,500 horas de investigación y desarrollo. Otros detalles rockeros menos terroríficos son los índices con forma de púa de guitarra. Son fijados al bisel de titanio mediante tornillos. Una operación también delicada a nivel técnico.
FICHA TÉCNICA
Richard Mille RM 66 Flying Tourbillon