La gran rodada peninsular

El Rally Maya volvió con todo su esplendor a la península de Yucatán. Su espíritu de diversión, ánimo competitivo y vocación altruista siguen intactos

Los rallies de regularidad son un tipo de competencia automovilística diseñada para poner a prueba la precisión del piloto. También la habilidad del copiloto y las cualidades dinámicas del auto. El Rally Maya combina paisajes hermosos, una vocación altruista, autos clásicos y una franca y sana convivencia familiar. Este evento es la idea de Benjamín De La Peña, un entusiasta de los autos clásicos cuya pasión lo llevó a crear el Rally Maya. La idea es hacer un recorrido por diversos puntos de la península de Yucatán.

Pero —y sí, hay un pero—, el clima ardiente de la región, atractivo para tantos turistas que vienen por la hipnotizante belleza turquesa del Mar Caribe, no es precisamente lo ideal para autos clásicos cuando mucho de 1980. Si bien la mayoría de los 122 autos inscritos en la edición 2021 están en impecables condiciones estéticas y mecánicas, es un hecho que los fierros no tienen palabra de honor y todo puede ocurrir cuando están bajo condiciones de calor y humedad extremas.

Capítulo aparte merecen los autos de origen inglés. Los que se fabricaron antes de los años 90 eran famosos por su reticencia a mantener todos sus fluidos en el interior, en especial aceite y refrigerante. 

Franck Muller, patrocinador desde 2017

Con todo y el gran entusiasmo, un evento así no sería posible si De La Peña no hubiera conseguido el apoyo de varios importantes patrocinadores, uno de los cuales es la marca Franck Muller, representada en México por Raconli Group. Y lejos de solo apoyar el evento,  está involucrada en él a través de la pasión de su CEO Ramón González. Desde el primer Rally Maya estuvo presente como participante y poco después —en 2017— decidió patrocinar el evento.

Y hay que mencionar que para cada año se crea una edición limitada de relojes Franck Muller especial para el Rally Maya. Parte de las ventas de la colección se destinan a apoyar a diversas fundaciones y a las comunidades más necesitadas de las 36 que forman parte de la ruta del Rally Maya.

Con todas la medidas anti-Covid 19, el Rally Maya 2021 cruzó la península de Yucatán. Una ruta con salida desde de Campeche a Mérida, después a Chichén Itzá, Tizimín y finalmente Isla Mujeres en Quintana Roo. Es el primer rally internacional certificado ante una institución de sanidad para realizarse en tiempos de pandemia.

Los competidores

Los competidores se dividieron en tres categorías: la primera para autos de 1915 a 1949, la segunda admite coches producidos entre 1950 y 1969 y la tercera incluye máquinas de 1970 a 1980.

Lo fascinante fue ver que si bien la fuerte presencia de diferentes épocas. Entre 1950 y 1980 hubo piezas muy interesantes, como un Austin-Healey 3000, Mustang ‘65 y ‘66 hardtop, un 1969 Fastback. O las siempre divertidas Chevrolet Suburban de los años 60 (protagonistas del llamado “Rally Cantinero”), un rarísimo AMC Javelin 1969, un majestuoso Bentley S2 de 1960, MG TD de principios de la década de los 50.

También icónicos Ford Modelo A que componían buena parte de la categoría A. Además, un Alfa Romeo Giulia GTA, dos Jaguar MK II, un Jaguar XK-E 1966 de Ramón González y Claudia Feltrin, decorado con detalles alusivos a Franck Muller. Mencionar también el Volvo PV544, un Corvette 1959, un BMW 630 y un 2002 Tii 1974 tripulado por Jorge Puentes y Carlos Alonso.

La pieza más sobresaliente del evento fue un Mercedes-Benz 300SL Roadster de 1962. Su rareza y estado de conservación le ganaron el aplauso de los jueces del concurso de elegancia del Rally Maya. Igualmente fue genial ver una casi indestructible Mercedes-Benz Gëlandewagen corta, cuya herencia militar debió serle de gran utilidad en este recorrido.

Un rally de regularidades como este no se trata de velocidad pura, sino de precisión, en el cual, como dice la canción, “no hay que llegar primero, sino hay que saber llegar”. Las diversas etapas se dividen en tramos que hay que recorrer a una velocidad predeterminada y en la libreta de ruta —la biblia de un rally— se detallan todas las referencias, kilometrajes e indicaciones importantes para navegar el recorrido.

Hoja de ruta de alta precisión

Se trata de un verdadero trabajo de equipo. El conductor debe seguir de forma precisa las instrucciones del copiloto de dónde dar vuelta y a qué velocidad hay que conducir en cada tramo. El tiempo y su preciso manejo es esencial. Cada segundo de adelanto o de atraso en el cruce de los distintos puntos de revisión y de meta penalizó con un punto a la tripulación. Quien quien termine el rally con menos puntos malos, será el ganador.

Los promedios no son elevados, pero es importante que la velocidad se mantenga lo más estable posible para lograr las medias exigidas. Los autos más antiguos sufren más con esos promedios debido a su menor aceleración o relación entre peso y potencia.

Hay que saber llegar

Las altas temperaturas que a mediodía superan sin problema los 40º son una prueba de fuego para los veteranos automotores. Por lo que las fallas mecánicas son frecuentes. Sin embargo, el excelente equipo de asistencia que acompañó al Rally Maya con un taller rodante y dotación de refacciones ofrecieron pronta y experta asistencia a los participantes en problemas. La facilidad para solucionar los más diversos problemas mecánicos de la amplia variedad de vehículos probaron ser una especie de bendición para los competidores.

Corazón altruista

Al final, tras la cena de gala el 26 de mayo en Mérida, patrocinada por Franck Muller México y realizada en la hermosa Quinta Montes Molina. En dicho evento se premió al auto más elegante, y se realizó la entrega de un donativo de 350,000, un porcentaje de la venta de los relojes Franck Muller de edición especial. La etapa final se realizó en Isla Mujeres, tras un cruce oceánico en un enorme ferry de la empresa Ultramar.

Las experiencias vividas y las sonrisas compartidas -aún a través del obligatorio cubrebocas- dejaron una especie de sabor de fin de curso. Las amistades de muchos años se vieron fortalecidas, nuevas fueron formadas y ese sabor familiar que une los amantes de los automóviles será el combustible que los hará volver en 2022 por más ardientes kilómetros alrededor de la península de Yucatán a celebrar a bordo de éstas máquinas del tiempo que hacen honores a los organismos prehistóricos que los hacen funcionar.

Carlos Matamoros

Recibió su primer reloj a los siete años, aprendió a cuidarlo y desde ahí ya no hubo vuelta atrás. Gracias a la carrera espacial y a las de autos, su pasión se dividió entre las máquinas que miden el tiempo y las dedicadas a vencerlo.

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