Tocamientos sensuales

Ahora que “celebramos” un año de confinamiento, ninguna marca relojera se atrevió, en un alarde de creatividad, a presentarnos el reloj ideal para llevarlo exclusivamente en casa y lucirlo en la intimidad de la cocina, la sala y el dormitorio.

Ahora que “celebramos” un año de confinamiento, ninguna marca relojera se atrevió, en un alarde de creatividad, a presentarnos el reloj ideal para llevarlo exclusivamente en casa y lucirlo en la intimidad de la cocina, la sala y el dormitorio. Durante esta convalecencia generalizada, la tecnología fue una útil herramienta mediática que ayudó a sobrevivir, bajo la sublimación de la realidad, en la caverna platónica de la pantalla de la computadora. Todos fuimos paranoicos hologramas y los relojes, bellas imágenes inmaculadas. Como decía San Agustín sobre el tiempo, “si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo a quien me lo pregunta, no lo sé”. Jamás habíamos visto los relojes tan lejos. Y de cerca, con pesar, un cúmulo de dígitos negativos hirientes por doquier: menos ingresos, empleos, medios, marcas que desaparecen… En este periodo de vida monástica forzada entonamos una letanía alentadora para que este nuevo Watches & Wonders “phygital”, reforzado por Patek y Rolex, supere definitivamente el annus horribilis 2020.

“LA ÚNICA NORMA LÍCITA QUE HA DE ESTABLECERSE EN ESTA INDUSTRIA POR IMPERATIVO UNIVERSAL HA DE SER LA DE MANOSEAR LOS RELOJES.”

Y que todo el impulso digital desbordante que vivimos de videoconferencias, experiencias en línea, e-commerce, home-office, etc., reaccione como un conjuro con carácter retroactivo para que la realidad sea de nuevo una auténtica explosión de vida, que jamás vuelva a ser devorada por la volatilidad del tiempo. Siempre me negué a definir la situación actual como “nueva normalidad”, del mismo modo que tampoco lo de antes era “vieja normalidad”. La única norma lícita que ha de establecerse en esta industria por imperativo universal ha de ser la de manosear los relojes. Con guantes, sí, pero poder realizar libremente los generosos tocamientos sensuales de cada pieza por detrás y por delante. ¡Ay, el temperamento sanguíneo del espíritu enamorado! Queda esperanza mientras haya relojes con suficiente reserva de marcha para dar la hora mañana. Que Watches & Wonders sea la gran fiesta relojera del rito inaugural y sagrado del año que comienza. Hay que disfrutarla porque empezará para nosotros la vida en 2021.

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