Code 11.59 se complica

El trabajo de las marcas hay que verlo siempre desde una perspectiva temporal. Tenemos el ejemplo de Audemars Piguet. Si nos quedamos con su labor de los últimos años, estaremos de acuerdo en que ha sido una firma centrada en potenciar su imagen en el mercado, primero consolidando su icónico Royal Oak y más tarde alumbrando un rompedor producto en el segmento clásico mediante la irrupción de la colección Code 11.59 by Audemars Piguet. Por supuesto, no ha sido siempre así. A comienzos de este siglo el mensaje más poderoso de la manufactura de Le Brassus provenía de sus mecanismos, de factura impecable e impecable diseño. De hecho, no es osado decir que Audemars Piguet ha marcado la evolución de los calibres de alta complicación del siglo XXI gracias a la maestría del estudio Renaud & Papi, propiedad de la firma. Este extraordinario legado técnico brilla ahora en la última creación presentada para Code 11.59.

 

Recordemos que la colección se presentó el pasado año con un total de seis movimientos diferentes, de los cuales tres eran nuevos. Uno de ellos era el 2950, que tenía la primicia de ser el primer movimiento con tourbillon volante y rotor central en la historia de la marca. Un año más tarde el mecanismo se enriquece con el añadido de la función cronógrafo flyback.  

No es la primera vez que Audemars Piguet combina en un mecanismo tourbillon y cronógrafo. En los últimos tiempos ha llegado a presentar hasta tres movimientos diferentes con estas características. Uno de ellos, el 2949, también automático y con la curiosidad técnica de incorporar un rotor de carga visible a través de la carátula. La firma podría haber adaptado cualquiera de estos mecanismos a la caja del Code 11.59, pero han pensado que mejor hacer uno completamente nuevo. Un esfuerzo mayor, pero también una muestra de su compromiso con la alta relojería, donde una de las máximas es alcanzar la mejor armonía posible entre mecánica y estética. Y sin duda que lo han conseguido con el nuevo 2952. El tourbillon, por ejemplo, queda liberado del puente superior para ver su cadencia de movimiento con todo detalle. En cuanto al cronógrafo es además flyback, como ya ocurría en el 4401, cuyo estreno también coincidió con la presentación de la colección Code 11.59.

Más allá de sus características técnicas, el Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph es asombroso en el plano visual. Es visible la influencia del estilo de Renaud & Papi que antes mencionábamos en el modo en el que el movimiento aparece antes nosotros a través de su desnuda carátula. La perfecta simetría de todos sus elementos, bien perfilados por el contraste de luz que crea el contraste de los tratamientos rodiados y galvanizados en negro de los diversos puentes, fabricados con titanio y alpaca natural. Dicho contraste se beneficia además de un acabado soberbio donde los más de cien ángulos que pueblan el calibre han sido cuidadosamente realizados a mano en un proceso imposible de realizar con máquina.

Las peculiares características de la caja del Code 11.59 permiten además disfrutar mejor de la belleza de su movimiento. La doble curvatura del cristal de zafiro juega con la forma del mecanismo según el ángulo de visión que tengamos. La falta de bisel hace desplegar el calibre de un modo más limpio, con el añadido cromático de los anillos en azul lacado que permiten la lectura de los tiempos del cronógrafo. La presentación se completa con una correa de aligátor en el mismo color.

FICHA TÉCNICA

CODE 11.59 BY AUDEMARS PIGUET SELFWINDING FLYING TOURBILLON CHRONOGRAPH

Caja: oro blanco, 41 mm, sumergible 30 m.

Movimiento: Calibre AP 2952, automático, 479 componentes, 40 rubíes, 65 horas reserva de marcha, 21,600 alt/h.

Edición limitada: 50 piezas.

 

 

 

 

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