Lucea, el sol de malaquita de Bvlgari

Lucea cumple diez años y se viste de malaquita reciclada y madreperla. Su caja y brazalete evolucionan con líneas más refinadas. Feminidad exquisita

La firma romana domina como nadie los diseños de relojes para dama. Y Lucea es uno de estos modelos exquisitamente femeninos. Además, este año, Bulgari celebra su décimo aniversario con lanzamientos tan radiantes y contemporáneos como siempre. Un reloj que atrapa la energía de la luz y la mirada al instante con varias versiones en acero y/o acero y oro rosa. Destacan sus líneas reinventadas, desde el bisel hasta los eslabones de la pulsera en forma de V, y que enmarcan esferas con incrustaciones de madreperla iridiscente o marquetería hecha de fragmentos reciclados de malaquita.

Desde su inicio en 2014, Lucea ha sido la propuesta fresca de Bulgari en los modelos de relojes joya. “Se trata de capturar lo mejor de ambos mundos, fusionando sustancia con estilo, en el nexo de la alta relojería y la alta joyería. En lugar de simplemente agregar diamantes a un tourbillon, creamos una joya y luego imaginamos el calibre que mejor la complementaría”, enfatiza Jean-Christophe Babin, CEO de Bulgari.

Malaquita intensa

Una de la declinaciones ha escogido la técnica de la marquetería de malaquita verde en la esfera como un guiño a la fascinación de los años 70 por las piedras de colores (muy en tendencia este año, por cierto). De esta manera, la carátula está compuesta por pequeñas piezas del mineral que se transforman en algo hermoso gracias al arte del reciclaje. Ha sido necesario que habilidosos artesanos seleccionen cuidadosamente cada fragmento por la viveza de su color y la expresividad de su veta. Han cortado meticulosamente y ensamblado a mano. Cada freagmento contribuye a esta creación especial, haciendo de cada Lucea una obra maestra única.

Reinvención de la feminidad

La evolución del Lucea para brindar por los diez años de éxito ha resultado en sutiles cambios. Ha refinado meticulosamente su caja y ha reinventado el diseño del brazalete.

“Está impregnada de una ligereza reminiscente de las joyas clásicas de Bulgari, una sensualidad similar a la que emana de nuestra icónica colección Serpenti y una flexibilidad que evoca los eslabones fluidos de Octo Finissimo”, declara Fabrizio Buonamassa Stigliani, Director Ejecutivo de Creación de Productos.

Los eslabones en forma de V de la pulsera se han suavizado y redondeado. Ahora se ha realzado su geometría y se ha conservado su carácter distintivo. Un efecto que se consigue alternando elementos centrales pulidos en oro rosa o acero.

Destellos de madreperla

La versión oro rosa con madreperla Intarsia es cautivadora. La técnica usada por los artesanos es de una maestría absoluta. Permite exaltar la luz, mostrando la iridiscencia orgánica de la madreperla. Además, aporta una interpretación novedosa de la decoración de rayos de sol en los relojes. Para conseguir este resultad, los artesanos ensamblan ‘rayos’ de madreperla finamente cortada para crear un patrón de sol con pliegues tridimensionales. En madreperla blanca o verde, el diseño es muy atractivo, elegante y femenino.

Otros detalles seductores

La mirada también queda atrapada en el resto de detalles de la esfera. Destacan 12 brillantes en estructura cuadrada de inspiración arquitectónica. La forma angular de los índices contrastan con la forma redonda de los diamantes, lo que genera un centelleo especial. Otro diamante con zafiro sintético corte cabujón adorna la corona en forma de V. Una de las versiones tiene también bisel engastado de diamantes (56 gemas y 1.3 quilates si sumamos también la esfera).

Hay varios tamaños de caja. La versión de 33 mm late con calibre automático y una reserva de marcha de 42 horas. La opción de 28 mm está equipada con un movimiento de cuarzo, lo que permite un grosor de solo 7.72 mm. Para otras versiones, el brillo del bisel se combina con brazalete de acero o acero y oro rosa.


Yolanda Ruiz

Periodista todoterreno, llevo más de una década tomando el pulso a la industria relojera. “De los relojes lo que más me asombra es cómo actúan como instrumento de identidad. Son testigos de los cambios sociológicos y culturales».

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