Jugadas maestras

El Padrino cumple 50 años. Jugadas maestras del séptimo arte y de la relojería. Una caja de música mecánica con dos cilindros y peines y un calibre de cuerda manual de Jacob & Co.

Se cumplen 50 años de la película “El Padrino”, aunque originalmente Mario Puzo nunca quiso scribir esa novela y sus 150 primeras páginas fueron rechazadas en numerosas ocasiones. Sin perder la paciencia, con 45 años, cinco hijos que alimentar y acuciado por una deuda de 20,000 dólares, comenzó a visitar editoriales hasta que G.P Putnam´s Son le adelantó 5,000 dólares para que terminara la historia. Jugadas maestras como el Opera Godfather de Jacob & Co. es un homenaje espectacular.

El novelista jamás conoció a ningún gánster ni vio la sangre correr. Él mismo se sentía avergonzado de haber recreado aquella trama en su escritorio sin realizar ninguna investigación sobre el oscuro mundo del hampa. Pero la literatura no ha de justificar su semejanza con la realidad. Puzo cobró el cheque, pagó sus deudas y corrió con su familia a Europa. Cuando regresó, una gran editorial estaba dispuesta a desembolsar más de 400 mil dólares para el lanzamiento de la novela y los grandes estudios de Hollywood ya se disputaban la adaptación al cine. “Cuando me senté a leerlo por primera vez, mi primera impresión fue de sorpresa y consternación; se parecía más a un libro de Harold Robbins o Irving Wallace, una obra hecha para ganar dinero, llena de sexo y tonterías”, declaró Coppola. Pero una lectura conjunta con Puzo sirvió para extraer el argumento exitoso que ya todos conocen. 

Don Vito Corleone

Grandes cineastas de la época como Elia Kazan, Costa-Gavras o Peter Bogdanovich rechazaron el proyecto. La moda del gánster ya formaba parte del pasado y en el guion no se veía potencial. Sin embargo, la Paramount Pictures decidió llevarlo a la gran pantalla en una apuesta arriesgada por un joven cineasta independiente no muy reconocido por el público. “The Godfather” se estrenó un 24 de marzo de 1972 en la cartelera norteamericana. Ni el propio Francis Ford Coppola albergaba grandes expectativas. Con 32 años, no contaba con muchos títulos en su filmografía. Apenas el éxito de su primer Oscar como guionista por “Patton” (Franklin J. Schaffner, 1970) y el fracaso comercial de “Llueve sobre mi corazón” (1969).

Pero vivía bajo el mismo estimulante creativo infalible que Puzo. Coppola tenía entre manos una deuda de 300,000 dólares con Warner Bros. y su productora Zoetrope —creada con George Lucas— atravesaba serios problemas.Para mayor paradoja de la posibilidad de lo imposible, el papel de Corleone había sido ofrecido a actores como Anthony Quinn o Laurence Olivier. “Elección clamorosamente errada. Don Vito Corleone no podía ser otro que Marlon Brando”, reconocía Marlon Brando en una entrevista años más tarde. Puzo, Coppola y Brando lograron que la propia mafia copiara aquellas costumbres perdidas o imaginarias y aquel argot decadente. Jugadas maestras del tiempo. Y una de las películas que conquistó la cumbre del cine de Hollywood. 

Opera Godfather de Jacob & Co.

Una caja de música mecánica con dos cilindros y peines y un exclusivo calibre de cuerda manual Jacob & Co. JCFM02. Un pulsador situado a las dos en punto activa la rotación de todo el movimiento y toca simultáneamente la melodía de El Padrino. Cada nota se toca a medida que los pequeños alfileres del cilindro hacen contacto con los dientes individuales del peine. Y también gira el tourbillon de triple eje con la esfera de horas y minutos.

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