Un reloj herramienta en el material más noble. ¿Qué explica ese salto? Que la marca se encuentra en un estado de madurez notable. Y que el mercado comienza a dar muestras de deseo de ediciones especiales con mayor atractivo. Tudor lo llama Black Bay Fitty-Eight 18K porque es el primer modelo que realiza en oro amarillo. Y, además, abre el fondo de la caja con cristal de zafiro para mostrar el calibre de manufactura. La firma lanza el Black Bay Fifty-Eight 925, una inédita pieza en plata. Tudor se viste de oro y plata para desatar la fiebre de los entusiastas vintage, pero también para los amantes de los relojes que tienen una muñeca fina o delgada.
El nuevo Tudor Black Bay Fitty-Eight 18K llega en caja de 39 mm de oro con acabado satinado (mate). El guiño histórico mantiene el diámetro original con las proporciones de las piezas de los años 50. Presenta una bella carátula “verde oro” y mantiene las características esenciales del Black Bay en el diseño de la carátula con las agujas angulares “Snowflake” —nacieron en el año 69—. El bisel giratorio unidireccional, acorde al estándar de buceo, es de oro amarillo con disco de aluminio anodizado y verde mate —las marcas y los números cuentan con un baño en oro—. Una estética homogénea con los dos colores o tonos predominantes.
No menos interesante es el fondo abierto para una pieza con hermeticidad a 200 metros. Entre sus garantías, la corona a rosca para no comprometer la funcionalidad y la estanqueidad. Exhibe el calibre de manufactura MT5400 —un movimiento que se fabrica en la pública y reconocida alianza de Tudor con Breitling—. Monta espiral de silicio y late a 4 Hz. Con una reserva de marcha de 70 horas aproximadamente, cuenta con certificado COSC. Una pieza deportiva con un brillo especial que viste correa de tejido, el NATO de la marca artesanal francesa Julien Faure, o piel de aligátor en color verde.
Black Bay Fifty-Eight 925
Y el histórico reloj de submarinismo de Tudor con hermeticidad a 200 metros, que se presentaba en 1958, se viste también de plata por primera. Su diseño neovintage ahora se lanza con una nueva aleación que no se daña con el uso. Este Black Bay Fifty-Eight 925 presenta caja de plata con acabado satinado y efecto mate. La esfera abombada adopta un color gris (topo) que también se reproduce el color en el disco de aluminio anodizado sobre el bisel igualmente fabricado en plata.
Una pieza en 39 mm que, como hemos señalado, exhibe en el fondo abierto el calibre MT5400 y mantiene su hermeticidad hasta 200 metros. Black Bay Fifty-Eight 925 cuenta asimismo con dos correas para elegir: tejido Jacquard de Julien Faure o cuero marrón. Dos piezas con garantía de cinco años sin necesidad de registro ni mantenimiento obligatorio. Tudor se viste de oro y plata para rendir tributo de nuevo a su histórico Big Crown, la conocida Referencia 7924. Dos piezas más exquisitas y exclusivas que amplían el catálogo de la firma relojera.
FICHA TÉCNICA
Tudor Black Bay Fitty-Eight 18K
FICHA TÉCNICA
TUDOR BLACK BAY FIFTY-EIGHT 925